CAPITULO 2

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Tres años atrás...

ARIA

Me sentía tan miserable, ¿Que haría ahora con mi vida?.... No tengo a dónde ir... Estoy completamente sola, me dolía todo el cuerpo... Estaba sucia y mojada, golpeada a más no poder y con un hambre famélica...

Aunque se que esto hubiera sido peor si no hubiera llegado ese hombre a salvarme, por algunos segundos me sentí tan cálida y protegida por el, que no quise quedarme sin su protección, aunque al final de todo... Me dejó igual o incluso más sola que antes.

Me levanté como pude del suelo sucio y mojado, pero.... Estaba tan débil, estaba casi en los huesos, a mi alrededor podia ver cómo todo lo que alguna vez conocí como mi hogar, era destruido en segundos, había hombres por todos lados rompiendo todo a su paso, los niños, mis niños, estaban siendo llevados en camionetas a otro orfanato por lo que pude escuchar.

No quise despedirme de ellos, de mis niños, mis hermanos de otras madres, no quería hacerlos llorar, ni provocarles más miedo o nerviosismo, así que solo me despido de ellos en silencio, esperando que vayan a un lugar mejor que este, que puedan ser adoptados y sean muy felices.

Los vi alejarse y con ellos una parte de mi corazón, el miedo invadio mi cuerpo al verme fuera de la puerta del orfanato, mi hogar.... Mi cárcel.

Ahora eres libre dijo aquel hombre, pero no lo entiendo del todo, se que soy más grande que los otros niños, pero sigo siendo menor de edad, si no, no me hubieran tenido tanto tiempo viviendo aquí.

No tengo papeles, no tengo dinero... Creo que estoy peor que al comienzo.

- ¿Este es el sitio?.... Woow que .... Desagradable... - la voz de una mujer me hizo girar el cuerpo, detrás de mi una mujer imponente, alta y de piel blanca bajo de un coche negro, sus ojos detallaron la fachada del orfanato con una mueca de asco.

- Asi es, esta es la dirección que mando el jefe. - del otro lado del coche, el chófer le contesto a la mujer.

- ¡¡Que posilga!! - camino hacia el orfanato pasandome de largo, como si yo no existiera.

Suspiré tratando de aclarar mis pensamientos, debería.... Creo que debo salir de aquí de una buena vez, pero me siento tan mal y cansada.

Quise dar unos pasos pero el cansancio en mi cuerpo me hizo caer de rodillas, solté un pequeño quejido y solté unas lágrimas por la impotencia que sentía.

No se cuánto tiempo pase recargada en la pared del lugar de mis pesadillas, sollozando y maldiciendo mi mala suerte, ahora que lo pienso, hubiera sido mejor que esa anciana acabará con mi vida miserable.

- El señor Min me va a matar, ¿Cómo le digo que esa huérfana ya no está aquí?.... Llegué demaciado tarde, ¡¡Diablos!! - escuché la voz de la mujer nuevamente, está vez se escuchaba preocupada.

- Pregúntele al jefe como es físicamente, así la podemos buscar, no debe andar muy lejos. - dijo el chófer que estaba detrás de ella.

- ¡¡Estás loco, me mataría de inmediato!!, no nos queda más que ir por las calles preguntando por.... Aria. - escuché mi nombre salir de sus labios bien pintados y abrí mis ojos un poco más.

Me estaban buscando a mi, tal vez me llevarán a un nuevo orfanato... Ohhh no... Otro infierno, pero, al menos tendré un techo donde dormir...

- Se-Señorita, yo me llamo... Aria - me sentía tan débil, además me sentía nerviosa, la mirada de esa mujer era tan penetrante.

ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora