No más mentiras

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Narrador omnisciente---

El grupo entero dormía plácidamente, refugiado en la seguridad relativa que ofrecía la iglesia. Aunque no estaban en un hotel de cinco estrellas, estar a salvo en los tiempos que corrían era un lujo. Mientras Shasha y Bob montaban guardia, la noche transcurría tranquila. Bob se encargaba de inspeccionar la iglesia de vez en cuando para asegurarse de que todo estaba en orden.

Abraham dormía abrazado a Rosita, Rick y Carl descansaban en la tarima junto a la cuna improvisada para Judith y el recién nacido, mientras Michonne ocupaba un espacio cercano. Maggie y Glenn se acurrucaban en una esquina, mientras que en otra habitación, Dani, Marcus, Nick y Gabriel se habían acomodado con cierta renuencia. Carol dormía profundamente al lado de Daryl, cuyo suave ronquido apenas se escuchaba. A diferencia de su costumbre de tener un sueño ligero, Daryl dormía profundamente esta noche, quizás por el cansancio o la paz que le había traído la confesión de Carol.

En su sueño, Daryl se encontraba en una carretera despejada, sintiendo la suave brisa acariciar su largo cabello. Pero no estaba solo; Carol estaba detrás de él, sosteniéndolo con gentileza. Esta simple imagen le proporcionaba una paz que nunca había sentido antes. Durante la cena, habían hablado sobre sus planes para el futuro, y Daryl no había podido responder. Sin embargo, este sueño representaba su deseo más profundo: ser libre, viajar y explorar el mundo junto a Carol, la persona que le hacía sonreír y encontrar paz. Era una idea de felicidad sencilla, pero Daryl era así, un tipo sencillo.

Carol---

Un rayo de luz me despertó; no sabía qué hora era. Había pasado una noche tranquila, logrando conciliar el sueño sin que nada lo perturbara. Parece que la confesión a Daryl ayudó a calmar mis demonios interiores, al menos sabía que él me aceptaba a pesar de lo que había hecho. Tenía planeado levantarme, verificar cómo estaban los bebés, dar un vistazo a la iglesia para confirmar que no había peligros y luego ponerme a cocinar. Sin embargo, todos esos planes se vieron frustrados cuando me di cuenta de que no podía moverme. Uno de los fuertes brazos de Daryl me abrazaba, impidiéndome cualquier movimiento.

Me giré para mirar a Daryl y lo vi en paz. Tenía mechones de su largo cabello cayendo sobre su rostro, una leve sonrisa dibujada en los labios y soltaba aire por la comisura de estos, produciendo un suave silbido. Intenté levantarme, pero cada vez que me movía, Daryl ejercía más fuerza con su brazo y soltaba un suave "No", lo cual me hizo reír. Después de varios intentos, decidí rendirme y preferí quedarme como estábamos. No puedo negar que estar en esa posición me causaba una mezcla de vergüenza, risa y ternura.

Me quedé observando las marcadas pero relajadas facciones de Daryl y, sin darme cuenta, terminé nuevamente completamente dormida.

Daryl---

Me desperté debido a un ruido proveniente de la tarima. Instintivamente, pensé que era Carol, quien solía levantarse antes que todos nosotros. Sin embargo, me di cuenta de que estaba equivocado. Al abrir los ojos, lo primero que vi fue el rostro de Carol a escasos centímetros de distancia. Automáticamente, noté cómo un fuerte calor se trasladaba a mi cara. Además de la cercanía de nuestros rostros, mi brazo izquierdo rodeaba la cintura de Carol con suavidad, ejerciendo una leve presión.

En ese momento, la sensación de paz que había experimentado en el sueño volvía a estar presente, pero esta vez, con un matiz añadido: era real. Una oleada de felicidad inundó mi cuerpo. En ese momento, noté la mirada de alguien, lo que me causó un repentino nerviosismo. Me moví lo más rápido posible, con cuidado de no despertar a Carol. Me puse de pie y pude ver a Rick, sosteniendo a Judith en sus brazos, con una sonrisa medio burlona en el rostro.