Wait for your love || Sokka

Capítulo 6

Suki había dejado el lugar para encargarse de otros asuntos que necesitaba solucionar. Pero Kaila y Sokka decidieron continuar entrenando, por más de que los movimientos que las guerreras le habían enseñado se habían acabado.

—Eres bastante bueno para esto --comentó Kaila con la respiración algo agitada, mientras descansaba un segundo.

--Bueno, ya sabes, tengo que proteger a mi tribu --bromeó Sokka mientras inspeccionaba su bicep con una sonrisa en el rostro—. Soy el hombre más fuerte del polo sur.

—Apuesto a que si —respondió la chica, sarcástica—. El poderosísimo guardian de los pingüinos.

—¿Y qué eres tú? ¿La grandiosa princesa de las piedritas? —arremedó él.

—Oh, por favor, no soy una princesa —resopló Kaila, acercándose con el mentón elevado hacia el chico—.  Podría vencerte fácilmente.

—Veamos lo que tienes, princesa —la incitó Sokka.

Kaila llevó su puño hacia el chico pero fue fácilmente frenado por el mismo. Sokka hizo una falsa expresión de impresionado. La pelea entre ambos se siguió desenvolviendo con algún que otro chiste y expresiones sarcásticas por parte de ambos mientras puños y patadas iban y venían.

Ella lo estaba disfrutando. En primer lugar, porque le servía el entrenamiento. Sentía que estaba progresando por más de haber aprendido solo algunos movimientos. Cuando llegaran el norte estaría más que preparada. Aunque esperaba no tener que recurrir a las técnicas que Suki le demostró.

En segundo lugar, disfrutaba de la compañía de Sokka. Estar con él era divertido. Descubrió que se sentía a gusto al estar junto a él. Siempre habría algún comentario que la haría reír y le agradaba que ambos tengan la misma edad. Por más de que Katara sea una excelente amiga, conectaba mejor con Aang. Mientras que Kaila y Sokka estaban muy a gusto con la compañía del otro.

Sokka también lo sentía. Había algo en ella, algo que no podía descifrar. Algo que hacia que cada momento que pasaba con ella sea único y que esperara con ansias el proximo.

Antes de que Kaila pudiera hacer algo, Sokka la tomó de la cintura y la tiró al piso, tomándola de las muñecas para que no pudiera moverse. Ella lo miró sorprendida, con la respiración agitada. Comenzó a ruborizarse lentamente cuando él no la soltaba y simplemente la miraba a los ojos.

—Bueno... —comenzó Kaila, algo nerviosa por la cercanía—. Creo que sí eres mejor que yo en el combate cuerpo a cuerpo.

—Sí, bueno —comenzó él, soltándola ligeramente.

Kaila aprovechó la oportunidad para rodar sobre si misma, dejando a Sokka debajo de ella. Él la miró algo atontado, pero sin quitarle los ojos de encima. El chico pasaba su mirada de los ojos de la chica sin poder evitar que se desvíe hacia sus labios, en los cuales se dibujaba una sonrisa juguetona.

—Creo que gané —soltó ella, comenzando a reír.

El chico parecía hipnotizado mirando el rostro de Kaila, tan alegre y despreocupado. Tan hermoso. Se preguntó como se sentiría besarla. Nunca había besado a una chica, por supuesto, pero quería intentarlo con ella. Sin embargo, despejó esos pensamientos cuando notó que su ceño se había fruncido.

—¿Te encuentras bien? —le preguntó ella, levantándose para ayudarlo a ponerse de pie. Él simplemente asintió—. Necesito sacarme este maquillaje.

Kaila se acercó a una mesa donde había un cuenco con agua y una toalla. Comenzó a llenar sus manos con agua para refregarse la cara, notando como el color blanco que cubría su rostro teñía el resto del agua.