DREAM || Draco Malfoy

12

¿Qué tanto pueden cambiar las cosas en un lapso tan corto de tiempo? Bueno, al parecer, bastante.

Tan solo fue cuestión de 1 semana para que Sarah y Draco se distanciaran sin darse cuenta y ya no fueran tan inseparables como lo eran antes.

Y la causa de ello tiene nombre y rostro; Cedric Diggory. Chico de séptimo año, Hufflepuff, atractivo y ha cautivado a la pequeña Sarah Baker.

Draco se dio cuenta de inmediato y a pesar de que le molestaba bastante, no hizo nada para alejar a Sarah de él, ya que ¿Quien era el para decirle con quien entablar una amistad? Lo único que le importaba era que no sea mala influencia para ella y que no le haga daño.

Draco comenzó a pasar bastante tiempo solo, es decir, tenía amigos, pero ya no quería estar con ellos, extrañaba estar con Sarah.

Caminaba solo por el pasillo dirigiéndose a la biblioteca, no podía dejar de pensar en los meses que habían pasado, el como solo por una bola de cristal de la clase más ridicula de todo Hogwarts, causó que se hiciera mejor amigo de aquella Ravenclaw sangre sucia y el como causó que también se enamorara de ella.

Por que lo estaba, estaba enamorado de ella.

No era un capricho ni mucho menos, el estaba enamorado, enamorado de su pelo castaño, de su piel morena, de sus ojos, de sus labios, de su sonrisa, de su manera tan especial de reírse, de todo.

Nunca podía dejar de pensar en ella, siempre la veía en todas partes, sin embargo, el sabía que ella no sentía lo mismo por el, ella solo lo veía como un amigo.

Ouch, un amigo.

Siguió caminando con la cabeza gacha, hasta que escuchó una risa tan peculiar, miró por todos lados hasta que vio a la dueña de ese tan agradable sonido.

Su sonrisa decayó al ver con quien estaba, los ignoro y caminó hacia la biblioteca, tal vez sus libros lo ayuden a despejarse.

—¡Draco! ¡Draco! — Ella corrió hacia el y lo tomó del brazo, le dio una linda sonrisa que casi hacía que al platinado le estallara el corazón.

Le dio una gran sonrisa antes de contestar con calma — ¿Qué pasa Baker?

Cedric se acercó con calma hacia ellos, era bastante alto e imponente, sin embargo, a pesar de que Draco era dos años menor, era un poco más alto que el.

Draco le dio una mirada seria antes de volver a mirar a Sarah.

— Te quería dar algo Draco — Hablo la castaña, cortando el momento tan tenso — El sábado fuimos a Hogsmade, pasamos por esa biblioteca que tanto te gusta y te compre un libro.

El la miró con una gran sonrisa — A ver — El tomó el libro que le había extendido — Muchas gracias Sarah.

La chica de inmediato lo abrazo pasando sus manos por su cuello, el corazón de Draco casi se detiene pero no dudo en aceptar el abrazo y corresponder, todo bajo la mirada intensa de Cedric.

Intercambiaron unas palabras más hasta que fueron interrumpidos por el castaño.

— Sarah... debemos irnos o no podré ayudarte a estudiar.

Draco lo miró sin expresión, pero por dentro estaba ardiendo del enojo ya que había interrumpido su momento con Sarah.

Sarah se despidió de Draco con un beso en la mejilla y lo dejó ahí, solo.

La felicidad de el se fue junto a Sarah, su semblante cambió y entró decaído a la biblioteca, se sentó en una mesa algo alejada de los demás y se dispuso a leer el libro que la castaña le había regalado, pero no se pudo concentrar, no podía parar de pensar en ella y en como todo cambio tan rápido solo por la llegada de su nuevo amigo.

Draco se sentía triste y solo, como se sentía antes de conocerla.

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