Reuniones

281 43 11
                                    

Valentino iba a matar a alguien, no importaba a quien, solo necesitaba alivianar la tensión que corría por sus venas. Soltó un suspiro frustrado, nada de lo que ocurría en el infierno tenía sentido.

—¡Quiero una mierda de explicación! ¿Cómo es que todos mis empleados ahora son libres? —Daba vueltas sobre su propio eje como león enjaulado, Carmilla y Zestial habían mandando un mensaje para coordinar una reunión. Quizás ellos tuvieran respuestas a que estaba pasando.

—Valentino, ven varios de nuestros empleados quieren seguir trabajando con nosotros, van a firmar sus contratos. —Al menos no se iban a quedar en blanco sin ninguna alma, aunque no dudaba y algunos fueran a pedir una mejora en sus sueldos a cambio de sus almas. Simples marionetas que prefieren vivir atadas, antes de volver a las sucias calles.

—Es bueno tenerlos siempre dependientes de tus sustancias ¿No es así?

Sin embargo, no pudo ver a Ángel entre aquellos que querían de nuevo su trato. Tendría que hacer una visita a cierto hotel barato.

[...]

—Necesito ir y lo sabes Alastor. —Ahora se encontraba en brazos del demonio, estaba seguro y haciendo un poco de fuerza podría salir de aquella prisión cálida, pero ¿Quería eso? La respuesta era más que obvia.

—¿Por qué no puede ser la reunión aquí en el anillo del orgullo? —Odiaba admitir lo restringido que estaba, era un overlord, infunde miedo y respeto entre los pecadores pero ni siquiera era capaz de abandonar a voluntad el anillo donde vive. -Eres el rey, si tu lo ordenas, ellos vendrían.

—No se trata de eso, es un acuerdo que hicimos hace milenios, ninguna reunión será en tierra que otro gobierne, hay un castillo fuera de todos los anillos —Alastor le abrazo un poco más fuerte —prometo que les pediré un permiso para que puedas salir conmigo de ahora en adelante. Solo necesito sus firmas y tú alma podrá moverse libre como desee.

—... —A Lucifer le pareció adorable como las orejas gachas y ojos preocupados lo estaban evitando.

—Prometo que volveré pronto, si te hace sentir más seguro le diré a Ozzie que me acompañe de regreso.

—¿Ozzie? ¿Quién es Ozzie?

—Oh bueno, muy poca gente se refiere a él de esa manera, Asmodeous el pecado de la lujuria. Es muy confiable.

—Claro ahora debo quedarme más tranquilo por qué un depravado sexual te traiga de regreso. —Por algún motivo Alastor solo podía pensar en alguien con la moral parecida a Valentino.

Y eso le repugnaba, ninguno de sus encuentros por más breves que fuesen llegaban a nada bueno, Valentino era una de los peores -en el peor sentido de la palabra- overlord que ha tenido el desagrado de conocer.

—Ozzie no es un depravado, bueno pueda ser que si tenga gustos extravagantes pero jamás tocaría a nadie sin que esté lo desee.

—No te haré desistir de ir ¿Verdad?

—Yo los convoque, debo de ir. Solo déjame hacer una llamada y me iré.

Alastor veía con fascinación como su pareja se encargaba de todos, el mismo tenía compromisos para esta tarde, pero no quería separarse. Ni tampoco quería que ambos estuvieran lejos del hotel al mismo tiempo.

Adán se encontraba en el hotel, Lilith desaparecida de nuevo, aunque tuvieran una paz temporal con el cielo, nada asegura que no les vayan a dar un puñal por la espalda.

Ambos estarían fuera de su nido, Charlie se quedaría sola, "Esto es patético viniendo de mi, Charlotte tiene más edad que yo, sin embargo es demasiado riesgo, además si algo le pasa a Lucifer seré el último en enterarme"

TratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora