Capítulo 12

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— ¿Sabías que muchas veces tienes que pasar por algo malo para encontrar algo bueno?

— ¿No es mejor que las dos sean buenas?

— Si la primera cosa es buena te llevará a un destino donde no encontrarás otra cosa buena. Además, la segunda cosa puede restar importancia al primero.

— Sigo pensando que sería mejor que todo sea bueno.

— Claro, pero... — el niño sonrió. — cuando te pase lo entenderás.


— Chicos, les dejo el local libre, el día de hoy tengo cosas que hacer— sonrió ____ dirigiéndose a la puerta. — Una amiga vendrá en la noche para cerrar el local.

— ¿No te quedarás? — Teruki caminó hacia ella.

— Me gustaría, pero tengo que preparar algunos pedidos y enviarlos, que les vaya bien, cuídate. — acarició la cabellera rubia de su amigo y se retiró.

— Yo quería celebrar. — Osamu se quejó mientras caminaba al lado de la joven.

— Lo sé, pero tenemos cosas pendientes, Samu. Aunque puedes quedarte si deseas, tal vez te diviertas.

— No gracias, tu pequeño amigo me quiere matar. — Osamu tuvo escalofríos al pensar en el niño.

____ pasó la mitad de la tarde horneando galletas, rollos de canela y cupcakes mientras Osamu probaba disimuladamente los postres.

— ¡Samu! ¡No infectes mis postres con tu saliva fantasmal! — ____ le lanzó una cuchara en la cabeza.

— Ni siquiera lo notarán. — murmuró el fantasma. — Oh, no... — se lamentó el fantasma al encender el celular de su amiga.

— ¿Qué pasó? — ____ seguía decorando los cupcakes concentrada.

— Cancelaron el pedido. 

— ¿Qué? Pero... — ____ observó sus cupcakes. — Solo pagaron la mitad, Samu. — la voz de la joven tembló. — mi dinero...

— Lo lamento, _____. Son unos idiotas. — su tono de voz de suave para no herir los sentimientos de su amiga.

— Lo son. — murmuró la joven mientras agarraba un cupcake y lo mordía para aliviar su impotencia. — Están ricos...

— Ellos se lo pierden. — El fantasma agarró otro cupcake para probarlo.

— Debimos quedarnos con Teruki. — ____ apoyó su cabeza en la pared lamentándose. — Hemos perdido tiempo y material.

— Aún podemos. — Sugirió el fantasma con la boca llena.

— Son las cinco de la tarde, seguro ya llegó su amigo, no pienso llegar solo para comer.

— Es tu cafetería, ____. Además, podemos llevar lo que hiciste.

— ¡Cierto! ¡Gracias, Samu, eres el mejor! — la fémina terminó de comer y corrió a su habitación para cambiarse de ropa y arreglarse.

— Lo sé, lo sé. — sonrió mientras seguía comiendo.

____ empaquetó todo con ayuda del fantasma y pidió un taxi para llegar lo más pronto posible esperando que el cumpleañero no piense mal de ella.

— ¡Qué bueno que llegas! Necesitamos ayuda. — Tome la recibió con un abrazo.

— Pensé que ya estaban celebrando. — murmuró la joven.

— Tuvieron un percance y Serizawa tuvo que ir a ayudarlos. Ahora nos falta alguien para que sostenga el pastel.

— Yo puedo hacerlo. — ____ sonrió entusiasta. — ¿A qué hora llegarán?

— En cinco minutos, ¡vamos, vamos! — Tome empujó a la joven hacia el pastel para que se preparara.

— ¿Todos listos? —Preguntó Tome.

— ¡Sí! — Gritaron todos.

____ observó a su alrededor y apreció a los adolescentes emocionados cargando regalos, globos y cañones de confeti mientras ella se encontraba en el medio de todos para saludar al cumpleañero.

Pese a que no lo conocía, sentía emoción por su llegada y ver su celebración junto a amigos que lo aprecian tanto. Un minuto y finalmente él llegaría, un minuto y por fin lo conocería.

Tome apagó las luces y cuatro figuras cruzaron la puerta haciendo que todos se callaran.

Teruki y Mob ubicaron al cumpleañero frente a ____, pero él estaba de espaldas.

Tome encendió la luz del medio haciendo que ____ vea la cabellera del cumpleañero.

Su corazón saltó por un segundo al sentirlo parecido a su amado, pero lo dejó pasar rápidamente para no arruinar los planes.

Alzó una mano y tocó el hombro del rubio para llamar su atención y que este se volteara.

— ¡Sorpresa! — gritos de felicidad los rodeaban, pero sus mundos estaban callados.

La boca de la fémina se abrió suavemente mientras sus manos se debilitaban dejando caer el pastel, pequeños trozos mancharon sus ropas y sonidos de sorpresa y angustia aparecieron ante tal desastre, pero no importaba, nada de eso importaba.

Takenaka abrió la boca asombrado al usar su poder y entender la situación.

— Es ella...

Todos lo escucharon y sus ojos se abrieron estupefactos.

— Reigen... — la voz de la joven tembló al conseguir la fuerza suficiente para hablar.

Reigen no creía nada, se sentía en un sueño, uno del que no quería despertar. Lo pidió por tantos años, lo deseó cada cumpleaños, lo imaginó cada noche y jamás imaginó que llegaría.

La tenía frente a él, era ella, era el amor de su vida.

— ____...

La joven soltó una risa nerviosa y feliz mientras se lanzaba a los brazos de su amado.

— Reigen, Reigen. — Repetía su nombre como si quisiera confirmar que el hombre entre sus brazos era aquel que soñó tantas veces.

Reigen la recibió, apretó su cintura contra él y escondió su rostro en su cuello para poder sentir la esencia de su amada.

____ finalmente lo entendió las palabras de Reigen, las cosas malas también traen cosas buenas y si en algún momento maldijo al cliente que canceló su pedido, ahora le mandó miles de bendiciones por aquella decisión que la llevó a los brazos del hombre de sus sueños.

— Reigen...

— _____...

Finalmente, dos corazones se encontraban bombeando en sintonía, dos almas se volvían a conectar y dos pares de ojos volvían a ver al amor de su vida.

Almas en el amor - ReigenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora