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Draco Malfoy

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Draco Malfoy

Me dirigía a Pociones, pasaba por un largo pasillo para después subir unos escalones y por fin llegar al aula de clases. Ya tenía mi camino trazado, por lo que sabia que no tardaría mas de cinco minutos en llegar.

Todo era tranquilidad y silencio, hasta que escuché unos murmullos, no le tome importancia hasta que noté mi nombre.

Claramente me acerque para oír que decían, no  iba a permitir que usaran mi nombre en vano.

— ¿Entonces? ¿Lo harás? — Una voz que no pude identificar.

— Amigo, no tengo tiempo para tus apuestas — Era la voz de Potter, por lo que puse más atención.

—Vamos, ¿Acaso tienes miedo de Malfoy?

— ¿Miedo de ese rubio? Claro que no.

— Entonces acepta la apuesta, sal con la amiguita de Malfoy, enamórala y déjala ilusionada.

Antes de que siguieran hablando, salí de mi escondite y caminé junto a ellos.

— Vaya, San Potter caminando por el mismo pasillo que yo, esto es un sueño — Me burlé de él.

— Malfoy, aléjate.

— Oh, ¿Potter tienes miedo?

Me acerqué a él lentamente, este verano había crecido bastante, por lo que era más alto que Harry.

El me iba a contestar, pero su amigo lo jalo de un brazo y se lo llevó a otro pasillo.

Camine hacia el salón, aun era temprano. Esa clase la compartía con los de Ravenclaw, por lo que si tenía suerte me podría sentar con Sarah.

Llegue temprano, Snape solo me miró mientras revisaba algunos pergaminos.

Pronto el aula comenzó a llenarse y Sarah no llegaba, a decir verdad me preocupaba que Snape la humillara delante de todos.

Mis preocupaciones desaparecieron cuando vi su melena castaña en la puerta, pero mi ceño se volvió a fruncir en confusión al ver que Potter la acompañaba.

Recordé la apuesta, el iba a ilusionar a Sarah, no lo podía permitir.

Sin dudarlo, me levante de mi lugar y me acerque a la puerta, la abrí en su totalidad y pude verlos mejor.

— Hey, Sarah — Ella volteó a verme — Te guarde un lugar a mi lado.

— Oh, Draco, muchas gracias — Se alejo de Potter dejándolo con la palabra en la boca y ambos nos dirigimos a nuestros lugares — Gracias por ir por mi, Harry me estaba pidiendo una cita y honestamente no quería ir.

Sonreí internamente y simplemente le sonreí para que luego comenzara la clase.

A decir verdad, yo sabia que Sarah no era tan buena en pociones ya que la mayoría del tiempo Snape le llamaba la atención. Cuando comenzo la clase el profesor nos miro confundido, tal vez no pensaba que fueramos amigos.

Todo iba bien, evitaba que Sarah cometiera algun error y que nos llamaran la atencion, pero no pude evitar pensar en que la castaña ahora era parte de una estupida apuesta. No me importa cuanto me cueste,  yo evitare que le rompan el corazon.

 No me importa cuanto me cueste,  yo evitare que le rompan el corazon

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