UNDERGROUND - minchan

26 🔥

Mientras Chan entrena, me mantengo ocupado en mi teléfono y hago unas cuantas llamadas discretas a los hoteles de la zona.

Jeongin no está registrado en ninguno, pero sé que él está con ese tipo; Él es asqueroso, ni siquiera puedo entender porque mi pequeño hermano se metería con él. Pero estoy formulando un plan y Félix me ayudará a llevarlo a cabo perfectamente sin activar uno solo de los instintos protectores de Christopher.

El pensamiento me hace mirarlo, él está saltando la cuerda, haciendo esos sonidos como bofeteadas mientras la cuerda vuela por todo su cuerpo, volteándose, un pie, luego el otro moviéndose.

Mi interior se calienta mientras recuerdo la sensación de tenerlo, todas las veces que hicimos el amor.

Yo quería saber lo que se sentía tenerlo dentro de mí, ahora lo sé y siento que estoy siendo poseído por todo ese hombre.

Más tarde, lo estiro y mis manos vagan libremente sobre sus músculos calientes, siento como si él hubiera sido hecho para mí.

Mío para tocarlo. Μίο. Μίο. Mío.

Un calor me atraviesa mientras él contrae su torso debajo de mis dedos. Su pecho está agitado, él está cansado, necesita comer.
Pero en todo lo que puedo pensar es en saltar sobre él cuando lo tenga de vuelta en la cama.

A medida que voy dándole la vuelta a la banca para trabajar en su espalda, él me toma de un brazo y me arrastra a su regazo, enterrando su nariz en mi cuello.
—Umm— dice suavemente en mi oído.

Mis pezones inmediatamente se paran. Ahora que sé que "Umm" para Christopher significa que quiere comerme, no puedo evitar la piscina de calor líquido que se dispara de mi interior.

Se estira y retira un mechón de mi cara
—Puedo oler lo caliente que estás por mí—
murmura con una mirada hambrienta a mi boca.

Mi respiración se entrecorta. Me asomo un poco más allá de mi hombro. Veo que el Entrenador y Changbin están ocupados recogiendo todas las cosas que Chan dejó tiradas alrededor, como guantes y cuerdas, así que me volteo hacía él y susurro:
—Bueno, ¿Te has visto?—
Mis labios rozan el lóbulo de su oreja mientras deslizo mis manos alrededor de sus hombros y paso mis dedos por su espalda musculosa.
—¿Te has visto? Apenas puedo apartar mis manos de ti. Quitarte los ojos es como pedirme deliberadamente que me ahogue, simplemente no puedo hacerlo.—

Sus brillantes ojos capturan los míos, levanta una mano y agarra mi cabello y luego pasa sus dedos por el.
—Eres mío ahora, no dejaré que nadie más te tenga.—

—Lo sé. —
Suspiro dramáticamente, como si me mortificara la idea.

Él me sonríe con ternura, luego pone mis brazos alrededor de su nuca sudorosa. Veo que las gotas de humedad que continúan aferrándose a su frente y simplemente me dan ganas de secarlo con mi boca.
—Me gusta cuando me veo a través de ti, Minho.—

Suavemente se apodera de mis tobillos en su agarre y guía mis piernas alrededor de su cadera. Sus ojos brillan de pura satisfacción cuando su erección se ajusta entre mis piernas, baja su cabeza y toma un mordisco de mis brazos extendidos, sus dientes mordisqueando mis bíceps a través de la manga de mi chaqueta.
—Umm, y me gustas así mucho más—

—Chaaaaan.—
Trato de liberarme, pero me abraza por las caderas, riendo mientras miro a Changbin y al Entrenador, quienes todavía siguen limpiando.

—Den una vuelta, chicos— grita, y en cinco latidos estamos solos.

Con el enorme gimnasio y toda la zona estera, el área de equipo de pesas y el ring de boxeo, solo para nosotros dos.