Advise 16- Idk

921 48 4
                                    

21 de abril, hace tres años: Alexis
Él me miraba, desde la lejanía me miraba, sus ojos se apartaban cuando se encontraban con los míos mientras sonreía tímidamente.
Su pelo desaliñado y castaño desaparecía y aparecía cuando los grupos de estudiantes pasaban por delante suyo, aunque su mirada nunca desaparecía, siempre estaba ahí, penetrante e impotente.
Era un chico solitario, no tenía amigos pero tampoco era un marginado ya que jugaba en el equipo de fútbol del instituto, cosa que hacia que los estudiantes le conocieran. Su personalidad era misteriosa y fría lo que provocaba un acto voluntario de atracción hacia él.
Cada mañana a primera hora, sucedía lo mismo, sacaba los libros de mi taquilla mientras él, por su parte, me miraba con poca sutileza.
Esa mañana, el deseo incontrolable de hablar con él y la atracción que me suponía aquel chico, me pudieron, por lo que decidí incoscientemente, acercarme a su taquilla.
21 de abril, hace tres años: Zac
No podía dejar de mirarla, era preciosa, como un ángel caído del cielo. Sus ojos me miraban de vez en cuando mientras yo apartaba la mirada con el fin de esquivar cualquier momento incómodo. Mi latido se aceleraba cuando se cruzaban nuestras miradas y se me fundía el corazón al ver esos ojos, cuando su sonrisa aparecía era imposible apartar la mirada ya que era la cosa más bonita que jamás había visto.
Aquella mañana no se me olvidará nunca, fue la mañana en la que me enamoré de lo imposible.
Su perfecto pelo se movía al son de sus precisos movimientos mientras su sonrisa aparecía lentamente hasta completarse. Sacaba los libros de la taquilla y, escondiéndose entre las cabezas de los alumnos me miraba.
Sabía que tendría que haber apartado la mirada, pero no pude, no quería dejar de mirarla.
Recuerdo que el tiempo se paró, nuestras miradas estaban penetrantes en el otro mientras sonreíamos tímidamente. Los segundos pasaban y nosotros permanecíamos inmersos en nuestros pensamientos de deseo hacia el otro, lo que provocó el comienzo una conversación.
Se acercaba lentamente, perfecta, sin ningún fallo, sonreía haciéndose paso entre la marea de alumnos que paseaban por los pasillos del instituto y me miraba fijamente acabando por enamorar mi pequeño corazón.
21 de abril, hace tres años: Alex
Era inevitable no reírse ante aquel juego de miradas y sonrisas constantes. Megan se estaba enrollando conmigo mientras yo disfrutaba de aquel momento tan penoso.
Reconozco que me fastidiaba verla con él, era una chica que estaba realmente buena pero no tenía ni una pizca de maldad en su cuerpo, cosa que no me atraía mucho en una chica.
No era la típica chica que llamaba la atención al verla tampoco llevaba ningún tipo de uniforme que la distinguiera de las demás aunque eso no impedía que no fuera conocida en el instituto.
Mientras observaba con atención aquel encuentro tan patoso Mike, Mason y Dylan se acercaron haciendo bromas y gritando, cosa que era normal en ellos. El último se percató de la escena que miraba y me propuso una apuesta bastante interesante. Honestamente, ella era una de las chicas que más buenas estaban y él, él era un chico con una embustera personalidad misteriosa que enamoraba a las chicas con ella. Así que podía aprovecharme de ella y podía hundirle, dos cosas que llevaba queriendo hacía varios meses.
***
-¿cómo?-estaba confuso, sus ojos mostraban como su miedo relucía.
-Sí, sabía desde el principio lo de la apuesta, pero decidí hacer caso omiso de ello y esperar. Pensaba que no llegaría ha amarte como lo hice y que tú  tampoco, pero con el paso del tiempo me di cuenta de que nuestro amor era algo eterno y franco, lo pensé hasta aquel día, el día en el que decidiste crear un amor breve y fugaz al engañarme. Y ahora, te pido una explicación coherente de por qué lo hiciste, si me amabas, ¿por qué tomaste esa decisión?
-Te has dado a ti misma la respuesta, te amaba y no soportaba la idea de saber que estaba saliendo contigo por una ridícula apuesta-una gota de agua se deslizaba lentamente sobre su remarcada mejilla mientras se le entrecortaba la voz.
-¿y no habría sido más fácil que me lo hubieras dicho? Igual te hubiera amado aún más- sus lágrimas caían rápidamente, una tras otra, sin ninguna pausa.
-Solo quiero que sepas que justo después de aquel martes, me enamoré de ti por lo que lo nuestro no fue todo una mentira porque te amaba y te sigo amando como aquel día- podía notar como expiraba y como su respiración se aceleraba, notaba como sus labios se juntaban lentamente a los míos hasta fundirnos en un apasionado y doloroso beso.
-¿Alexis?-una voz a la lejanía se escuchaba, era grave y reconocible- ¿eres tú?- se acercaba con paso acelerado, forzando la vista.
-Mierda-esperaba que no hubiera visto nada de lo que acababa de suceder pero no podía negar lo obvio.
-¿no es ese profesor nuevo?- Alex estaba confuso, intentando ubicar lo que sucedía.
-Si, es él- ya estaba aquí, casi podía oler su agradable perfume-Will... ¿Qué haces por aquí? ¿Me estas siguiendo?
-Claro, me dije: voy a seguirla cual acosador a ver si me denuncia- sonreía mientras nos miraba extrañado- es que tenía que hacer un par de recados cerca y me vine a dar una vuelta.
Ninguno sabía que decir, se había creado un silencio incómodo en el cual lo único que se podía hacer era rogarle con la mirada que no dijera nada.
Consejo 16: No intentes arreglar las cosas con alguien que te sigue queriendo y tu a él, porque acabaras estando más confusa de lo que ya estabas.

50 consejos para olvidar a un chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora