22.- Bruja

306 28 0
                                    

Elena Castañeda

Me separe de los demás y fui en busca de Takashi, llevaba un Uzi con el cargador medio completo, no tenía repuesto así que tendría que ser cuidadosa con su uso.

No podía creer todo lo que paso; Si hace unos meses me hubieran dicho que me iba a enamorar de un asiático y me iban a secuestrar los hubiera tildado de locos.

Camine con precaución y me tope con dos individuos muy bien armados, con sus armas me veía tan patética usando la uzi, pero no creo que estos coreanitos sean tan inteligentes como yo.

Así que mire al piso y mire una roca igual de grande que mi mano, así que la lance del lado opuesto en el que estaba provocando un ruido fuerte, mire a los hombres que al escuchar el golpe se voltearon rápidamente y fue cuando aproveche para dispararles por la espalda, bastante cobarde, pero era mi vida la que estaba en riesgo.

Escuche pasos que venían hacia mí, pero no eran en grupo, se escuchaba una sola persona como si estuviera corriendo, sus pisadas se escuchaban pesadas, probablemente llevaba botas o era alguien gordo.

Me puse de cunclillas detrás de un estante lleno de cajas, esperando que el idiota viniera justo hacia donde se escucharon los disparos. Podría jurar que era una bruja pues al poco tiempo vi unas botas caminando con cautela, mire las balas que me quedaban y eran más que suficientes para matarlo, pero esas balas me podrían servir para después, mire a mi alrededor y como si Dios me estuviera ayudando vi un cristal justo en mis pies lo suficiente grande para utilizarlo como un cuchillo. Así que deje con cuidado el arma a un lado de mí y tome el cristal esperando a que no me cortara la mano.

Cuando logre ver una metralleta asomarse por el pasillo rápidamente la empuje hacia el lado contrario provocando su caída y el hombre con apariencia de rambo me soltó un golpe el cual bloqueé que me hizo retroceder un poco y gracias a la distancia le soltaba una patada en el estómago, este se inclinó un poco y le clave el cristal justo en la yugular con bastante fuerza provocando que toda su sangre me salpicara en la cara.

El hombre callo muerto a mis pies y escuche unos aplausos detrás de mi.

—Sigues sin dejar de sorprenderme Elena — Me gire rápidamente para mirar a Takashi con su típica sonrisa pintada en el rostro.

Rei leve— Vine por ti, así que démonos prisa por que apuesto que no la están pasando nada bonito.

Takashi cojeaba hacia mi —¿Estás seguro de que puedes caminar? — le pregunte

Rio — ¿Y si no pudiera qué? ¿Acaso me vas a cargar como una linda princesa? — Era obvio que ni de broma podría cargar a Takashi, pesaba como 3 veces más que yo.

Así que no conteste y solo coloque su brazo en mi cuello para que se apoyara en mí.



Caminamos hasta que por fin encontré a Alex y Han, estaban en la entrada sin ninguna preocupación. Cuando Alex me vio corrió hacia nosotros

Miro a Takashi y después a mí con asombro —Elena que te paso, ¿Estas bien? — Se quito el suéter que traía y me limpio la cara con sumo cuidado — ¿En dónde te dieron?

Sentí como Takashi se apartó de mi — Estoy bien Alex, no es mi sangre — Su semblante se relajó y rápidamente me abrazo con fuerza y yo se lo devolví.


En el trayecto al taller de Han todos veníamos callados, la gente de Takashi ya se había ido así que solo éramos nosotros 4 en una camioneta, Han conducía muy rápido mientras Alex y yo nos asegurábamos de que no nos siguieran.

Cuando por fin llegamos, nos detuvimos a platicar todo lo ocurrido mientras yo le llamaba al médico de confianza de Takashi pues le revise su herida y note que aún seguía la bala dentro de él.

Alex se paró de su asiento — Bien, yo llevare a DK al médico — levanto a Takashi de su asiento con cuidado — Elena tú te quedas con Han

Yo recostada en el sillón de Han solo asentí con la cabeza.

Alex salió con Takashi mientras Han y yo nos quedaríamos solos

Han se sentó a un lado de mi — ¿Estas bien bambi? — me pregunto mientras masajeaba mi muslo con suavidad

—Estoy bien, solo que me quisiera dar un baño — eran tantas cosas por procesar, matar no era ya un problema para mí. Me mentalizaba para saber que nunca podría tener una vida o incluso un futuro "normal", siempre tendría que estar huyendo de algo, fue el destino que escogí.

Han movió levemente mi hombro sacándome de mis pensamientos — Si quieres puedes bañarte aquí — Me guío hasta la ducha — puedes usar uno de mis pijamas, aunque te quede grande.

Lo abrase por el cuello — muchas gracias por todo lo que hiciste por mi Han — No dijo nada y solo me abrazo fuerte, permitiéndome sentir su olor una vez más.

Mi México || Han LueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora