Rememoro el infierno incesante que es el colegio. Cada vez que me niego aresponder una pregunta en clase, cada momento que paso solo inclinado sobre un libro, me recuerda lo que mi familia piensa de mí. Que soy patético. Un bicho raro inepto. Un hijo joven que no puede hacer un solo amigo, por no hablar de tener novia. Lo intento, de veras que lo intento. Cosas pequeñas, como preguntarle la hora a mi compañero. Pero cuando lo hago, tiene que inclinarse hacia el pasillo y pedirme que le repita la
pregunta. Ni siquiera yo puedo escuchar el sonido de mi voz. Aún no lo entiendo del todo...Hablar con adultos es soportable; lo que me resulta imposible es hablar con gente de mi edad. Así que sigo repitiendo las palabras de Sakura en mi cabeza. Después de todo, quizá haya alguien que no se sienta avergonzado de mí. Puede que haya un miembro en mi familia
a quien no haya defraudado por completo.Pero sigue habiendo un vacío en mi interior que crece hasta convertirse
en una cueva. Me siento terriblemente solo todo el tiempo. A pesar de que en clase estoy rodeado de compañeros.Tan sólo con Sakura puedo ser yo
mismo. Compartimos juntos esta carga y ella siempre está de mi lado, a mi lado. No quiero necesitarla, depender de ella, pero lo hago. Lo hago de veras. No imagino una vida sin ella.A mediodía me siento a pasar la tarde, tan larga, en mi sitio habitual,
mientras contemplo cómo la fría luz avanza despacio a través del hueco de la escalera que tengo a mis pies. De pronto oigo unos pasos que vienen del piso de arriba y me asusto. Bajo la mirada hasta mi libro. A mis espaldas, las pisadas se detienen y noto cómo se me acelera el pulso.Alguien pasa por mi lado en los escalones. Noto que una pierna roza la manga de mi camisa y me concentro en la página borrosa que hay ante mí. Horror de los horrores: los pasos se detienen justo a mi lado.
—¡Hola! —exclama una voz femenina.
Me estremezco. Me obligo a levantar la cabeza y mi mirada se cruza
con la de unos ojos azules pertenecen a alguien a quien reconozco vagamente. Me lleva unos segundos recordar quién es. Se trata de la chica que siempre va con Sakura. Ni siquiera puedo acordarme de su nombre.—Hola—digo entre dientes.
No estoy seguro de que me haya oído. Su mirada es inexpugnable y parece que está esperando algo más.
—Las horas —comenta, mirando mi libro—. ¿No es una película?.
Asiento.
—¿Es bueno? —Es impresionante lo empeñada que está en entablar una
conversación. Asiento otra vez y vuelvo a mi lectura—. Soy Ino —dice, sin dejar de sonreír.—Sasuke—respondo.
Levanta las cejas con un expresivo ademán.
—Lo sé.
Mis dedos crean hendiduras húmedas en las páginas del libro.
—Sakura siempre habla de ti.
No hay nada sutil en esta chica. Tiene el pelo rubio y largo atado en una coleta alta y la piel blanca, que contrasta con el pintalabios rojo sangre, y lleva puesta una falda
obscenamente corta y unos aros de plata enormes en las orejas.
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Forbidden |Sasusaku| [En curso]
Fanfiction¿Cómo algo tan malo nos podía hacer sentir tan bien? Sakura y Sasuke siempre se han sentido más amigos que hermanos. Ante la incapacidad de cuidarlos de su madre alcohólica y la ausencia de un padre que los abandono los dos jóvenes deben hacerse ca...