Capítulo I: Misión

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Punto de vista. CARLOS

Estábamos esperando la señal para invadir el lugar. Marjan a mi derecha y Mateo a mi izquierda, ambos con su equipo listo y rifle en mano.

"Equipo Alfa, recibe la señal. Repito, recibe la señal."

Habló Nancy a través de la radio, los tres reaccionamos y tomamos nuestras posiciones.

"Aquí Reyes, Nancy, señal recibida."

"Carlos, hemos actualizado la guía, el rescate empieza en treinta segundos a partir de ahora, cambio."

Mateo se adelantó y apuntó al cerrojo para darle un disparo. La chapa rodó a un lado y la puerta se abrió. Sentí mi corazón latir ansioso, no era nuestra primera misión, pero los nervios nunca me abandonaron. 

"Permiso de ingreso en tres, dos, uno..."

Mateo se volvió y se paró al lado de Marjan, yo iba adelante como el líder de mi equipo. Alcé mi rifle y esperé la afirmación de Nancy al otro lado.

"Ruta despejada, permiso de avanzar, equipo."

"Copiado."

"Suerte, cariño. No olvides que tienes una cita en la noche por nuestro noveno aniversario de casados".

La voz de TK me tranquilizó notablemente e hizo que soltara una carcajada.

"No lo hago, mi amor."

Escuche la risa de TK y la voz de Nancy molestándolo antes de apagar la radio.

Ingresamos al lugar, era una casa muy amplia de tres pisos, las ventanas estaban cerradas y rotas. Parecía abandonada, convirtiéndola en un refugio perfecto para los criminales. El olor era insoportable, tal vez una mezcla entre carne podrida y sudor. Hice una mueca, trate de contener la respiración lo mejor que pueda mientras avanza.

"Jefe, el objetivo está a dos metros de distancia."

Asentí, íbamos a seguir avanzando hasta que escuchamos la voz de dos hombres al otro lado de la habitación. Les hice un gesto a los dos para que dejaran de avanzar, también para escuchar mejor lo que decían.

"Estamos jodidos, maldita sea. ¡Jodidos!"

"¡Cállate, Steve!"

Apunté mi arma hacia donde venían las voces, Marjan y Mateo también lo hicieron. Cuando los sentimos más cerca, apreté el gatillo, pero una nueva voz interrumpió nuestros planes.

"¡Déjennos ir o dispararé!"

Esa debía ser la voz de Janhi, la chica que desapareció hace ya dos semanas ya quien venimos a rescatar. Lo único que me desconcertó fue saber que había más de una persona a manos de estos criminales.

Ambos fruncieron el ceño, por mi parte, les hice un gesto para que bajaran sus armas. No era la primera vez que nos encontrábamos en esta situación. Como agentes privados, nuestra única tarea era rescatar a la víctima registrada, el resto era asunto de la policía.

"¡No se acerquen!"

Les hice un ademán a ambos para que no se movieran mientras avanzaba lentamente. Me asomé hacia la puerta y pude ver con más claridad la escena. La chica tenía un aspecto deplorable y una pistola yacía en sus manos, sin embargo, su pulso no era firme.

"Déjate de payasadas, niña, y entréganos el arma."

Los dos hombres estaban frente a ella, cada uno tenía una pistola, pero no la alzaron ni le apuntaron, muy probablemente por el pésimo agarre que tenía Janhi en el arma. Ella estaba temblando, mirando hacia todos lados hasta que sus ojos se posaron en los míos. Bajé mi arma, dándole un sentido que no era una amenaza para ella.

Buscándote (NO CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora