Intruso {ZoSan}

Capítulo 14

Narrador omnisciente

Mientras el cocinero y el espadachín se encontraban conviviendo en la cocina, Law había salido de su habitación buscando relajarse, se sentía algo triste, así que se quedó recostado en la puerta mientras pensaba un poco.

-Buenos días, Torao. -habló de repente el capitán, su cabello lucía algo desordenado- ¿Qué haces afuera tan temprano?

Inmediatamente, Law cambió su postura y sonrió, tratando de disimular su estado de ánimo.

-Oh, buenos días. Ehh, es que necesitaba un poco de aire fresco. -contestó nervioso-

-Entiendo, y, ¿cómo dormiste? -preguntó mirandolo fijamente al pelinegro-

-Muy bien, ¿y tú? -dijo evitando cruzar su mirada con la del otro-

Luffy asintió con naturalidad, sin sospechar nada.

-Yo dormí como una roca. -dijo y rió ligeramente-

-Eso es bueno. -dijo el pelinegro sonriendo genuinamente, pues conversar con Luffy siempre lo hacía sentir de cierta forma emocionado y feliz-

-¿Quieres acompañarme a la cocina por algo de comer? -dijo con una amplia sonrisa-

-Claro, vamos. -contestó, no era capaz de negarse-

Se dirigieron a la cocina mientras conversaban un poco, y bueno, ya se sabe lo que pasó después.

Dejando de lado los recuerdos de Law, la competencia de pesca continuaba, con el constructor y el espadachín aún a la cabeza.

-Llevas solo tres peces, lo que equivale a 30 puntos. Así que, es bastante obvio que eres el último de la tabla. -dijo la navegante-

-¡No puede ser! ¡Hasta Ussop lleva más que yo! -exclamó el capitán-

-¡Oye! -dijo el francotirador-

Mientras tanto, Law no podía evitar sonreir cada vez que Luffy hablaba.

-¿Viste eso, Cejitas? Pescaré los mejores peces, para que tú puedas cocinarlos. -dijo emocionado el espadachín-

-Ehh sí, gracias. -sonrió nervioso-

Entonces, la inteligente y observadora arqueóloga, se sintió emocionada por confirmar sus sospechas. Ahora se encontraba segura de que el encuentro entre aquellos dos en la madrugada había cambiado las cosas, era obvio que se traían algo.

-¿Cuántos llevamos Zoro y yo? -preguntó el constructor-

-Ustedes llevan 7 peces, siguen en empate. -contestó la navegante-

-Aunque con el que acaba de pescar el señor espadachín, tu quedas en segundo lugar cariño. -habló Robin-

-¿Cariño? -habló sorprendido y confundido el peliverde-

-Sí, Robin y Franky son pareja. Ellos ya nos lo habían dicho, ¿no lo recuerdas? -dijo el francotirador-

-¿Qué? No, yo no recuerdo nada sobre eso. -dijo el peliverde-

-Es que tú no estabas en el comedor en ese momento, ya te habías ido. -habló el rubio-

Por un fugaz momento, Sanji se sintió celoso, pues ahora entendía por qué el peliverde se había comportado así aquella vez. Pero, ese sentir fue rápidamente reemplazado por felicidad, al recordar su conversación con el peliverde y el pequeño beso que había compartido con él.

-Es cierto, de seguro estaba durmiendo en su cuarto. -dijo divertido el capitán-

-Sí. -dijeron en unísono el francotirador y el constructor riendose un poco-

Entonces el espadachín recordó aquel día en que se había puesto tan celoso de Law que tuvo que irse a su cuarto. Al recordar aquello se sintió avergonzado, ¿cómo había sido posible que en algún momento creyó que Luffy le gustaba?

-Muy graciosos, mejor concentrense en no perder. -se burló el peliverde-

-¡Oh sí, la competencia! -dijo Luffy-

Mientras la competencia de pesca continuaba en el barco de los Sombrero de Paja, en una isla distante, Ace, el hermano mayor de Luffy, intentaba comunicarse con él a través del caracol transmisor que le había dado anteriormente. Sin embargo, como era costumbre, Luffy lo había dejado descolgado, lo que dificultaba la comunicación.

Frustrado por no poder contactar a su hermano, Ace decidió probar suerte llamando a otro miembro de la tripulación, alguien que podría estar con Luffy en ese momento. Marcó el número del espadachín, esperando obtener alguna información sobre el paradero de su hermano.

El caracol transmisor del espadachín comenzó a sonar en su habitación, así que, se fue a atender la llamada.

-Hola Zoro. -dijo el de pecas-

Al escuchar la voz de Ace al otro lado de la línea, una mezcla de emoción y sorpresa invadieron al peliverde. Hacía mucho tiempo que no hablaba con Ace, y saber que estaba tratando de contactarlos le llenó de alegría.

-¡Ace! -exclamó emocionado el peliverde- Me alegra escucharte.

-¡A mi igual! ¿comó estas?

-Muy bien, ¿y ustedes? Llevamos tiempo sin saber sobre ti y Sabo.

-Estamos bien, hace poco nos nombraron comandantes de la división de piratas de Barba Blanca.

-¿En serio? Me alegra saber eso.

-Gracias, y, ¿cómo está Luffy? Quería hablar con él, pero no atendió. Por eso te llamé a ti.

El espadachín sonrió para luego responder. Sin embargo, en ese preciso instante, el cocinero llegó, interrumpiendo el momento.

-¿Qué sucede?, ¿con quien hablas? -preguntó el rubio al notar la expresión emocionada del espadachín, pero en seguida se arrepintió y se cubrió la boca con sus manos-

-Espera un segundo. -dijo el peliverde refiriendose a Ace-

-Ehh no, no tienes que decirme. Yo... lo siento. -dijo nervioso el rubio, empezando a caminar para irse-

El espadachín miró al cocinero con ternura antes de responder.

-No te vayas, quedate aquí. -dijo desviando su atención hacia la llamada de nuevo-

Aunque se sentía avergonzado, el rubio obedeció y se quedó.

-Disculpa por la interrupción, Ace. -dijo el peliverde, intentando mantener la compostura- Estoy aquí, ¿qué necesitas saber sobre Luffy?

El cocinero retrocedió un poco al escuchar aquel nombre, sintiéndose incómodo por haber interrumpido la llamada, pero no pudo evitar escuchar la conversación mientras se alejaba un poco de forma discreta.

-Está bien, Zoro. Solo quería saber cómo está Luffy, no hemos hablado desde hace un tiempo y quería ponerme al día con él. ¿Podrías decirle que me llame cuando pueda?

-Claro, se lo haré saber. -respondió el espadachín, asintiendo con determinación-

Después de despedirse de Ace, el peliverde guardó el caracol transmisor y se volvió hacia el rubio, quien lo observaba tímido.

-¿Te pusiste celoso, Cejitas? -retó acercandose al otro, poniéndose frente a él-

-Claro que no, ni que fuera tu novio. -respondió nervioso, desviando la mirada-

-Tú eres mucho más importante que un novio. -dijo mientras con suavidad y ternura acariciaba la barbilla del rubio-

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