15.- Desiciones

494 41 1
                                    

Han Lue

Estaba trabajando en el auto de mi morena, ya solo me faltaba terminar unos cuantos detalles. Podía imaginarla ganar carreras con esta bestia y soltar insultos en español mientras manejaba, no solo su belleza la hacía resaltar si no también su indescifrable personalidad.

Era muy noche así que decidí ir a dormir, estaba subiendo las escaleras cuando escuche un crujido, como si alguien estuviera comiendo papas, baje rápidamente evitando hacer ruido y tome mi arma que estaba debajo de mi escrito.

Volví a subir levemente las escaleras y con cautela, llegue a mi cuarto y camine apuntando hacia enfrente, no vi a nadie así que baje el arma cuando de repente sentí un filo punzante en mi cuello.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo por el tacto frío y afilado que sentía — Nunca bajes la guardia chinito — la voz que provenía detrás de mí me relajo al instante, la voz de mi linda morena que tanto extrañaba.

Gire rápidamente, tenía un top negro un poco ancho y un pantalón de pijama, rápidamente la acorrale con mis manos en su cintura y bese levemente sus mejillas despues su mandíbula finalizando en sus labios.

—¿porque viniste bambi?, es peligroso que nos vean juntos — la morena puso una mano en su pecho.

—¿o sea que me odias y no me quieres ver? — pregunto con sarcasmo y una leve sonrisa.

Sonreí y le tome la mano para dirigirla a mi cama — no conocía tu lado dramático — me sonrió y camino junto a mí.

Miré mi mesa de noche y pude observar muchas frituras y golosinas en ella — Debes de desarrollar tu sentido del oído, estuve aquí aproximadamente 30 minutos en lo que me ponía mi pijama y acomodaba todo — Me dijo y se sentó en la cama — tenía muchas ganas de probar estas así que dije porque no visito al que siempre las come.

Tome todas las bolsas que estaban ahí y las puse en la cama — ¿Por qué siempre son navajas Elena? — le pregunté mientras ella abría una bolsa de color verde.

—Tengo problemas de ira y soy muy explosiva, además las navajas son prácticas y fáciles de manejar — tomo una papa y antes de llevársela a la boca hablo — Antes solía llevar todo tipo de cosas de defensa personal, mi favorita era el kubotan — Dijo algo emocionada, no sabía cuanto la afición de Elena por estos artículos —cuando llevo armas es porque sé que voy a matar a alguien — Finalizo con una voz más baja.

La mire mientras comía las papas — ¿Has matado a alguien alguna vez? — me pregunto seria mirándome a los ojos.

Me pareció interesante que me preguntara eso, como si en este mundo no fuera algo crucial —Si, más de una, aunque no llevo la cuenta — mire cierto alivio en su mirada

Comí una papa — ¿Tu cuantas has matado? — evito mirarme a los ojos — perdí la cuenta en el décimo — su mirada se perdió, como si los recuerdos la invadieran.

Estaba a punto de cambiar la conversación cuando me interrumpió — La primera fue accidental — se recostó en la pared — Estaba en una fiesta, tenía 15 y había una niña que siempre me molestaba y como dicen las palabras duelen más que un golpe, aunque era mutuo no podía evitar que todas sus palabras me lastimaran, se llamaba Ana — retire las bolsas hacia un lado para recostar mi cabeza en sus muslos — Estaba borracha y ella me empezó a empujar cada vez que pasaba, me descontrole y entonces comencé a empujarla buscando pelea.

Escuchaba como el volumen de la voz de Elena disminuía — Comenzamos a pelear, me grito todo tipo de insultos, se metió con mi familia y yo me enoje tanto que perdí el control, le azote la cabeza contra el suelo hasta que llego Alex y separo de ella sacándome de mi transe — Elena comenzó a acariciarme la cabeza — Lo último que recuerdo es la culpa que sentí y como sus amigos estaban alrededor de ella intentando que despertara mientras su sangre caía por su ropa — note que su voz que quebraba —solo quería que se tragara sus palabras y me respetara.

Me puse de pie y la abracé mientras soltaba sollozos en mi pecho — Mi primero fue muy diferente al tuyo, yo si quería matarlo — la morena se pegó más a mi — era una basura de persona y no me siento culpable por matarlo, a veces tomas decisiones y no miras atrás, sean buenas o malas, así es mejor.

Platicamos un poco más hasta que caímos dormidos de una manera un poco incómodo.

A la mañana siguiente me desperté muy temprano, mi morena seguía dormida con la cara aplastada con la almohada pronunciando sus mejillas.

Camine hacia la cocina para preparar un poco de café. Al poco tiempo escuche un gran bostezo a mis espaldas que me hizo sonreír — Porque te levantas tan temprano — Soltó Elena envuelta en una cobija con su pelo un poco esponjado.

—Buenos días para ti también — le dije mientras ponía una taza de café en la pequeña mesa que había a un lado.

Con los ojos entrecerrados tomó la pequeña taza y dio un sorbo — Gracias, me ayudará a despertar — me senté aun lado de ella — Han estaba pensando en que podría ayudarte a terminar mi auto.

Rei levemente — A tu auto solo le falta la pintura.

Dejo la taza en la mesa — lo sé, ayer en la noche espié un poco — me dijo como si fuera obvio — además creo que es en lo único que no podría hacerlo mal.

—Está bien, pero después de las carreras.








DK, Alex y yo nos encontrábamos en las carreras — ¿Elena no va a venir? — le pregunte al pelinegro

Junto sus manos y sonrió con sarcasmo — ¡ay el amor! — reí por lo bajo — ella vendrá después

DK rio levemente — sí, ahora se está preparando para un nuevo trabajo.

Me confundí un poco ante sus palabras, no sabía que nos concentraríamos a otra cosa. Supongo que Elena me lo contaría después.

A nuestra izquierda había un DJ con gente alrededor bailando y disfrutando de la música, comenzaron a llegar todas las chicas lindas del lugar. No tenía nada que hacer allí, así que me alejé un poco.

Estaba sirviéndome un trago cuando escuche que alguien se acercaba a mí — Me sirves uno — escuche un japonés terriblemente malo.

Giré y vi a mi morena vestida completamente diferente a lo que estaba acostumbrado. Ahora su pelo era ondulado, llevaba un brillo labial color rojo; Sus suaves piernas se podían apreciar pues llevaba una falda de mezclilla peligrosamente corta combinada con un top rojo que llevaba un estampado de corazón.

Creo que mi cara decía más de mil palabras, pues Elena comenzó a reír — ¿Te gusta mi nuevo estilo chinito? — puso una mano en su cintura posando para mí.

—¿Tu qué crees Bambi? — le dije mirándola de arriba hacia abajo — pero tienes que saber que soy un hombre débil.

Camine hasta ella rodeándole la cintura con mis brazos y le susurre — Me dan ganas de hacerte de todo — note un ligero escalofrió en su cuello.








———————————————————————————
Hola a todos espero se encuentren muy bien
Si les gusta la historia pueden seguirme en mi cuenta de tik tok en donde subo edits de este fanfic
User: Nefera_5307

Mi México || Han LueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora