Señor Hwang || Hyunin

Doce

Disculpen la demora, cambié de trabajo recién y pues es... complicado

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"Otra vez vuelves llorando a casa, ¿Ahora qué pasó?"

"No pasó n-nada y no estoy llorando" murmuró con la voz demasiado ronca, carrasposa por las horas llorando. Arrastró sus pies dando pasos perezosos hasta cruzar la puerta y emprender en dirección a su cuarto, lo cual fue en vano cuando Felix lo jaló del brazo. "Innie" reclamó con la voz plana. No se atrevió a mirarlo al rostro tan avergonzado como estaba. Se sentía como un niño pequeño y quizás si lo era, había creído que podría con esa relación pero no, todo se escapó de sus manos en un segundo. "Tengo que... que ir a dormir después te diré todo lo que quieras saber" suspiró apenas conteniéndose de romperse frente al rubio. Felix no soltó su brazo aun.

"No tienes que esconderte para llorar, Jeongin" murmuró el pecoso con un tono apagado, la mano del rubio viajó hasta la suya acariciando su dorso. "Es mejor si estamos juntos, ¿No? Siempre es más divertido reír juntos así que creo que puede ser igual con llorar, debe ser menos triste"

Jeongin sorbió lloroso, miró nuevamente hacia la puerta de su cuarto antes de asentir y dejarse abrazar por su amigo. "Terminé con Hyunjin" sollozo adolorido. Decirlo en voz alta solo lo había hecho más real, más pesado y triste. No creyó que alguna vez esto pasaría. Nunca imaginó que el mismo terminaría su relación.

Felix boqueo sorprendido y durante unos segundos estuvo en silencio absolutamente noqueado por lo inesperado del asunto. "Creí q-que ustedes ya estaban bien" murmuró estúpidamente. Jeongin se aferró más a sus brazos por lo que con pasos cuidadosos los guió hasta el sofá sin soltar al más joven quien continuaba llorando sobre su hombro.

Pasaron unos minutos en los que ninguno de los dos dijo absolutamente nada. Jeongin lloró hasta quedarse sin más lágrimas que derramar y Felix solo lo permitió, dejando caricias en su cabello y espalda esperando que de cierta forma su compañía pudiera ser de ayuda aunque esa nunca sería la cura para un corazón rota, de hecho, probablemente no había una cura para ello más que el tiempo.

Suspiró apenado.

No había conocido esta versión de Jeongin antes ni siquiera cuando su ex lo engañó, Jeongin había reaccionado tan desconsolado... claro, había sido duro y muy triste pero no había parecido destrozado. "No quería..." susurró a la nada. Felix lo abrazó con mayor ahínco y se armó de valor antes de hablar. "¿Pero por qué lo terminaste? Él ya te había perdonado" Cuestionó en un tono suave sin pretender alertar al menor.

Jeongin negó pero tras unos segundos se separó de su lado lo suficiente para verse cara a cara, el más joven tenía el rostro rojizo y un aspecto cansado y triste. "Lo había hecho" asintió nostálgico.

Frunció el ceño aún más confundido. "Entonces... ¿Qué es lo que está mal?"

"Tú no lo entiendes" sollozo. "Él es tan buen padre y la extraña mucho, ¿sabes? Yeji decidió que no quería verlo ya que seguía saliendo conmigo y eso solo lo estaba lastimando. Es la persona más feliz y buena de este mundo y ya no era el mismo por esto. Su hija es su todo y yo no puedo quitársela. Prefiero que esto sea así, a mi me puede superar pero a su hija no... Nunca iba a funcionar porque ella me odia"

Felix no podía comprender cómo alguien terminaba odiando a otra persona así de la nada.

"Jeongin..." este negó restregando su rostro y borrando sus lágrimas lo que fue en vano ya que más de ellas continuaron cayendo por sus irritados ojos. "Lo siento siempre te lleno de mis problemas, también soy un pésimo amigo" murmuró mirando al suelo.

Su estado de ánimo estaba tan decaído como todo él. Sin duda, tenía el corazón roto.

"No seas tonto, Innie. Siempre puedes contarme todo, no solo estoy para las buenas, también para las muy malas puedes contar conmigo"