¿Dónde estan Boomer y Bubbles?.

9.

Hace 4 años.

Robin caminaba tranquilamente hasta su casa luego de una larga sesión de tutorías a la que se vio obligada a ir, al llegar se dio cuenta que sus padres no estaban pero no le dio importancia.

Subí a su cuarto dejando su mochila y se iba a quitar la ropa para ponerse algo más cómodo pero antes de que pudiera hacerlo noto una figura parada en su ventana.

Fruncio el ceño extrañada pero la puerta de su cuarto se cerró detrás suyo asustandola. Inmediatamente encendió las luces y tomo su pantufla porque fue lo más cercano que tenía.

Otra cosa era la lámpara pero esa le costó 50 dólares, era más económico las pantuflas que costaron 5 dólares.

Al ver finalmente de quién se trataba parpadeo sorprendida y aliviada.

— ¿Bubbles?.— soltó la pantufla, aliviada de que sea su amiga.

— Necesito que nos ayudes.— dijo con voz de pánico.

— ¿Nos?.— ladeó la cabeza extrañada.

Y finalmente lo vio. Detrás de su amiga rubia salió otra persona que estuvo encondiendose. Boomer Jojo, uno de los villanos más desastrosos.

O como Robin lo recordaba: El desgraciado que una vez le robó su chocolate.

Inmediatamente levanto otra vez la pantufla, decidida a vengar su chocolate cuando finalmente cayó en cuenta.

Su amiga, una heroína, la más pequeña de las PowerPuff Girls... Estaba junto a Boomer, un villano y su enemigo, el más pequeño de los RowdyRuff Boys.

Y estaban tomando sus manos.

De la impresión Robin dejo caer su pantufla para el alivió de Bubbles.

— Ustedes... Ustedes...

— Robin, te lo explicaré pero porfavor ¡No le digas a mis hermanas! ¡Te prometo que es una buena explicación!.

— ¡Ustedes me hicieron ganarle 200 dólares a Mitchelson! ¡Oh sí!.— celebro la castaña de inmediato.

Boomer parpadeo confundido y luego miro a su contraparte.

— ¿Quien es Mitchelson? ¿El te gusta?.— la voz del Rowdy se volvió algo inquieta y recelosa.

Robin chillo emocionada.

Actualidad.

Domingo 21 de Marzo, 07:00.

El sol se asomó por el borde de Townsville y al ser domingo pocos estaban levantados y aprovechaban para dormir hasta tarde. A excepción de una niña que abrió sus cortinas dejando que el sol entre por su ventana.