Eijirō Kirishima × Lectora. BNHA.
★¿Podrá ella enamorarlo con solamente cartas?
★¿Será que él, descubrirá el misterio?
‼️
→Actualizaciones dos días por semana. Miércoles y jueves, sin falta (eso trataré). 💪🏻
→Se atrasan algunos hechos canon.
→Ca...
Te despertaste a mitad de la noche, sin tener noción del tiempo.
Te levantaste con cuidado de la cama, y revisaste tu celular. Viendo la hora te sorprendiste.
"Ugh, ¿a penas son las cuatro y media de la madrugada?" -susurraste para ti misma.
Suspiraste y dirigiste tu vista por la habitación. Las demás chicas estaban dormidas, y las demás en otras habitaciones posiblemente también.
Desviaste tu mirada hasta la ventana, dónde observaste a la luna en su máximo esplendor. Brillaba, pues faltaba poco para irse y dar paso al sol.
Finalmente levantaste, bajando de tu litera, con cuidado de no ser ruidosa.
En cuanto pusiste un pie fuera de la cama, corriste con prisa fuera de la habitación.
Te colocaste unas cómodas sandalias y saliste de la cabaña donde estaban situados los dormitorios femeninos.
Una vez sentiste la fresca brisa chocar contigo, sonreíste aliviada.
"Al menos por las noches aquí fuera el calor no es tan infernal." -dijiste, mientras posabas tus manos sobre tus caderas, inclinando tu cabeza hacia atrás, con tal de recibir más aire y que tus cabellos se menearan con libertad.
"Tienes razón." -una segunda presencia se encontraba a tu lado. Abriste los ojos abruptamente y dirigiste tu mirada a aquel ser.
"¿Kirishima?, ¿qué haces despierto a estas horas?" -preguntaste confundida y ladeaste tu cabeza por esto mismo, inconscientemente.
Él repitió tu misma frase, sustituyendo su apellido por el tuyo.
Esto te provocó una leve risilla, pues incluso imitó tu tono de voz. Si lo hacía Denki te molestaba, pero si él, específicamente él, Eijirō, lo hacía, no sentías descontento en absoluto.
"Te ves linda sonriendo. Hazlo más a menudo." -expresó mirándote fijamente, pero de una manera agradable, no incómoda mi tétrica.
De nuevo tu corazón latía como loco, y parecía que en cualquier momento o lo escupías por la boca o salía disparado de tu pecho.
Inevitablemente tus mejillas se tornaron rosadas, casi rojas.
"G...Gracias." -sonreíste torpemente. Mientras rascabas tu nuca.
Él sonrió aún más, y después dirigió su mirada al frente.
"Deberíamos sentarnos, ¿no?" -hizo una pausa sin mirarte. Había notado tu nerviosismo y te dejaría tranquilizarte. Aprovechaste este momento para inhalar y exhalar profundamente hasta calmar tu ritmo cardíaco. "¿Quieres ir a esas bancas de allá?" -señaló unas bancas no tan lejos, donde se podía apreciar mejor la luna.
Asentiste cuando sentiste su mirada sobre ti. Finalmente se dirigieron a aquel lugar sugerido por el varón y se sentaron, en un silencio bastante cómodo.
Volviste a admirar la luna, sonriendo embelesada por su belleza.
"La luna está muy hermosa hoy..." -musitaste, casi sin pensarlo.
El varón no dijo nada, solamente se sonrojó levemente, no sabía si eso había sido una indirecta para él o solamente para halagar la luna.
Sonreíste con ligereza, cabizbaja. Este había sido tu primer intento, y aunque no obtuviste respuesta, te sentiste liberada por haberlo intentado al menos.
"Tú eres más linda... me atrevería a decir que la luna no se compara a ti." -aclaró su garganta y mencionó, mientras se acercaba disimuladamente más hacia ti.
Tenías tus manos apoyadas en las orillas de la banca de metal, y en cuanto sentiste un leve roce de su mano con la suya, tu calor corporal aumentó nuevamente.
Nadie dijo nada más, solo se quedaron en silencio disfrutando de lo poco que quedaba de la noche, hasta que el sol se comenzó a asomar y ambos se despidieron para ir a sus respectivos dormitorios.
Ambos habían salido muy confusos de esa situación.
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