CAPITULO 10.

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⚠️ Contenido sensible.

ARIA

– Dejala en paz, no crees que ya ha pasado por mucho está noche, vamos Ariadna te llevaremos a casa. – Hoseok me sujeta de una mano y me jala hacia el, Suga solo me mira con sospecha.

– Tienes razón Hoseok, vamos, que ya es muy tarde. – nos indica con la mano que subamos al coche.

– Muchas gracias... Suga... Yo... – Hoseok me lleva hasta la parte trasera del coche, subo a este y el coche arranca dejándome con la palabra en la boca...

– Olvídalo, supongo que estás en shock por lo que esos bastardos estaban a punto de hacerte... Mejor dime, ¿A dónde te llevamos?... – ¡¡Diablos!!

– Lo siento mucho, mi casa está muy, pero muy lejos de aquí, solo déjenme en la entrada de la ciudad, si son tan amables. – Suga y Hoseok se miraron sorprendidos al escucharme, era más que obvio que ellos no podrían entrar ahí, sería entrar a la boca del lobo.

– Ahhh entonces, eres de esa parte de la ciudad... ¿Por qué quisiste ir a un antro tan lejos de tu hogar?... ¿Estabas huyendo de alguien?... – los ojos gatunos de Suga se reflejaron en el retrovisor, creo que ahora sí estaba sospechando más de mí.

Pues claro, estaba huyendo de su ex... Por cierto, ¿Tus amigas nunca llegaron? – Hoseok parecía ser un hombre muy lindo y amable.

– La verdad es que ya no supe de ellas, la discusión con mi ex me dejó mal, además de que salimos del antro juntos para hablar con más calma. – espero que se convenzan de mis palabras.

– Yo pensé que se habían reconciliado, te comió la boca como si no hubiera un mañana, y bueno tú le correspondiste, por eso me aleje de ahí, lo siento, debía haber estado más al pendiente. – ¿Se podía ser más adorable?

– Creo que nos dejamos llevar por los buenos tiempos, pero definitivamente, mi relación con el... Terminó... – baje el rostro simulando tristeza.

– Me da mucho gusto, se nota que eres una chica muy linda y de buenos sentimientos... Mereces algo mejor. – algo mejor que ese imbécil de Park... Por supuesto.

– ¿Estás segura que quieres que te deje aquí?. – la voz de Suga interrumpió a Hoseok, habíamos llegado a los límites de su territorio,  el coche se detuvo y miró a los alrededores, la ciudad estaba solitaria.

Si, aquí está perfecto, muchas gracias por traerme, nos vemos, y otra vez, muchas gracias... – salí del coche con calma, recordé lo que la señora Haneul me pidió que hiciera para atraer a un hombre, así que me acerque a la ventanilla del conductor, lo mire a los ojos con coquetería, baje un poco su cubrebocas y le di un beso en la mejilla.

Tanto Suga como Hoseok se quedaron inmóviles por mi acción.

Adiós Hoseok, muchas gracias por tu apoyo... – me di la media vuelta y comencé a caminar, sabía que el coche seguía parqueado, esperando a que desapareciera por la calle.

Un taxi paso por la calle y agradecí a los dioses por eso, lo pare y note al subirme que el coche había encendido el motor, al ver avanzar el taxi, ellos se alejaron.

Me deje caer en el asiento, al fin pude respirar tranquila, tengo una oportunidad real de entrar al mundo de Suga, el señor Min estará feliz, no fracase después de todo.

El taxi me dejó a unas cuadras de la casona del señor Min, si se enteraba que no había caminado como el queria se molestaría mucho, espere una hora más para poder entrar al fin, estaba tan cansada, pero tenia que contarle todo a la señora Haneul, al señor Min.

ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora