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—Bangchan! ¡Llamemos a Bangchan! ¡BANGCHAN!—
Un grupo de mujeres en los asientos detrás de mí están gritando con toda su garganta.

¿Puedes entender cuan real, realmente dificil es olvidar al hombre cuando todos a tu alrededor lo están aclamando?

Sobre todo cuando mi cuerpo está lleno de adrenalina por la pelea a punto de comenzar.

Es una sensación deliciosamente familiar, en realidad, esta hirviendo a fuego lento en mí mientras me siento en el Underground de Incheon, esperando a que Christopher salga al ring.

Siento que soy el contrincante y mi cuerpo está preparado perfectamente. Mi sangre corre caliente y fluida dentro de mí, mis glándulas de adrenalina llenan mis hormonas y mi mente esta tan clara como un cristal recién lavado.

Mis piernas están inmóviles en mi asiento y también mis manos, pero no es más que un engaño. Es la quietud de la preparación. A pesar de que en el exterior todo está en calma, en el interior hay un fuego rugiendo.

Llega el momento que todo cae en silencio y se contiene la respiración, hasta que llega el momento de explotar, será concentradamente preciso que des rienda suelta a tu energía en un perfectamente planeado estallido.

Incluso ahora, recuerdo mi perfecta posición en cuclillas en la parrilla de salida, la forma en que todos mis sentidos perecían estar afinados con el sonido del disparo de salida, donde todo -y me refiero a todo- despierta con ese sonido y tu corazón deja de latir una fracción de segundo.

Ahora parece que estoy a la espera de escuchar su nombre anunciado, y cuando por fin oigo: "CHRISTOPHER BANG, BAAAAAANG CHAAAAAN" hay una fiebre atravesándome, y sin embargo no hay lugar al que yo pueda correr, no hay alivio para lo que le sucede a mi cuerpo, solo está ese increíblemente poderoso dolor siendo alimentado por las mismas hormonas que mi cuerpo intenta mantener en control, que yo no tengo manera de detener.

Me levanto de mi asiento al igual que toda la gente en la habitación, pero es todo lo que puedo hacer mientras lo veo salir al ring de la manera en que solo él sabe.

El público lo recibe al instante con más gritos, y estoy mareado también.

Ahí está, la fantasía viva y andante de cualquier persona, haciendo su camino lento, arrogante, con su cabello negro despeinado, una sonrisa asesina con hoyuelos, su pecho brillante, todo el paquete Christopher Bang.

Es la mismísima perfección.

Una nueva ola de hormonas me recorre mientras en el resto de las personas se lo come con la mirada, tan descaradamente exhibicionista en sus pantalones cortos de boxeo y tan sorprendentemente atractivo, se convierte en el centro de mi atención.

El centro de mi mundo.

Desde que dejé de competir, he ganado grasa corporal y ahora estoy un dieciocho por ciento saludable. Tengo más curvas de las que solía tener, con un poco más de carne en mi trasero.

Pero nunca he sido más consciente de mi cuerpo y sus miembros internos y externos que cuando me relacioné con este hombre. Yo no sé si alguna vez me voy a acostumbrar a él. Jamás podré lograr que deje de provocarme esto.

Quizás podré hacerlo cuando me haga suyo.

Sí, este hombre pone mi cuerpo fuera de control.

-¡Y ahora, el famoso y aclamado S-COUPS!—

Mientras su rival llega al ring, la mirada de Christopher barre la multitud hasta que me encuentra.

Nuestros ojos se encuentran, al instante estoy sin aliento. Sus hoyuelos forman una sonrisa tan perfecta que se desliza por todo mi cuerpo, electrizando mis terminaciones nerviosas.

UNDERGROUND - minchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora