Objetivo: enamorarlo. || Eijirou Kirishima.

[💌] #04 «Casi descubierta.»

"¡Hey, .......!, ¿qué haces?" -llegó muy animado un pelirrojo en dirección de la mencionada.

De inmediato te alejaste de dónde estabas, y fingiste no haberlo escuchado por un momento hasta que lo viste directamente y sonreiste nerviosa.

"¡Oh, Kiri!, ¡nada importante!" -respondiste con notable nerviosismo y después escondiste tus manos tras tu espalda, mientras jugabas con tus dedos.

Este se sorprendió ligeramente, pero después sonrió.

"¿'Kiri', eh?" -dió una pausa y se acercó un poco más hacia ti, cruzándose de brazos. "Kiri es buen apodo, me gusta." -finalizó mientras fingía pensar.

Llevaste una mano inconsciente hasta cubrir tu boca, por un momento habías olvidado que solo te referías así de él con tu mejor amiga.

"¡M-Me alegro que te guste!, lo acababa de pensar." -contestaste risueña y tratando de relajarte más, pero con semejante bombón frente tuyo más nerviosa te ponías.

Este rió levemente y retrocedió, para darte más espacio.

"Pero no has respondido mi pregunta, ¿qué estabas haciendo?" -volvió a mencionar mientras rascaba su mentón, curioso. Sin despegar su llamativa mirada de tus ojos.

Tragaste saliva en seco.

"Oh, nada, digo, solamente estaba dejando una nota en tu casillero y mientras lo hacía se atoró mi pulsera e intentaba sacarla, naaah, super normal, ¿no?"

Por supuesto que no ibas a responder eso.

"Eh, solamente me paseaba por aquí. Y... me pareció interesante ese casillero de ahí." -señalaste el casillero lleno de estampas, al lado del suyo, agradeciendo que fuera tan vistoso.

"¡Oh, ese de ahí es genial!" -respondió con una sonrisa y estiró su mano hacia ti, indicando "dame cinco".

Dubitativa chocaste tu mano con la de él, y justo en ese preciso momento un chispazo de electricidad los recorrió desde la mano, hasta detenerse en su pecho.

Ambos alejaron sus manos sorprendidos y por un momento el tiempo a su alrededor se detuvo.

"A-Ah... bueno, ¡recordé que tengo algo que hacer, adiós!" -interrumpió el silencio que se alargaba, Eijirō, y salió caminando deprisa de aquel lugar.

Te quedaste estática en tu lugar, sin saber cómo reaccionar.

¿Qué había sido?, por un momento juraste que habías sentido su nerviosismo.

Sacudiste tu cabeza confundida y procediste a intentar sacar tu pulsera de cadena del casillero de Kirishima, hasta que lo lograste y huiste de ahí cuanto antes.