Prólogo

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Un jueves por la tarde, Reigen, Serizawa y Mob se dirigían hacia una escuela conocida para Reigen. Un día antes había conversado con un cliente, el cual dijo ser un profesor, que le pidió ir a aquel lugar, al parecer había avistamientos de un espectro raro en las aulas del segundo piso. Según lo que le contó, un grupo de estudiantes se encontraban limpiando un aula cuando escucharon pasos acercarse al salón, pensaron que era un profesor, pero luego vieron un rostro blanco y con los ojos negros asomarse por la puerta.

—Bien, chicos, tendremos que buscar al espectro. —habló el rubio.

Juntos entraron a cada aula en busca del espectro blanco, estaban por llegar al último aula cuando escucharon pasos detrás de ellos.

—Vaya, un ex estudiante por mis corredores. —habló una voz masculina arrastrando sus palabras provocando que los tres hombres se voltearan a mirarlo.

—¿Qué? —se preguntaron los psíquicos confundidos.

—¿Me reconoces? ¿Quién eres? —preguntó Reigen

—Fui un simple estudiante de esta escuela, era menor que tú y admiré tus excelentes notas, Reigen. Quién diría que acabarías persiguiendo fantasmas. Pensé que lo dejarías atrás luego de que ____ te dejó llorando.

—Eres el menos indicado para hablar de la posición en la que está alguien. Prepárate para despedirte de este mundo, espectro. —habló tajante.

—¿Por qué evitas el tema? —el espectro se acercaba lentamente hacia Reigen, tenía la intención de fastidiarlo con sus palabras. —¿Aún te duele su partida?

—No sé de qué hablas. Mob, elimínalo. —ordenó mientras señalaba al espectro.

—Espera, espera, ¿no quieres saber cómo terminé así?

—En realidad, no. Adiós.

Mob usó sus poderes para desaparecer al espectro y luego volteó a mirar a su maestro.

—¿Quién es ____? —Mob quería saber sobre la mencionada. Apenas tenía información sobre el pasado de su maestro y sería bueno empezar por algo que escuchó.

—Una amiga de la infancia, solo eso. —respondió con indiferencia y mirando hacia un aula. —Adelántense, en un momento los alcanzo.

Los psíquicos se miraron confundidos, pero hicieron caso y se dirigieron a la salida.

—Si no remodelaron el estante, debe seguir ahí. —susurró el rubio caminando hacia el fondo del aula.

Reigen abrió el cajón del medio y sonrió.

"Sigue aquí."

Había dos letras escritas atrás de la puerta del cajón, fueron hechas con la punta del lapicero de Reigen y eran las iniciales de su nombre junto al de su amiga ____.

El rubio sacó su celular y le tomó una foto para su recuerdo. Probablemente nunca más volvería a aquella escuela.

Observó las dos primeras sillas del salón y pudo imaginarse sentado ahí junto a _____. Recordó aquellos momentos donde se pasaban notas mientras el profesor explicaba la clase, los momentos en los que él le pasó las respuestas del examen y la mirada concentrada de su amiga al escuchar al profesor.

"¿Qué pasó contigo?"

Reigen caminó hacia la salida, donde lo esperaban Mob y Serizawa.

—¿Quieren comer ramen? Yo invito. —habló el rubio.

Mientras caminaban, Reigen notó inquieto a Mob, el pelinegro jugaba constantemente con sus manos mientras miraba al suelo. Por otro lado, Serizawa le mandaba miradas discretas mientras fruncía el ceño.

—¿Me explicarán por qué están actuando así? —preguntó Reigen intrigado.

—¿Quién es ____? —preguntaron a la vez los psíquicos.

—Ah... no se rendirán, ¿verdad?

Almas en el amor - ReigenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora