6. Una Noche.

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Deidara siempre fue muy preocupado por su apariencia, una vez a la semana se toma una noche donde se encierra en su habitación y se da un baño con espuma, aceites para la piel, mascarillas y tratamientos para el pelo. Y hoy era uno de esos días, simplemente decidió que no podía ser una mala idea dejar que Obito le hiciera compañía. Se metieron en la tina frente a frente y Deidara le hizo utilizar un montón de "cosas raras" (como las llamo Tobi) en la cara.

— quedate quieto, esto es para limpiar los poros de la piel. — Explica mientras le frota espuma en la cara.

— No entiendo nada. — se quejo Obito

— Es para que tengas la piel bonita y suave

— ¿como la tuya? — Le acaricia la mejilla.

Deidara no respondió, sus mejillas se pusieron de un lindo tono rojizo y sonrió. Deidara solo tenía 17 años recién cumplidos, era un niño a los ojos de Obito.

— Porque me miras así?

— No eres como la gente dice..

— Que dice la gente? — lo miro extrañado

— Antes de unirme a la organización no conocía mucho sobre ella o sus miembros. Pero algo había escuchado de un rubio que explotaba las cosas y amaba la destrucción, que era cruel y despiadado... Pero, eres lo más puro que yo e presenciado un niño lleno de vida y amor por el arte, tan apasionado y ardiente como el fuego, tu ser es un arte efímero y hermoso. — Hablo el mayor mientras acariciaba el cabello de Deidara.

— Eso fue muy lindo de tu parte, me gusta saber que ves el arte como yo, de verdad eres quien mejor me entiende. — Sonrió antes de darle un calido abrazo al pelinegro.

Finalmente estaban listos para dormir, acostados en la cama del menor mirando las estrellas a través de la ventana, el rubio apoyado en el pecho del mayor sin decir ni una palabra. Su conexión pasó a estar más allá de lo carnal y no sabrían explicarlo. Deidara curó en Obito heridas que no había creado y Obito hizo lo mismo.

Obito acariciaba su cabello mientras Deidara se iba quedando dormido.

— Dei, La misión de mañana... ¿Estarás bien? — Hablo con un tono de preocupación

— Tranquilo, no nos pasará nada, somos un buen equipo — sonrió tratando de tranquilizar al pelinegro.

Camino incorrecto. // TobideiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora