Capítulo 25

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Narrador omnisciente

-Luffy, no creo que sea una buena idea seguir explorando la isla... -habló Law con un tono amable pero serio-

-Tiene razón, Luffy. -apoyó Ace, poniendo una de sus manos en el hombro del pelinegro, quien se sorprendió ante el contacto- Deberíamos aprovechar que está tranquila y salir de aquí mientras podamos.

Pero antes de que el capitán pudiera responder, el espadachín intervino con una expresión sombría en su rostro.

-Siento decirlo, pero no podemos salir de la isla. -dijo mirando a Ace y Sabo-

La confusión se reflejó en el rostro de los hermanos del capitán.

-¿Cómo que no podemos salir? ¿Qué quieres decir, Zoro? -cuestinó Sabo-

-Lo que él quiso decir es que hay una barrera que nos impide salir de la isla. -se apresuró a explicar el esqueleto-

Los ojos de Ace y Sabo se abrieron con sorpresa.

-¿Una barrera? -dijo Ace con incredulidad en su mirada-

-Sí, y no importa qué dirección tomes, cada extremo de la isla está cubierta de ella. -habló de nuevo Brook-

-¡¿Y por qué no dijeron eso antes?! -se quejó Sabo-

-Yo intente advertirte antes de que entraras, pero no escuchaste. Yohoho. -respondió el esqueleto, mientras Sabo lo miraba disgustado-

Con eso, el grupo decidió que lo mejor era regresar con el resto de sus amigos, pues en conjunto quizá podrían encontrar una solución.

Al llegar a la orilla de la isla, desde el barco, sus amigos y compañeros los recibieron con alegría, sintiéndose aliviados porque todos habían regresado en una pieza, pero también sorprendidos ante la presencia de los hermanos del capitán.

Aunque la tripulación se encontraba dividida por aquella extraña barrera, su compañerismo mantenía unidos a sus integrantes mientras discutían sobre posibles soluciones.

Mientras tanto, el capitán no parecía prestar mucha atención a las ideas que planteaban sus compañeros. Su cabeza se encontraba demasiado ocupada pensando en la experiencia que había compartido con Law, lo que provocó que en sus pensamientos apareciera un momento en particular.

Recordó la sensación que lo asaltó cuando sus manos se encontraban entrelazadas, fue como si una corriente los uniera. No pudo evitar cuestionarse si el pelinegro también había experimentado la misma sensación que él, pero inmediatamente se sintió avergonzado ante ese pensamiento.

Decidió hacer a un lado las emociones que emergían en su interior y actuó instintivamente, tomando asiento junto a Law, concluyendo que disfrutaba mucho de su compañía. Por su parte, el pelinegro se sorprendió ante la repentina cercanía del capitán, y en un intento de controlar sus nervios, inconscientemente se movió un poco, provocando que su mano se rozara brevemente con la de Luffy.

Sintiéndose avergonzado, Law quiso disculparse de inmediato. Sin embargo, el capitán se adelantó a hablar.

-Torao, ¿por qué tus manos están tan frías? -preguntó sonriendo suavemente con curiosidad, sin darse cuenta del efecto que su sola presencia causaba en el otro-

El pelinegro se quedó estático ante la pregunta, sin saber cómo o qué responder.

-Bueno, las manos frías pueden ser un signo de que el cuerpo está intentando regular su temperatura. Pero, tenerlas frías todo el tiempo puede indicar que... -explicó sin pensar, pero antes de poder terminar se vió interrumpido por una pequeña risa del capitán-

-Eso suena bastante inteligente. -habló sonriendo, sin percatarse del nerviosismo del otro-

Law le dedicó una sonrisa tímida, la cual causó que una nueva sensación surgiera en el interior del capitán al observarla. Sin embargo, Luffy simplemente la ignoró, siendo incapaz de comprender el significado detrás de ese sentir.

Entonces, la voz potente de la navegante interrumpió el momento, llamando la atención de ambos.

Law se sintió aliviado y agradecido por la interrupción, mientras el capitán enfocó su atención en lo que la pelinaranja decía.

El tiempo pasó con varios intentos fallidos por encontrar una solución, la tensión en el ambiente se hizo casi tangible. El rubio y el peliverde intercambiaban miradas, preocupados por sus compañeros y por su propia situación.

-Chicos... -comenzó a hablar el espadachín, mientras los demás lo observaron esperando a que continuara- Intentaré romper la barrera con toda mi fuerza.

Todos se miraron entre sí, admirando la valentía del peliverde, pero estaba claro que no estaban de acuerdo con su sugerencia.

-¡Ni lo pienses, no harás tal cosa! -gritó el cocinero con una mezcla de desconcierto y angustia-

-Oye, ¿acaso estás loco? -exclamó Law notablemente preocupado- ¡Podrías morir si haces eso!

-¡Sí, no lo hagas Zoro! -gritó el pequeño reno con angustia-

Los demás también expresaron su objeciones, pero el espadachín estaba decidido a tomar el riesgo por todos.

-Lo siento, pero ya lo decidí. -declaró con firmeza-

Con determinación, el peliverde se giró para mirar a su novio, quien se encontraba sentado a su lado. Antes de que el rubio pudiera decir algo, el espadachín se acercó y depositó en sus labios un beso cargado de ternura, amor y... despedida.

Mientras, el capitán y el tierno médico de la tripulación se quedaron sorprendidos ante aquel gesto, pues eran los únicos que desconocían la relación entre sus dos compañeros. Sus ojos se abrieron con asombro, sin comprender del todo la profundidad de lo que estaban presenciando en ese momento.

-No tienes por qué hacerlo... -habló el rubio con ojos vidriosos mientras acariciaba la mano que el peliverde tenía puesta en su rostro-

-Te quiero, Cejitas. -dijo dedicándole una sonrisa cálida al cocinero, mientras acariciaba con ternura su rubio y suave cabello-

El rubio se sintió abrumado por la mezcla de emociones que lo invadían. Las palabras de su novio resonaban en su mente, chocando con la realidad que estaba frente a ellos. Antes de que pudiera reunir las palabras adecuadas para responder, el peliverde se lanzó contra la barrera con una determinación feroz.

Un grito ahogado escapó de la garganta del cocinero mientras observaba impotente la escena. El corazón le latía con fuerza, sintiendo cómo la angustia lo envolvía por completo. No quería perderlo, no podía permitirlo.

Entre sollozos, miró hacia donde el espadachín había desaparecido entre un destello de energía. El deseo de correr hacia él, de detenerlo, era abrumador, pero se quedó paralizado por el miedo y la incertidumbre.

Mientras el resto del grupo observaba con el corazón en un puño, rogando por la seguridad del espadachín, el cocinero luchaba consigo mismo, dividido entre el amor y el temor de perder a quien había logrado robar su corazón.

Después de unos angustiosos momentos de silencio, la barrera cedió finalmente, dispersándose en el aire como polvo. El grupo se precipitó hacia donde el peliverde yacía aparentemente inconsciente, temiendo lo peor.

Con las manos temblorosas, el rubio se arrodilló junto al espadachín. Incapaz de asimilar lo que veía, un dolor punzante atravesó su pecho mientras sus ojos derramaban lágrimas como una cascada desbordada.

-Zoro... -susurró con la voz entre cortada mientras las lágrimas nublaban su visión-


Hola gente linda!
Wattpad no nos dejaba publicar el cap😠 pero aquí está, esperamos que haya sido de su agrado (lo sentimos si les hicimos sufrir un poquito jajaja😭). Recordarles que nos ayudarían mucho dejando sus votos y comentarios. Gracias.💗✨️

Dentro de unas horas se publicará el cap 26💌

Intruso {ZoSan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora