Mi mejor cumpleaños

Capítulo 9: La primera de muchas lecciones

Notas del autor:

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Gracias por leer.

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En tu día, prometo jamás abandonarte.

Capítulo 9: La primera de muchas lecciones

— Creo que es hora de irnos — propuso Kakashi acercando sus labios al oído de Sakura.

Ambos tomaron rumbo al apartamento de Sakura, pero ella deteniéndose inesperadamente se negó a la idea.

— Creo que deberíamos ir a tu apartamento Sakura, ha sido una larga noche y me imagino que quieres descansar.

— Vamos al tuyo, está más cerca.

El rocío primaveral comenzó a intensificarse. Kakashi no tenía tiempo de inventarse una excusa. Él sabía que aquella no era una buena idea, porque su poco autocontrol se iría por la borda al momento que Sakura pisara su apartamento.

— ¿Estás segura que no quieres ir a tu hogar?

Ella le tomó de la mano y alzándose de puntilla le beso sobre la máscara.

— Vamos al tuyo.

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Cuando llegaron al apartamento una penumbra los recibió en la entrada. Sin molestarse en encender la luz, Kakashi se despojó de su calzado y Sakura le imito. De nuevo como la primera vez él busco unas toallas para secar inútilmente lo que la lluvia había mojado.

El vestido que tanto le gustaba, estaba completamente empapado. Kakashi parecía estar viéndola discretamente, así que, tratando de hacer la mayor tontería de su vida, Sakura comenzó a secar sus piernas, para dar una mejor vista de su observador. Al volver a su posición normal Kakashi le veía a la cara. El choque de mirada hizo que su corazón comenzara a latir tan fuerte que lo sentía palpitar en sus oídos. ¿Había hecho algo incorrecto?

— Iré a buscarte algo para que te cambies —Sin dejarla responder, Kakashi salió disparado a su habitación.

Ella no sabía cómo sentirse, si ofendida, enojada, triste o avergonzada. Quizás su intento por seducirlo fue una mala idea, pero el hecho de venir al departamento llevaba consigo una invitación que el Hatake aceptó. Sakura pensó que, aunque todo iba demasiado rápido, a su vez ambos se conocían desde hace muchos años. No eran dos desconocidos y por ello la premisa de ir allí y consumar lo que ambos profesaban por el otro. ¿Pero por qué se sentía una fácil? Un escozor de incomodidad y enojo comenzó a carcomer en la base de su garganta.

Decidida a hablar con él, Sakura entró a la habitación. Kakashi estaba vestido con sus usuales pantalones de ninja, más su torso estaba completamente desnudo. Él volvió a verla en reacción a la intromisión. Ninguno dijo nada, sólo permanecieron en silencio por unos segundos. La kunoichi fue la primera en romper el mutismo.

— Creo que mejor me voy a mi casa.

Cobarde y pobre criatura. Sakura no tenía el valor de preguntar el motivo por el cual él actuaba tan insensible.

Él sabía perfectamente porque ella repentinamente había cambiado de idea. Molesto consigo mismo Kakashi pasó una mano por sus cabellos. Ahí la tenía, dispuesta a ser suya y él seguía con esas absurdas dudas.