Capitulo veintidós: la extracción

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La noche había caído como un manto oscuro sobre la antigua mansión Hwang, cuyas sombras se alargaban y retorcían bajo la tenue luz de la luna. Hyunjin avanzó cautelosamente por el camino de grava, sintiendo el crujir de las piedras bajo sus pies. La mansión, con sus muros desgastados y ventanas polvorientas, parecía un eco de tiempos pasados, pero el aire estaba cargado de tensión.

Al llegar a la puerta principal, fue recibido por Seo y varios hombres de aspecto amenazante. Seo sonrió con una expresión que no alcanzaba a ser amigable.

—Bienvenidos a la mansión Hwang —dijo Seo, su voz suave pero firme—. ¿Dónde te tenían?

Hyunjin frunció el ceño, sintiendo la presión de las miradas sobre él.

—No se precipiten —respondió Seo, levantando una mano—. Bajen las armas.

Hwang, que se había mantenido en la sombra, negó con la cabeza.

—Quiero ver a Sam —demandó Hyunjin, su voz resonando.

—No puedes verlo —replicó Seo, su tono volviéndose más severo. Entonces hizo una señal.

Un escalofrío recorrió la espalda de Hyunjin cuando sintió el frío metal de un arma presionándose contra su cabeza. Se giró lentamente para encontrar a Bang, quien fruncía el ceño.

—Félix, baja el arma —ordenó Bang con calma.

El rubio negó con la cabeza, su expresión tensa.

—Lo lamento. comandante es una buena persona, pero yo no...

—¿Qué? —exclamó Bang, incredulidad en su voz—. Lix, tú no quieres esto.

—Sí, sí quiero —replicó Félix, su voz temblando entre la determinación y la duda.

—Capitán Lee Félix —intervino Hwang, su tono helado—, si no bajas el arma, me aseguraré de asesinarte yo mismo.

—Hwang le colocas un dedo encima a Felix y me aseguraré que no quede ni tu apellido.

Minho se mantuvo firme, apuntando a Félix con una mirada desafiante. La atmósfera se cargó de electricidad; todos estaban al borde del abismo.

Fue entonces cuando una figura apareció detrás de ellos. Sam, con su porte autoritario, irrumpió en la escena.

—¡Basta! —gritó, con una sonrisa en los labios —. No traten a nuestros invitados de esa manera. Pasen.

Seo hizo un gesto y el equipo comenzó a desarmar a los hombres de Hwang. Hyunjin sintió un alivio momentáneo mientras los demás pasaban bajo la mirada feroz de Sam.

A medida que avanzaban hacia el interior de la mansión, Sam buscó a Jeongin. Lo encontró al fondo, con una expresión seria que delataba la tormenta interna que llevaba consigo.

—Hola bonito, ven conmigo —Sam lo tomó de la mano y lo acercó a donde los hombres de seo tenían apuntando a sus compañeros —¿Los conoces?¿Quien es el? —investigó mientras señalaba a Hyunjin y jeongin desvío la mirada —Necesito que me hagas un favorcito.

—¿Qué?

—Jeongin —dijo Sam en un tono grave—. Tienes que elegir: dispara a Minho o a Hyunjin. —Señalo extendiendo la mano con el arma —Aah pero debes recordar dos cosas de cada uno, Minho es el hombre que te juro amor eterno y aún así te fue infiel, sin embargo te culpa por su relación en decadencia, Aah y hyunjin... Hyunjin es hijo de la persona que te secuestro entre estas mismas paredes y no hizo nada con todo el daño que te hicieron esas personas, y lo más gracioso es... Que el siempre lo supo.

Jeongin tomó el arma temblorosa entre sus manos. Miró primero a Minho, luego a Hyunjin. Su respiración se volvió pesada mientras apuntaba a ambos, indeciso. La tensión era palpable; podía sentir el sudor en su frente y el latido acelerado de su corazón

—Dispara yang, o la siguiente bala será en tu cabeza.

—¿,ja? —soltó jeongin, para luego apuntar a Sam con el arma —Tu me estas dando la misma arma que me diste para ese momento y, ¿Sabes quiénes fueron los únicos sobrevivientes de ese incidente?

—Tu y yo...

Finalmente, no disparó.

En ese instante crítico, el sonido ensordecedor de disparos resonó en el aire. El equipo de extracción había llegado, abriendo paso entre ráfagas de fuego. Las balas silbaban cerca de ellos mientras Bang se lanzaba hacia adelante para cubrir a Sam y Jeongin.

—¡Vamos! —gritó Bang mientras intercambiaban disparos con los hombres de Hwang.

Seo se movió ágilmente, buscando una salida mientras los demás cubrían su avance. Sam tiró de Jeongin hacia él.

—¡Dispara! —ordenó Sam.

En medio del caos, Hyunjin tomó a Jeongin del brazo y lo empujó hacia adelante.

—¡Sal! —gritó Hyunjin, empujándolo hacia la salida.

Bang continuó disparando mientras retrocedían hacia la puerta principal. El sonido del combate llenaba el aire; gritos y disparos resonaban como un sinfín de ecos en la mansión antigua.

—¡Ey! —Gritó bang tomando a Félix del hombro quien soltó una lágrima —Yo lo siento de verdad Chris yo...

—¡Lee Felix! —Gritó changbin tomándolo para salir corriendo del lugar.

En un momento crucial, Seo logró escapar junto a Sam y Félix, quien antes de irse lanzó una mirada triste hacia Bang, atrapado en medio del fuego cruzado. La conexión entre ellos era palpable; un vínculo roto por las circunstancias que los rodeaban.

—¡Bang sacanos de aquí! —Habló Hyunjin y este asintió.

Todos salieron mientras Minho los cubría.

(...)

—oye innie... ¿Sabes que son los novios?

—¿No-novios? —investigó y el otro asintió. Jeongin negó y el pelinegro le dio y beso en la frente. Jeongin sintió sus mejillas sonrojarse —¿Hyung?

—Cuando seas grande serás mi novio, te sacaré de este cuarto y te llevaré a recorrer el mundo, ¿A donde quieres ir cuando seas grande?

—A la milicia, papá dice que es lo mejor...

—Mi hermano también, cuídalo si se encuentran, es muy necio, ¿Sabías que mi hermano no habla?, aunque es el más grande que tú, somos iguales... Por que somos gemelos, me gusta hablar contigo aunque si papá me ve me mata y eso que te llevo dos años... No hablas mucho verdad innie... ¿Innie?¿Innie? ¡Auch!

—¡Sam! ¿Qué te he dicho de hablar con el mocoso?

—Pero se siente solo... ¿Quienes son ellos?¿Que le harán a Jeongin?

—¡Sam! Ve a tu habitación, y no te quiero hablando con el...

—Pero...innie...

—¡Yang jeongin estás soñando!

Jeongin abrió los ojos sintiendo su pecho pesado una lágrima corrió por su mejilla y a su lado estaba Minho, quien rápidamente se acercó y lo abrazó con algo de fuerza.

—estas despierto, me preocupe mucho cuando...

—¿Qué me pasó?

—al salir de la mansión Hwang te desmayaste, deberias descansar, iré por la enfermera.. no tardó —Jeongin observó cómo Minho salía de la habitación y seguidamente Hyunjin se adentró, acercándose a el lentamente.

—Coronel yo...

No pudo terminar aquella frase cuándo los labios de Hyunjin estaban sobre los de el.

¿Por qué ahora... Sentía culpa?

Acaba conmigo | hyunin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora