Capítulo III: Accidente

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POV. CARLOS

Estaba arreglándome para nuestra cita nocturna. Cada uno de los chicos había regresado a casa luego de ser advertidos de la amenaza que teníamos en nuestras cabezas. La sugerencia de un chip estuvo a flote luego de completar nuestra misión. Grace fue la de la idea, los demás no se negaron, pero tampoco estuvieron de acuerdo.

Y luego estaba la jodida cuestión de si debía ser incrustado o simplemente llevarlo como un accesorio más a nuestro equipamiento.

Suspiré, giré la corbata como TK me había enseñado. Después de casi nueve años de matrimonio, podía decir que era un experto en estas cosas.

La primera vez que lo intenté, fue cuando ascendí a detective. TK estuvo allí, riéndose de mi vano intento por ajustar la corbata. Él se acercó, me la quitó de las manos e hizo el nudo con una destreza increíble.

Siempre tuve esa molestia por dejar que alguien más hiciera algo por mí. Pasé el resto de los días suplicándole que me enseñara a hacer el maldito nudo de esa cosa. Varias semanas después, o meses tal vez, me enseñó luego de darle una ronda caliente de besos.

A veces, cuando me gusta sentirme amado por acciones simples, dejaba que TK hiciera el nudo, fingiendo que me lo había olvidado. Esos días, mi marido negaba con una sonrisa radiante en su rostro y se acercaría para ayudarme, no sin antes haberme robado un beso.

Hoy no fue esa ocasión porque mi marido estaba a manos de sus compañeras. Nancy, Marjan y Tommy se llevaron a TK consigo, dejando en claro que no iban a permitir que TK se pusiera sus camisas floreadas y ridículas por su noveno aniversario.

Revisé mi reflejo en el espejo antes de salir. Llevé conmigo las llaves de mi carro y le di una última caricia a Lily, nuestra gata.

"Te veremos en unas horas, Lily. Cuida a tu hermano Luo II."

La gata maulló en respuesta. Fui hacia el recipiente de Lou y comprobé que estuviera todo en orden. El lagarto me miró con sus ojos grandes y parpadeantes.

"No estarás esperando un beso de despedida, ¿verdad?"

Lou parpadeó en respuesta.

Activé las alarmas y el sistema de seguridad de la casa antes de salir. Miré hacia al frente, encontrándome con el carro de los vecinos y uno que otro perro suelto.

Fui hacia mi carro, inserté la llave y abrí la puerta. Me senté y coloqué mi teléfono en el reposador y encendí el auto.

Hace ya varios años que habíamos comprado uno nuevo, era un Ford de penúltima generación. Despedirme de mi Camaro azul fue como arrancar mi corazón y hacerlo trizas. TK se burló de mis lágrimas esa noche, sin embargo, estuvo ahí, dándome palmaditas en la espalda en compensación.

Frené el auto cuando el semáforo se mostró en rojo. Agarré mi teléfono, llamé a TK y lo puse en el altavoz. El timbre de llamada sonó un largo rato, empezaba a preocuparme cuando Nancy contestó por mi esposo.

"¡Carlos, tienes que darle un respiro!"

"Hola para ti también, Nancy."

Escuché el alboroto de fondo, Tommy estaba gritándole a una de sus gemelas por manchar una de las camisas de TK con jugo de manzana.

"¡TK, se acabaron las pruebas! ¡Tu marido te está esperando!"

Unas coro de quejas se volvió a escuchar. Pude distinguir la voz de Grace y la de Charlie, su hija mayor.

"Dile que Judd dejará a TK en el restaurante, ¡esto nos tomará unos quince minutos más!"

"¿Qué yo qué?"

Buscándote (NO CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora