UNDERGROUND - minchan

29

—Esto es tan emocionante, tenemos los primeros asientos. O le das una mamada de infarto o el chico está definitivamente enamorado de ti—
Dice Félix mientras nos sentamos en el centro de los primeros asientos del Underground.

—Bueno, aun no he pasado a esa parte, ya que la penetración es muy emocionante, ¿sabes?— Le digo, pero de repente todo lo que tengo en mente es sexo oral.

Darle al hombre que amo una deliciosa mamada que hará que su erección me ame por siempre.

Las cejas de Lix se alzan.
—¿Estás presumiendo?—

—¡No! Soy honesto, sin sarcasmo, admitiéndole a mi mejor amigo que estoy entusiasmado por darle a mi chico mi primera mamada tan pronto como sea capaz de apartarme de sus deliciosos labios.—

Lo increíble ha pasado. Creo que hice sonrojar a Lixxie. Está con la cara roja mientras me mira fijamente, cómo si hubiera confesado una orgía.

—Dios mío. ¿Qué le hiciste a mi mejor amigo? ¿Dónde diablos está? Min, estás loco de amor por este hombre. ¿Desde cuándo hablas de mamadas conmigo?—

Mi sonrisa se desvanece de repente, y también mi voz.
—Por favor, deja de decir la palabra con A, sólo hace que mi estómago se tense.—

—Amor. Tú amas a Christopher. Christopher te ama.— Felix se burla

—Toma—. Con una mirada matadora, le meto en la boca un chiche en que le robé a Hyunnie.
—Mantén eso en tu boca, ¿lo harás? Esta hecho de pegamento y sellará tu pico. Ahora, dime si ves a Jeongin en algún lado.—

—Lo veo a las tres en punto.—
La sorpresa drena la sangre de mi rostro.
—¿Lo ves?—

Mi cuerpo se tensa cuando lo veo.
Es él. En una muy profunda y gran parte de mí, espero que sea una pesadilla, y que el chico con el cabello rojo sangre, la cara pálida, y el tatuaje en la cara sea otra persona. Pero no.

Es él. Esa triste mirada de niño abandonado.
Y tengo que salvarlo de sí mismo.

Mientras Innie toma asiento al otro lado del ring, aprieto el brazo de Félix y empujo un pequeño papel que había estado agarrando en su palma. —Bien, tienes que darle esto, muy discretamente, así esos tipos grandes cerca de él no notarán el intercambio.—

—Lo tengo. — Lix mueve su pelo y camina alrededor, hacia el otro lado del ring.
Jeongin no me ha visto, creo, pero se tensa cuando encuentra a Félix.

Lix camina, como una chica rubia coqueta, cuando se tropieza con uno de los hombres, luego se acerca para disculparse con Innie y le da palmaditas en la mano como diciendo: lo siento, lo siento, espero no haberte lastimado y luego se retorna a su asiento a un lado mío.

Mi interior se aprieta con tensión cuando mis ojos se quedan en mi hermano. Él baja la mirada a su regazo y lee la nota, y fe y emoción se tuercen dentro de mí cuando parece que la lee por segunda vez. Así que, ¿está interesado?

—Hecho—dice Lix, y luego Innie levanta su cabeza, me mira, sus ojos avellana brillando ligeramente, y exhalo un largo suspiro de gratitud de que al menos no está huyendo.

Cuando nuestras miradas se quedan varios segundos, le sonrió, solo para que sepa que quiero verlo en un modo "amistoso". Me sonríe débilmente, casi temblando, y luego sus ojos liberan lágrimas mientras el presentador comienza.

Mi pecho crece con mayor determinación de salvar a mi pequeño hermano, y de repente no puedo esperar a que sea mañana. Sólo rezo para que vaya.

—Y ahoooora, damas y caballeros...—

—Ya va a salir.— Lix me aprieta la pierna.

Solo saber que él va a salir me tiene en modo súper emocionado, у cuando su nombre suena por todo el público, mi corazón se dispara y mi piel tiembla.

—Christopher, el único, ¡¡BANG-CHAN!! ¡¡BANG-CHAN!! Digan hola a ¡BANGCHAN !—

Él sale como el sol después de meses de noches, y el mundo no puede parar de gritar en gratitud. Se balancea hacia el ring y se quita su capa roja y, en el centro de ring, está ahí. Haciendo su saludo mientras el público ruge su nombre, sus musculosos brazos extendidos, llenos de venas, y los gritos se vuelven más y más ruidosos porque la gente ama la forma en que se voltea, su rostro juvenil y cuerpo masculino, el destello malvado en sus ojos que promete darles un buen show.

Se detiene donde siempre lo hace, y sus ojos brillantes me dicen que él sabe que es el mejor y que lo quiero, y sus hoyuelos salen para matarme. Matarme.

El hecho de saber que ese hombre será mío en la noche no me deja respirar.

Pero, agradecido, arreglo una sonrisa.
Dios mío , estoy repleto de tanta emoción, que definitivamente puedo sonreírle de regreso desde mi asiento.

La pelea comienza, y me siento, babeando junto a Lixxie, mirando esos brazos con el tatuaje enredado donde sus hombros y biceps se flexionan para golpear a sus oponentes. Su fuerza, su juego de pies, su rapidez, me cautiva.

Lixle grita todas las cosas que quiero decirle y más, deleitándome.
—¡Mátalo, Christopher! ¡Sí! ¡Sí! ¡OhDiosMío, eres un Dios!—

Riendo con puro deleite, lo abrazo.
—Oh, Lix—  Suspiro, luego le susurro con travesura —Dile que es hermoso.—

—¿Por qué no le dices tú, pequeña gallina?—
Entrecierra sus ojos y me pega con sus hombros. —No llegas a gallina, eres un pollito cobarde, ¡díselo!—

—No puedo. No he podido gritarle en público. Usualmente yo era al que le gritaban— admito, golpeándolo de regreso. —Y siento que mi voz lo va a distraer. ¡Anda! Dile por mí. Dileeeee.—

Parado, Sunggie ahueca su boca y grita:
—¡Minho piensa que eres la cosa más ardiente, Chan! ¡Chan, Minho te ama, Chan! ¡Cada parte y centímetro de ti!—

—¡FÉLIX!— Impactado, pongo una mano en su boca y lo empujo de nuevo a su asiento, pero el público es tan ruidoso ahora que estoy casi seguro que él no escuchó.
—Toma otra goma de mascar, Lix —digo, mirándolo amenazantemente. —Y prométeme que no dirás eso otra vez, Félix.—

—Oh, está bien, sólo le dije que es tan ardiente y esas cosas.—
Riendo cuando asiento rígidamente, se vuelve a parar y codea mi costilla, llamándome pequeño gatito asustado, porque soy un cobarde, y luego sigue gritando todas las cosas que pienso y no tengo el coraje de gritar.

Que es tan ardiente, que es un Dios, que es una sexy bestia y es tan malditamente sexy que nadie puede soportarlo...

Juro que si pudiera gritar, probablemente gritaría que es mío, que lo amo, que es MI bestia sexy...
pero no puedo ni siquiera gritar su nombre entre el público. Y me doy cuenta de que, después de todo, siento un poco de miedo.

Porque nunca le habia dado mi corazón a alguien hasta Christopher. Y él tiene la fuerza para golpearlo tan fuerte como golpea a sus oponentes.