Capítulo IV: Secuestrado

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POV. CARLOS

Escuché la voz de los miembros de fondo. Mamá estaba sollozando y papá hablaba en susurros. También estaba la voz de Grace y Marjan. Todos, en realidad.

No era la primera vez que estaba en el hospital. Cuando era niño y vivía mi día a día con la cabeza en las nubes, solía caer y darme golpes muy fuertes en cualquier parte de mi cuerpo. Aquellos días, mi mamá me apretaba contra su pecho mientras me consolaba con sueves palabras y besos en la frente.

Papá era un mar de nervios, muchas veces no sabía qué hacer y terminaba llorando conmigo. Tal vez era porque fui su único hijo, el único con el que salía por las tardes a jugar fútbol y con el que veía partidos los domingos.

Aprendió a ser fuerte luego de casi perder a Luisa. Ese día aún vive marcado en la familia Reyes. Fue una tarde cualquiera, ella salió como todos los días a la universidad en su moto, un regalo del tío Fernando, el hermano de papá.

Por alguna razón, mamá le había advertido que no saliera en moto por el clima. Era lluvioso y se escuchaban truenos muy espeluznantes. Luisa se había reído de la preocupación de mamá y solo le dio un beso en la mejilla.

No pasaron ni dos horas cuando el teléfono de papá sonó. Estábamos viendo un partido en la televisión, yo acurrucado a su lado y él tenía su brazo izquierdo sobre mis hombros. Papá contestó y luego no se movió durante unos largos minutos hasta que llamó a mamá con un grito desgarrador.

Sus manos temblaban mientras le explicaba sobre el accidente de Luisa. Yo no supe de qué estaban hablando, solo sabía que algo muy malo le había pasadoa mi hermana.

Ellos me dejaron en la casa de mi tía Lucy, quien ya tenía sus ojos llorosos y un rosario en sus manos. La tía me recogió en sus brazos y nunca se separó de mi lado.

Unas horas después, mi hermana entraba por la puerta de la tía con un yeso en su pierna derecha y un jodido cuello ortopédico. La tía me soltó y fue a abrazarla con el mayor cuidado posible. Después de esos besos cariñosos, le siguieron una cátedra del vocabulario favorito de la tía, los cuales no eran nada lindas o dulces.

A Luisa gracias que papá no permitió que nunca más nos subiéramos a una moto.

Poco a poco abrí mis ojos. Vi el panorama que me rodeaba con cuidado. Owen estaba al lado de la ventada, Marjan enterraba su rostro en el cuello de Nancy. Mamá yacía en los brazos de papá mientras Tommy tronaba sus dedos.

Mis ojos se encontraron con los de Judd. Lucía destrozado, tenía un vendaje en la cabeza y varios cortes esparcidos en su rostro. Sus brazos también estaban envueltos en unas vendas, unas que iban de extremo a extremo.

Busqué por la sala, estaba desesperado por ver a mi marido, pero él no estaba ahí. Recordé que Grace había dicho que Judd iría con TK en su camioneta. Entonces, ¿por qué Judd estaba en la sala y mi marido no?

"Judd, ¿dónde está TK?"

Todos alzaron sus cabezas hacia mí.

"¡Carlitos, mijo!"

Mamá me abrazó. Papá estaba tras ella, su mirada corría de la mía.

"Nos tenías muy preocupados, mijo."

Miré nuevamente a Judd. Sus ojos se apartaron bruscamente de los míos mientras se llenaban de lágrimas.

"Judd, ¿dónde está TK?"

"Será mejor que llamemos al doctor."

"Mamá, ¿dónde está mi marido?"

Ella paró de golpe. Sus manos se frotaron de forma nerviosa. Volteó a ver al grupo, buscando ayuda. Miré hacia papá que no se había movido, él piñizcaba el dorso de su mano izquierda con una repentina ansiedad.

Buscándote (NO CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora