Capítulo X - Northuldra

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Capítulo X
Northuldra

El ambiente estaba calmo, la nieve blanca e inmaculada caía con la suave ventisca habitual de la región. El guardian del asombro cruzó junto a su trineo por el portal de múltiples colores para aterrizar fuera del taller, el vórtice se cerró tras de este inmediatamente. Norte se bajó con cautela del vehículo, haciendo una señal con su dedo índice sobre su boca hacia los renos para que guardarán silencio.

Algo estaba pasando, el viejo guardian no tenía claro que era, pero había dos razones para sospechar. Primero; aunque él tenía claro que a veces los yetis solían ser ineficientes, y para qué mencionar los pequeños y astutos elfos, pero siempre lo esperaban con las puertas abiertas para entrar con el trineo. Y segundo; en su abdomen algo le decía que las cosas no estaban bien.

Él confiaba en sus instintos.

Se precipitó por la puerta trasera de la fábrica, entrando por dónde procesaban los materiales en su forma más pura, desenvainó ambas espadas que siempre solía traer con él y se dispuso a recorrer el lugar, el cual estaba completamente vacío y con los aparatos apagados. En las líneas de distribución se podían observar rastro de un trabajo mal terminado, como si la planta hubiese parado a mitad de jornada.

Norte recorrió los pasillos y las habitaciones restantes de la producción, en esas fechas el taller solía ser un caos de movimientos, con yetis pintando y armando juguetes, y elfos que los empacaban, pero en ese momento solo había silencio, o casi del todo, unos pequeños tintineos se hacían notar por el fondo del pasillo. Santa Claus, a paso acelerado, se dirigió hasta el comedor siguiendo los pequeños tintineos, abriéndose paso a través de las enormes puertas de golpe, tras estas se encontraban sus subordinados sumergidos en un profundo sueño. Las arenas oscuras seguían moviéndose debajo de los pequeños elfos haciendo sonar sus cascabeles.

- ¡Rimski-Kórsakov! - soltó en un susurró - ¿Qué está pasando?

Una carcajada profunda envolvió el ambiente oscureciendo las paredes, Norte se puso rígido levantando sus espadas, dispuesto a atacar. La arena se aremolinó en el centro levantando una silueta ya conocida, pero sin darle la forma completa.

- Pitch - acusó

- Que lastima - la voz parecía venir de todos lados a pesar de la imagen que se levantaba frente al guardian - pensé que los reuniría a todos con mi show en Arendelle - se quejaba con falso pesar

- ¡Qué buscas!

- ¿Que qué busco? Solamente pasé a saludar, es una simple cordialidad, o será que ya estoy cansado de que intenten eliminarme - respondió amenazante

- ¡La venganza no te llevará a nada! ¿Qué les hiciste a mis trabajadores? ¡Te crees muy poderoso pero sigues usando la arena de Meme para hacerte notar! - una carcajada cortó el ambiente como una navaja

- Oh, está arena - la figura juga con un puñado de esta haciéndola caer - es mía, - admitió - tantos años encerrados, en tantas ocasiones te orillan a crear nuevos trucos, es fácil cuando tienes de dónde  alimentar tu poder

- ¡¿A qué te refieres?!

- Oh Norte, ¿Realmente importa todo eso? - inquirió burlón - en tu lugar yo me preocuparía por otras cosas, por ahora solo te deseo una feliz noche buena

La arena cayó inerte delante del guardian, quien aún en guardia se acercó a revisarla y a acomodar a los demás. Suspiró.

¿Qué iba a hacer ahora?

Olaf estaba aburrido, estaban a más de la mitad del camino y su charla con Anna había terminado hace un rato atrás. Kristoff, Anna y el muñeco iban en la parte frontal del trineo, el rubio iba en silencio concentrado en el camino nevado, por lo que no le prestaba atención a la charla que Olaf había iniciado, y Anna en algún momento se enfrascó en sus pensamientos. Olaf volteo para buscar charla con alguno de los que estaban en la parte trasera del trineo, pero Jack iba sumido en sus cabilaciones con la mirada perdida por el paraje; Aster iba con su cabeza asomando por el trineo, mareado por el viaje; y Elsa parecía dormir acomodada en el marco de madera del trineo. Volvió su cabeza más desesperanzado por el tedioso viaje, miró hacía el cielo nublado perdiéndose entre los tonos oscuros de las nubes, y al igual que sus compañeros, perdiéndose en sus pensamientos.

El Secreto De Los Guardianes: El Quinto Espíritu / PRIMERA PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora