𝐗𝐈𝐈𝐈

42 7 2
                                    

Uno… dos… tres…

En mi inconsciencia conté varias veces el sonido de un tambor en mis oídos.

No, era más suave que un tambor, era relajante.

Abrí lentamente los ojos, esperando a que se acostumbren a la luz, en ese tiempo noté que mi cabeza y mano subían y bajaban constantemente, inhalé, recuerdo esa colonia, huele delicioso. Me levanté levemente y me dí cuenta de que estaba durmiendo encima de él, así que salí cuidadosamente de encima de JK.

Y con cuidadosamente, me refiero a que casi me caigo de la cama de no ser por su agarre en mi cintura, algo que me hizo retorcerme ya que su agarre estaba justo debajo de mis costillas, el lugar donde viven mis cosquillas.

—Un día de estos te romperás la cabeza. —habló jalándome hacia él, este chico tiene unos reflejos increíbles. —¿Cómo dormiste?

Caí de nuevo en mi lugar sobre su pecho, rápidamente posé mi mirada en algo más que no fuera su mirada adormilada, ahí es cuando me doy cuenta que es la segunda —tercera vez, si contamos desde el sábado— en la semana que me despierto en un lugar desconocido

—¿Qué es esto? ¿Dónde estoy?

Él sonríe y siento que mi corazón decide calentar para un maratón.

—Es la segunda vez que despiertas en una cama de mi propiedad —mis ojos se expandieron de sorpresa, intenté alejarme de nuevo pero rápidamente puso su mano en mi espalda baja y me dejó elevándose sobre él. —, la tercera será la vencida, Yoori-shi.

El calor de mi cuello subió hasta mi cara y orejas, debo ser un desastre ahora mismo. Y como mi cerebro no funciona en su totalidad, decidí esconder mi rostro entre su cuello y hombro.

—¿Qué haces? —noté que tembló un poco.

—No me veas. —murmuré. —De seguro parezco una bruja ahora mismo. —Y un tomate también.

—Si por “bruja" —comenzó bromeando—, te refieres a lucir adorable y con sueño, entonces sí. En cierto modo lo haces… —puedo sentir su pulso en mi frente y definitivamente es más lento que el mío. —No te preocupes, te ves bien.

Su pulgar trazó suavemente círculos en la parte baja de mi espalda, fué cuando mi conciencia volvió y me separé de él, quedando de espaldas a él, sentada en la cama. Traté de ponerme con mis dedos para que parezca menos un nido de pájaros. Sentí como empezó a moverse, se arrastro hasta quedar a mi lado, lo miré de reojo mientras se quitaba una pulsera de color negro de su muñeca derecha.

—Toma, átalo si quieres. —ofreció y miré sus manos, era una pulsera corrediza así que es una buena opción.

Lentamente la tomé de su mano y él se levantó de la cama, arrastrando los pies hasta desaparecer por la puerta. 

Mi mirada se mantuvo en la oscura madera por unos segundos antes de volver a la pulsera, era linda y tiene unos detalles de bisutería dorada. Recogí mi pelo lo más que pude y lo até con la pulsera, mi flequillo quedó libre a cada lado de mi rostro, creo que debo cortarlo un poco más.

Terminé de recogerme el pelo y bajé de la cama, fué un raro inicio del día, vergonzoso, mejor dicho. Al menos aún tengo puestos los calcetines, es buena señal.

Ahora que lo recuerdo.

Anoche traía atado el cabello, ¿Dónde está mi liga?

Revisé mis muñecas y mi cardigan, no está. Genial, Yoori, eres la número uno en perder cosas.

Escuché la puerta abrirse una vez más y rápidamente miré allí.

—Pareces un ciervo espantado. —suspiré algo brusca y ajusté mi cárdigan. —Aún es temprano, ¿vienes a desayunar?

𝑴𝒊𝒔𝒔𝒊𝒏𝒈 ➻ Jᴇᴏɴ JᴜɴɢᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora