ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO

CAPITULO 37

ARIA💠

Me encontraba en un lugar cálido, cosa que no me agrada mucho, pero mis heridas ya no duelen, quise moverme pero no pude, inmediatamente recordé estar atada a una camilla mientras era torturada por Lana.

"ESTA EMBARAZADA"

grito una voz femenina, ahora lo recuerdo, estoy... ¡¡Dios mío, estoy embarazada!!

De inmediato se dispararon las alarmas en mi cabeza, tengo que irme de aquí, Lana quiere a mi bebé.

Me obligó a abrir mis ojos, aunque los sienta pesados y cansados, lo primero que veo es a la enfermera y al doctor dándome la espalda, cierro los ojos cuando ellos se giran y comienzan a limpiar un poco las heridas en mis piernas, debo mantenerme tranquila para que la máquina a la estoy conectada no me delate.

La enfermera quita las ataduras de mi torso, muñecas y tobillos, los masajea un poco, dándome un poco de alivio, pues las ciño demasiado a mi piel.

- Aún no logro entender cómo es que aún no ha perdido el producto, todo lo que sufrió hace una hora aunado a su fatiga extrema, eso es algo casi imposible de soportar, el señor Wang tiene razón, ese bebé está destinado a nacer. - dice el doctor con asombro, me enorgullezco de sus palabras, mi bebé va a nacer sin importar nada.

Vamos Aria, levántate, tienes que salir de aquí, es tu única oportunidad.

Me digo a mi misma, así que aprovecho la distracción de la enfermera y la golpeó con mi pie en el rostro, la mujer cae al piso, el doctor intenta tomarme de los brazos para volver a atarme, pero yo tomo el bisturí que está sobre una pequeña mesa y sin esperar más se la clavo en la yugular.

El hombre me mira horrorizado, la verdad es que a mí no me gusta asesinar a personas inocentes, pero está vez no pienso poner en peligro a mi bebé, no importa a quién me lleve en el camino.

La enfermera se levanta y grita al ver al doctor, intenta salir de la habitación, pero yo la alcanzó y le encajo el mismo bisturí, con ella fui más amable, le di justo en el corazón, así no sufría tanto.

Por desgracia sus gritos llegaron a escucharse y dos hombres entran, logro esconderme unos segundos, en los que ellos inspeccionar los dos cuerpos en el piso.

Aprovecho que sus armas están apuntando al suelo y me le voy encima al de tatuajes en el rostro, me costara mucho por lo corpulento que es, pero tengo que acabar con el sin hacer mucho esfuerzo.

Así que me cuelgo de su espalda y lo asfixió con mis manos sobre su cuello, se resiste mucho y golpea mi espalda contra la pared.

RESISTE PEQUEÑO, PRONTO ACABARA ESTO...

Le ruego a mi bebé, pues aunque quiera no esforzarme mucho, jamás saldré viva de aquí sin pelear.

El otro hombre solo mira todo con ansiedad, no sabe si debe disparar o no.

- ¡¡SUÉLTAME.... MALD!!.... - no puede acabar la frase, pues finalmente muere.

Es entonces que el otro hombre intenta dispararme, al que logra herir es a su compañero al cual uso de escudo, tomo el arma del fallecido y con solo una bala en la frente me desago de el.