POV Sakura
El sol, que acaba de empezar a teñirse de naranja, salpica de gotas doradas la superficie escamosa del agua, musculada como el cuerpo de una serpiente. Éste es mi momento favorito del día: la tarde casi extinguida, la noche aún por empezar, las horas que languidecen ante nosotros para difuminarse después en un oscuro crepúsculo. Muy por encima nuestro, los puentes stán congestionados por el tráfico: autobuses sobrecargados, coches impacientes, ciclistas temerarios, hombres y mujeres que sudan dentro de sus trajes, desesperados por llegar a casa. Por debajo, los transbordadores y remolcadores cruzan las aguas. La grava cruje bajo nuestros pies mientras caminamos por la vasta y vacía extensión que hay entre los edificios de oficinas acristalados, más allá de los apartamentos de lujo que se apilan alzándose hacia el cielo. Hace tanto sol que el mundo parece un hueco de luz de un blanco apacible.
Lanzo mi mochila a Sasuke y comienzo a correr, a saltar y a brincar, y hago una voltereta con las manos apoyadas en el áspero camino granulado. El sol desaparece momentáneamente y nos sumergimos en una sombra azul al pasar bajo el puente. Nuestros pasos se magnifican de repente, su sonido rebota en el suave arco y sus cimiento sorprendiendo a una paloma que vuela por el cielo. A poca distancia, a mi izquierda, y manteniendo un perímetro de seguridad con mis acrobacias, Sasuke da grandes zancadas con las manos en los bolsillos y las mangas enrolladas hasta los codos. En sus sienes se aprecian los finos hilos que son sus venas, y las sombras bajo los ojos le confieren un semblante misterioso.
Me observa con su mirada
oscura y brillante y me dirige una de ess medias sonrisas tan suyas.Sonrío y hago otra voltereta, y Sasuke aprieta el paso para que coincida con el mío; parece ligeramente divertido. Pero cuando sus ojos se alejan, su sonrisa se desvanece y comienza a morderse los abios de nuevo. A pesar de que camina a mi lado, lo siento distante, una distancia indefinible. Incluso cuando su mirada se posa en mí, siento que no llega a verme del todo. Sus pensamientos están en otra parte, fuera de mi alcance. Pierdo el equilibrio al hacer una voltereta hacia atrás y tropiezo con él, rácticamente aliviada al sentir su solidez, su vigor. Se ríe brevemente y me endereza, pero enseguida vuelve a morderse el labio con los dientes rozándole la llaga.
Cuando eramos pequeños hacía tonterías que lograban romper el hechizo, que lo sacaban de este estado, pero ahora es más difícil. Sé que hay cosas que no me cuenta. Algo le ronda por la cabeza.
Cuando llegamos a la zona de tiendas, compramos pizza y Coca-Cola para llevar y nos encaminamos hacia el parque de las hojas. En cuanto
cruzamos sus puertas, nos dirigimos hacia el centro de la vasta extensión de hierba, lejos de la sombra de los árboles, y nos tendemos bajo el sol, que ya cae por el oeste y va perdiendo poco a poco su brillo. Con las piernas cruzadas, me examino una herida que tengo en la espinilla mientras Sasuke se agacha, abre la caja de pizza y me da una porción. La cojo, extiendo las piernas y reclino la cabza hacia atrás para que el sol me dé en la cara.—Esto es mil veces mejor que salir con esos idiotas del colegio —le
digo—. Ha sido una buena decisión marcharme cuando lo has hecho túMastica con firmeza, me lanza una irada penetrante y sé que intenta
leerme la mente, buscando un doble sentido a mis palabras. Me encuentro de lleno con su mirada, y la esquina de su boca se curva hacia arriba cuando se da cuenta de que estoy siendo realmente sincera.Acabo de comer antes que él y me recuesto sobre los codos, observándole masticar. Es obvio que está muerto de hambre. Abro la boca para decirle que tiene salsa de tomate en a barbilla, pero cambio de
opinión. Sin embargo mi sonrisa no pasa desapercibida.—¿Qué? —me pregunta con una risa beve, traga el último bocado y se
limpia las manos en la hierba.—Nada. —Trato de contener la sonrisa, pero con el mentón manchado de rojo, el pelo alborotado, la camisa por fuera de los pantalones y los puños mugrientos de la camisa colgando libremente alrededor de sus manos, lo cual es raro, siempre sele estar muy limpio y con todo en orden.
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Forbidden |Sasusaku| [En curso]
Fiksi Penggemar¿Cómo algo tan malo nos podía hacer sentir tan bien? Sakura y Sasuke siempre se han sentido más amigos que hermanos. Ante la incapacidad de cuidarlos de su madre alcohólica y la ausencia de un padre que los abandono los dos jóvenes deben hacerse ca...