III

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Killer; al ser criado sin una buena supervisión parental en un barrio de mala muerte y con televisión ilimitada a canales que definitivamente no eran para su edad; había aprendido muchas cosas en su vida a una edad demasiado temprana, la mayoría basadas en películas pornográficas, de terror y animación.

En conclusión, Killer podría admitir sin vergüenza que lo que más le daba miedo era ver a la gente caminando.

No había nada más aterrador para el que eso, un extraño; o conocido; caminando. No importaba si era frente a él, detrás, delante o él quieto en un lado y la otra persona caminando, era aterrador para él. Nunca sabrás que pasara por la mente de la otra persona que camina, que pensara, que dirá, si tiene otras intensiones. El solo pensar que puede caminar a tu lado y causarte mil males en segundos era suficiente para no hacerlo dormir de noche.

Lo segundo que más dará miedo en su vida eran las esquinas interiores, era lógico porque: ¿Que diablos había del otro lado? ¿Un hombre? ¿Una mujer? ¿Un animal salvaje?

El crimen no distingue forma, género o personalidad, solo sabe que es la conciencia de alguien preparada para hacerte daño porque así lo desea.

Con eso explicado, él miedo de Killer se estaba convirtiendo en una realidad, al estudiar como enfermero sabía que vería a mucha gente caminar por el hospital, mucha gente cruzando esquinas a diferentes horas y con distintas intenciones; sin embargo; eso era nuevo.

Al otro lado del corredor que lo llevaría al área de laboratorio había un perro sentado. Era blanco y con un collar naranja, movia la cola tan fuerte que parecía que se le caería en un descuido y sus ojos estaban generando un nuevo terror en su conciencia. Entonces el animal empezó a caminar hacia él.

Killer decidió que había visto demasiada televisión y leído demasiado Stephen King, así que solo siguió caminando ignorando al perro que parecía muy interesado en él.

— ¡Mocoso deja de estar en las nubes!—. Crocus me gritó antes de que fuera capaz de ver mejor al perro que ya no estaba a su lado—. ¡Trae esas muestras!

— ¡Ya voy!

Killer sintió aún más miedo cuando volteó por última vez al pasillo y el perro estaba parado en dos patas viéndolo fijamente con ojos blancos. Decidió simplemente ignorar aquello, ni si quiera lo había visto a los ojos correctamente así que podía ignorarlo todavía.

***

Chopper sonrió cuando cuando vio como las niñas que estaba cuidando sonreían y le colocaban una calcomanía en la bata blanca, Crocus había pedido que las cuidara un poco de doce a dos de la tarde ya que Marco debía ayudar a una cirugía de emergencia.

Pero supo que todo estaba mal cuando Marco regresó luciendo más pálido de lo que se esperaría para llevarlo de nuevo al despacho y continuar con sus tareas.

— ¿Dr. Newgate?

— Chopper-yoi; ¿Cómo piensas que luce la herida por un animal salvaje?

— ¿Salvaje? Debe de haber mucha sangre y también carne desgarrada—. Chopper opinó mientras caminaban, pero su respuesta no pareció calmar a Marco.

— ¿Qué tal una herida por trampa de osos-yoi?

— Muchos huesos rotos, casi como una explosión, de nuevo carne desgarrada si la persona intentó quitársela y quizá una infección—. De nuevo, su respuesta no calmo a Marco, cuando entraron a la oficina él volvió hablar.

— La herida que recurrió a cirugía de emergencia solo era una—. Marco señaló su brazo, desde el hombro hasta la muñeca—. Dijo que fue por un animal salvaje, cuando salió que fue por una trampa de caza, pero se veía casi como si hubieran querido arrancarle la piel.

Los Susurros en el Viento [One Piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora