Capítulo 3: El plan

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Todos los campistas iban marchando en una misma dirección, mientras que ambos niños iban liderando las filas. Toto caminaba de forma furiosa junto a Fred.

Después de unos minutos de trote, Toto agarró el megáfono.

– ¡Bien hecho niños! ¡El resto de ustedes vuelvan a sus actividades!

Los demás empezaron a saltar y gritar de la emoción mientras discutían qué era lo que iban a hacer. Fueron poco a poco alejándose y perdiéndose entre los árboles. Mientras tanto, Ollie y Pato tenían caras enojadas y de disgusto.

– Y ustedes dos – señalandolos respectivamente – a la cabaña de aislamiento.

Fred apuntó hacia dicha cabana. Se encontraba subiendo unas gradas en una colina pequeña, la estructura era idéntica a la de las demás cabañas, al menos por fuera. Por dentro solo tenía dos camas en cada esquina y estaba completamente vacía.



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Pato se revolvía en su cama, la luz de la habitación no le permitía dormir tranquilamente. Poniendo una cara de enojo se sentó sobre su cama y apagó las luces. Ollie estaba escribiendo en su diario cuando vio los movimientos de Pato y soltó un suspiro, pero cuando este apagó la luz le siguió la corriente y volvió a encenderla. Siguieron así una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve... veces hasta que se cansaron.

Amaneció con un clima horrible, parecía una tormenta. Los campistas corrían hacia sus cabañas, algunos venían del lago, otros del comedor, etc. Toto bajaba las banderas para guardarlas y guiaba a los chicos. En la cabaña de castigo había un balde para evitar las goteras del techo. Ollie estaba analizando sus cartas y al parecer organizándolas o jugando con ellas. Pato colgaba fotos en la pared por arriba de su cama cuando una rafaga de viento entró por la ventana y salieron volando algunas de sus fotos. Ollie fue a ayudarlo empujando la ventana para que se cierre.

– Gracias.

– No fue molestia.

– Ay – Pato se agachó para empezar a recoger las fotos caídas – Ay no.

Ollie fue a recoger algunas fotos también y se detuvo antes de recoger aquel peluche.

– Aqui esta, tu... tu

– Copito.

Ambos rieron mientras seguían organizando.

– ¿Se arruinaron tus fotografías?

– Solo el guapísimo Kimi Raikkonen.

– ¿Quién?

– ¿Jamás has oído hablar de Kimi? – su cara solo mostraba confusión – ¿Qué Londres está en otro planeta?

Juego de Gemelos (Chestappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora