La vida era demasiado complicada.
Un día tenía una relación estable con Alastor y a su hija de vuelta en su vida.
Y al siguiente estaba envuelto entre las tretas de su ex esposa y su actual pareja. Enfrentar un embarazo y cuidar del infierno en con...
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Lucifer siempre supo que su poder era algo que causaba pánico, desde el inicio de la humanidad, intento hacerse pasar por uno más, fracasando en cada intento. Su apariencia era lo más angelical que se le permitió desde su caída, pero igual, jamás logro conectar con los pecadores o nacidos del infierno aparte de los pecados capitales.
Mismo motivo por el cual vivir en el hotel le resultaba tan gratificante, los amigos de Charlie le abrieron los brazos y jamás se vieron atemorizados por él.
Así que ahora que un pecador más se acercó a él sin miedo y con genuino interés, le hizo mucha ilusión, Baxter era un chico como mínimo, interesante, sus tardes se llevaban de las voces de él y de Nifty, ambos eran divertidos a su manera.
Aunque una pequeña parte de su cerebro estaba seguro que la intervención de Nifty fue un pedido de Alastor, pero iba a intentar pensar lo menos posible en ello.
La sombra de Alastor seguía mostrándose hostil. Quería creer que era por la sobreprotección que caía sobré él por su embarazo. Su abultado vientre de ocho meses era su adoración, cada día faltaba poco para poder tener en sus brazos a su bebé.
El último mes se divirtió bastante. Sus amigos ya no venían tanto, para la paz y alivio de los residentes del hotel, seguramente después de que él bebé naciera, se irían al palacio, donde podrían tener más visitas y privacidad.
Una parte de él no quería alejarse de su niña, otra le decía que quedarse solo le traería más inconvenientes a Charlie. No importaba que pasara, él ayudaría con todo a su patito.
Ya era hora de la cena, hoy le tocaba cocinar a Anthony, quien, para sorpresa suya en un inicio, era un muy buen cocinero, los platillos italianos eran toda una delicia.
—Hoy preparé lasaña, espero la disfruten —Anthony se veía muy feliz por compartir con todos.
—Estoy segura que así será —Charlie estaba ayudando a servir la bebida, se miraba más relajada, quizás se debía a que más personas estaban con ella, por lo que tuvieron que hacer más grande la mesa de la cena, Lilith, Adán y Eva se les habían sumado a las comidas, también Baxter— Provecho a todos.
Su celular vibro, curioso por quien le había enviado mensaje, sonrió de alegría por el contenido.
—Es de mala educación usar el celular en la mesa, majestad —Alastor le apretó la mejilla con cariño, Lucifer se limitó a sacarle la lengua como burla a su pareja.
—Es algo importante, de hecho —Lucifer se aclaró la garganta para llamar la atención del resto— dentro de una semana iremos al anillo de la Pereza, Belfego abrirá un portal, para todos, quiere que estemos allí para la inauguración de un centro clínico psiquiátrico.
—¡Qué divertido! ¡Iremos de excursión! —Charlie como siempre era la más emocionada.
—Disculpe, no es por mal, pero —Husk bacilo un poco de seguir— somos pecadores, no podemos salir del anillo del Orgullo.
