ARIA💠
Cuando era más pequeña y venía a lugares como este, siempre miraba como una boba todos los juegos mecánicos, pero más que nada, babeaba por los deliciosos aromas de comida.
Nunca pude subirme al carrusel, tenía que vender los adornos que hacían mis compañeros de orfandad.
– ¿Nos subimos a este primero?... – Suga me saca de mis recuerdos y me señala precisamente el carrusel que está frente a nosotros.
– ¿Subirnos?... ¿Hablas en... Serio?... – era un juego para niños, ¿Cómo se le ocurre tal cosa?
– Claro que hablo en serio, anda subamos. – me tomo de la mano y me llevo casi a rrastras hacia el juego mecánico.
– Pero... Es para niños... No creo que aguanten mi peso... – dije a regañadientes mientras el seguía llevándome de la mano.
– No seas tonta, ¿No has mirado bien el carrusel?. – nos detenemos justo antes de subir, se hace aún lado para que fijé mi mirada.
Note a unos cuantos niños, cosa normal, algunos con sus madres, cuidando de ellos para que no caigan de los caballitos, pero también pude ver... Algunas parejas de enamorados.
Uno al lado del otro, cada uno en un caballito, había otros donde sola la chica estaba encima del animal de plástico mientras su pareja se quedaba junto a ella de pie, abrazándola dulcemente.
– Lo ves, no hay ningún problema, subamos. – Suga estaba a punto de subir, pero yo no lo deje, un recuerdo amargo me hizo jalarlo hacia mi.
En una ocasión quise subirme al carrusel, quise tocar un hermoso caballito color rosa, por unos segundos deje la caja donde venían los llaveros que vendía para poder subir sin que el encargado se diera cuenta, estaba a punto de subir, hasta que sentí un gran dolor en mi mano.
El encargado me había visto y me golpeó la mano, me corrió del lugar y ya no pude tomar la caja, ese día fue uno de los peores para mí, no comí en dos días, fui golpeada severamente, casi pierdo la vista en uno de mis ojos.
– ¿Que pasa?... No temas, no te va a pasar nada, estás conmigo. – lo mire tratando de encontrar una pizca de duda en el, pero se miraba seguro, además ya habia pasado muchos años de eso... Sin embargo, aún duele aquel recuerdo.
– Está bien, vamos. – el carrusel iba a baja velocidad, lo que nos permitió poder subirnos sin demora.
El pánico se apodero de mi al sentir como el piso se movía, los caballitos de movían arriba y abajo en armonía con una suave canción de fondo.
– ¿Que corsel escogerá para cabarlar mi lady? – mire a Suga con sorpresa, su forma de hablar era rara.
Se notaba como hacia el esfuerzo para no reírse, yo cubrí mis labios por qué yo también quería reír por su ocurrencia.
– ¿Porque hablas así? – pregunté tratando de ponerme sería.
– Lo siento, no pude evitarlo, anda ya no te rías de mi, mejor escoge un caballo y sube, yo ya tengo el mío. – sonrió mostrando su dentadura gomosa, con que así se vería el señor Min si sonriera inocentemente.
Se sentó en un caballo negro, se miraba bien ahí sentado.
Gire mi rostro buscando alguno que me gustará, camine por el lugar hasta que encontré un caballito color rosa, era precioso, llegué hasta el y comencé a tocarlo, no era como lo imaginaba cuando niña, pero es lógico, en ese entonces pensaba que estos animales estaban vivos, los imaginé sueves al tacto.
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ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO
FanfictionAria es una chica sola en el mundo que descubre que el amor es cruel y despiadado, enamorada de un detective corrupto que le salva la vida. El destino la hace conocer al hermano gemelo del amor de su vida, este la trata diferente, provocando confusi...