ᴀʟᴍᴀ ᴇɴ ᴇʟ ᴠᴀᴄíᴏ

El Jardín de los Talentos Ocultos 🍂

En este mundo de comparaciones infinitas,
donde las luces del éxito a menudo ciegan más que iluminan,
hay almas que caminan sintiéndose vacías,
creyendo que sus manos y sus mentes están desprovistas de dones.

Pero cada ser es un jardín donde germinan talentos ocultos,
a veces invisibles a los ojos del propio jardinero,
ocultos bajo la maleza de la duda y el miedo,
esperando la lluvia de confianza para brotar hacia el sol.

Es fácil pensar que no sabemos hacer nada,
cuando miramos al lado y vemos flores en plena floración,
mientras en nuestro suelo solo percibimos tierra seca,
sin darnos cuenta de que cada estación tiene su tiempo de cosecha.

Hay quienes se sienten barcos a la deriva en un mar de genialidades,
sin saber que su rumbo está marcado por corrientes profundas,
que su don está en la travesía, en la resistencia, en la capacidad de navegar,
aunque sus velas no se hinchen con los vientos de la aclamación pública.

El don de la paciencia, el valor de la escucha, la riqueza de la empatía,
son tesoros que no siempre resplandecen bajo la luz de los reflectores,
pero en el tejido de la humanidad, son hilos dorados,
esenciales para el manto de la comprensión y del amor que nos envuelve.

No todos los dones son estandartes que ondean en las alturas,
algunos son raíces que se hunden en la tierra, firmes y silenciosos,
y sostienen el árbol de la vida con su fuerza callada,
nutriendo cada hoja, cada flor, cada fruto que se ofrece al mundo.

Por eso, si piensas que no sabes hacer nada,
mira hacia adentro, escava en la tierra de tu ser,
y encontrarás que puedes ser el agua que nutre, la sombra que protege,
el silencio que alivia, la palabra que alienta.

Cada persona es un mosaico de posibilidades,
y cada pequeño talento, cada habilidad modesta,
es una pieza vital en el arte de la existencia,
donde lo que importa no es el brillo, sino la autenticidad de nuestro ser.