𝄞 Cᴏʟᴇᴄᴄɪᴏ́ɴ ᴅᴇ ᴅʀᴀʙʙʟᴇs IᴠᴀɴTɪʟʟ 𝄞『𝓐𝓵𝓲𝓮𝓷 𝓢𝓽𝓪𝓰𝓮』

El demonio de la música.

Notas: Un drabble olvidado de Twitter ฅ^•ﻌ•^ฅ

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Los dedos hábiles de Till rasguearon las cuerdas de su guitarra con velocidad, una nota tras otra mientras mantenía los ojos cerrados buscando recrear esa melodía. Un día despertó con una canción sonando en su cabeza y desde entonces ha tratado de recrearla con exactitud.

¡Y siempre falta algo! ¡Es como sí tuviera que reinventar cada maldita nota con sonidos jamás escuchados en el mundo!

La frustración lamió su corazón con efusividad antes de abandonar el instrumento sobre su cama.
Till resopló ligeramente malhumorado, sí pudiera escuchar de nueva esa melodía casi infernal que ha bailado en su memoria desde hace un mes, una vez más solo para encontrar lo que le falta.
Ajeno a lo que sucedía a su alrededor decidió alistarse para ir a la universidad, mientras tanto una risa sutil escapó del demonio que yacía sentado sobre su cama acariciando su guitarra, sus intensos ojos oscuros seguían al humano conforme maniobraba torpemente los utensilios de cocina.

¿Cómo puede sobrevivir ese genio musical sí es un completo inútil en el día a día más básico?
Ivan estaba intrigado, una sonrisa permaneció en sus labios antes de silbar suavemente, Till se quedó helado al captar nuevamente ese sonido.

¡No fue un sueño, no fue un sueño!

Pero antes de poder alejarse de la estufa el sonido se detuvo, Ivan había decidido que era demasiado misericordioso en dejarlo escuchar las notas más preciadas en el averno. Después de todo él era el gran Duque Infernal Murmur, tocaba en los recintos más grandes, servía directamente al señor Lucifer. Rebajarse de esa forma porque le provocó curiosidad su voz, lo admite, siempre ha sido su placer más personal devorar las almas de aquellos que nacen con talento musical.

Ya sea una voz extraordinaria o la habilidad innata de dominar un instrumento, entre más pulen la técnica más delicioso es el resultado. Esperará, esperará con paciencia hasta el día en que este humano haga vibrar esa guitarra adecuadamente con la sinfonía correcta. Y sí él se siente especialmente amable, podría dejarlo entrar en su orquesta como un siervo leal.
La idea lo hizo sonreír satisfecho, Till en cambio abandonó su plan de desayunar retomando su guitarra, empeñado en recrear esa melodía