Capítulo 10

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Un día tranquilo, con los rayos del sol entrando por la ventana de la oficina de Reigen. Él había salido a comprar algunas cosas que necesitaba en casa mientras Mob y Serizawa ordenaban o leían algo.

— Se viene el cumpleaños de Reigen. —Mob rompió con el silencio.

— Cierto, ¿tienes algo en mente? — Serizawa dejó de limpiar el florero que tenía en mano.

— Aún no, pensaba preguntarle a Teruki, él tiene mejores ideas.

Y de hecho, el rubio ya tenía hasta el lugar decidido, lo supo desde que lo vió. Tenía que ser un lugar tranquilo, hogareño y con el espacio suficiente para los invitados.

La cafetería de ____.

Teruki estaba seguro que era el lugar ideal, además de que la dueña podría preparar el pastel y así no correrían el riesgo de dañarlo antes de sacarlo de la caja.

Sería una sorpresa, él y Shigeo llevarían a Reigen a un lago para distraerlo mientras los demás decoraban la cafetería.

Todo saldría tal cual lo planeó, pero primero necesitaba el permiso de la dueña.

— Entonces, ¿aceptas? —Teruki sonrió con dulzura hacia la adulta.

___ rió suavemente ante la actitud del adolescente.

— Claro, solo dime la fecha. — la joven cogió su lapicero y caminó hacia su calendario para anotar.

— Diez de Octubre. — ____ se quedó estática. — ¿No puedes esa fecha?

— Oh, no, está bien. — sacudió su cabeza levemente y marcó el día. — Listo.

— ¡Muchas gracias! Iré a preguntar qué sabor de pastel prefieren y mañana volveré. —Teruki sonrió por última vez y se retiró.

____ sonrió nostálgica mientras sus dedos jugaban con el lapicero.

— Deberías buscarlo, se supone que regresamos para eso. — Osamu se recostó en el mostrador.

— Lo sé, es solo que... tengo miedo, Samu. — ____ mordió suavemente su labio.

Habían pasado muchos años, no tuvieron forma de comunicarse en todo ese tiempo. Ella no sabía nada de él, ni él de ella. Ella no cambió mucho, seguía soltera y siguió su sueño de tener su local de postres, ella no dejó de amarlo en todo ese tiempo. Pero, ¿qué hay de él? ¿Él la habrá amado todo ese tiempo? ¿Él habrá pensado en ella? Las respuestas solo se sabrían si lo encontraba, ella anhelaba verlo, pero muy en el fondo de su corazón, no quería hacerlo, tenía miedo de verlo y saber que vivió de un sueño, tenía miedo de verlo y saber que otra chica es dueña de su corazón.

— ¿Qué tal si él ya tiene a alguien más? ¿Y si ya se olvidó de mí? — la joven miró al fantasma. — ¿Qué haré con eso, Samu?

— Él se lo pierde. He pasado muchos años a tu lado, _____, te he visto hasta cuando estabas estreñida en el baño. — ____ se sonrojó avergonzada. — te he acompañado en tus momentos felices y tristes, conozco todo de ti y puedo decir que eres una persona maravillosa. Eres la mejor, ____. Aún si él ya pasó página, sé que encontrarás a alguien que vea ,al igual que yo, lo increíble que eres. Si él es inteligente como dices, seguirá esperando y pensando en ti.

Los ojos de ____ se nublan de lágrimas y sonríe hacia su fantasma amigo.

— Gracias, Samu, te quiero.

— Yo igual te quiero. — él empieza a flotar y se aleja. — Ya es mucho amor, adiós.

La fémina ríe suavemente y ordena algunos postres continuando con su labor.


— ¡Las niñas no pueden entrar a nuestro grupo! — un niño la empujó ocasionando que ____ caiga al suelo.

— No quiero entrar a tu grupo. — la niña susurró adolorida.

— Entonces vete. — el niño la observaba con soberbia, parecía que disfrutaba de verla en el suelo.

— Solo quiero ver a Reigen. — ____ se levantó y limpió las palmas de sus manos.

— Él no quiere verte, ¡lárgate! — el tono de voz del niño atrajo la atención.

— Tú no puedes decidir por él. — la niña comenzó a molestarse.

— ¡Eres una niña tonta! — caminó hacia ella con rapidez y jaló su cabello sin importarle si la dañaba.

Los niños que se encontraban cerca de ellos se acercaron a ver la situación; sin embargo, nadie se dignaba a ayudar a la pequeña.

Lágrimas empezaron a asomarse por sus ojos, no solo por el dolor, también por la vergüenza. Nada de eso estaba en sus planes, ella solo quería conversar un rato con su amigo, pero no esperaba tal trato.

— ¿¡Qué está pasando!? — reconoció una voz entre el alboroto.

— Reigen... —susurró para sí misma.

— ¿¡Qué crees que haces!? — el apretón en su cabello desapareció. — ¡Déjala en paz! — aquel jalón fue reemplazado por un abrazo y caricias en su cabello.

La profesora apareció al minuto y todo se calmó, ____ evitó hablar del tema ya que sentía vergüenza y miedo, ni una palabra salió de su boca después de hablar con su profesora y padres, pero el tema no quedó ahí.

Días después se enteró que Reigen estaba en detención por amenazar a su compañero, el rubio no quiso aclarar el por qué lo hizo, pero todos sabían la razón.

_____ y Reigen eran muy unidos, casi siempre estaban juntos, en cada plan que tenían siempre incluían al otro, es por ello que fue fácil saber la razón de la amenaza, el rubio siempre se preocupaba por ella, él siempre estaba para ayudarla y protegerla, eran como una princesa y su guerrero.


____ desde muy pequeña fue algo tímida, tenía muchas ganas de actuar, de expresarse, pero algo en ella la retenía. Jamás tenía iniciativa para hacer las cosas y si lo hacía, le tomaba mucho tiempo, su creatividad era opacaba por su miedo, aquel que la perseguía cual sombra. Ella pensaba que siempre sería así, que tendría una vida ciertamente aburrida y llena de arrepentimientos, pero Reigen apareció en su vida. Él, a diferencia de ella, era todo lo que aspiraba a ser, Reigen era valiente, era fuerte, sabía adaptarse y parecía que no conocía la vergüenza, él era como su otra mitad, aquella mitad que ansiaba tener.

Reigen llegó a su vida para iluminar su camino, para demostrarle que el mundo no era solo decepción, él le mostró un mundo donde podía buscar un sueño y si en algún momento era difícil de alcanzar, sabía que él estaría con los brazos abiertos para darle calma.

Al final del día, Osamu tenía razón. Ella ahorró dinero y viajó lejos de sus padres para alcanzar un sueño, uno que estaba dejando por sus miedos.

La idea estuvo en su mente todo el día, pero al ver una cabellera rubia pasar por la calle de su departamento se decidió. No descansaría hasta encontrarlo y abrazarlo como soñaba cada noche.

— Disculpe, pensé que era alguien que conocía. — la joven sonrió avergonzada y caminó de vuelta hacia su departamento.

Tal vez en la próxima ocasión, sería él quien voltee al tocar su hombro.

Almas en el amor - ReigenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora