siempre te encontraré acá

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Llegó al sitio y escuchó cómo varías personas hablaban entre sí fuera del bar dedujo que ahí se encontrarían sus compañeros estacionó en la carretera dejando caer levemente el auto en una cuneta, caminó dentro del parking frente al bar y se encontró con personas amontonadas intentando ayudar a Gonzalo a entrar con Gustabo al hombro, llevaba ropa del común, pantalones negros anchos y una camiseta simple de color blanco ahora sucio; Se veía desorientado y apenas abría los ojos, cuando sintió el contacto de Gonzalo sobre él se dejo llevar por completo. Freddy los alcanzó y ayudó a sentar en una de las mesas más apartadas del lugar mientras eran seguidos por el personal de servicio que se veían igual o más confundidos que ellos.

—Neno traenos una cubeta de hielo y un vaso de agua con gas, por favor— dijo Freddy al ver cómo los camareros trataban de ayudar, le resultaba irritante, esa actuación correcta como si no hubieran cada noche personas desmayadas en el mismo lugar.
Estuvieron un rato intentando activar a Gustabo mojando su cara con paños de tela helados, haciendo que tomara el agua con gas y masticara un poco de hielo, tenía la piel tan roja que parecía estar ardiendo de fiebre; Para cuando regreso a sus sentidos y abrió los ojos de acuerdo con el resto de su cuerpo, se perdió en la madera vieja de la mesa y siguió tomando de su vaso sin pronunciar una palabra. Freddy y Gonzalo decidieron pedir bebidas para ellos dandose un tiempo para reposar esperando que el rubio les hablara o algo parecido.

—Perdón— susurró Gustabo con la mirada fija en Freddy, a lo que él solo negó con la cabeza -Estoy mejor, gracias- carraspeó acomodandose para dejar caer su cabeza en el hombro de Gonzalo sin alejar sus ojos de los de Freddy.

—Eso es lo que nos importa, Tabito— miró hacía la caja y se levantó para poder pagar e irse lo más rápido posible de ahí.

—Me alegro de haberte encontrado tete ¿seguro estás mejor? te puedes quedar en mi casa si quieres, sabes que tienes un cuarto exclusivamente para ti— dijo Gonzalo recostando su mejilla sobre la cabeza de Gustabo y pasando una mano por abajo para acariciar su mandibula.

—No, se va a quedar en mi casa— dijo con voz demandante Freddy guardando el dinero en su bolsillo trasero —Tú también puedes venir si quieres, Isidoro— se adelantó al ver la reaccion del menor intentando refutar.

Salieron bastante más calmados del local, en camino al patrulla del pelinegro, pero al sentir cómo Gustabo se alejaba a gran velocidad pararon el ritmo para seguirle con la mirada, se tiró al piso cayendo sobre sus rodillas y en un pequeño matorral expulso de su cuerpo todo lo que le tenía tan debilitado.

—Está vomitando como si se hubiera comido una ballena, Freddy— dijo Gonzalo soltando una pequeña risa volteando a ver a Freddy que solo sonrió y siguió hacía el auto.
-Traelo cuando termine de sacar sus pulmones por la boca y límpialo que no pienso pagarle a Conway otra vez.

[...]

Tenían una ruta larga por delante y en el estado en el que se encontraba Gustabo, Freddy no podría conducir tan rápido como acostumbraba, Isidoro iba en el asiento trasero junto al rubio ambos arrinconados a sobre la puerta derecha mientras dormían, unidos por el abrigo policial de Freddy. Presa del aburrimiento dejó que la musica de la radio le acompañara durante su paso por la ciudad que en ese momento carecía de vida, de vez en cuando miraba al retrovisor como si de alguna manera sus compañeros pudiesen desaparecer si no les prestaba suficiente atención.

Estacionó fuera de su portón y respiro con pesadez, se recosto y por un momento dejo espacio para que sus pensamientos se aclarasen antes de tener que despertar a los otros y seguir funcionando como el mayor del grupo. Cerró los ojos y recostó el espaldar del asiento del conductor, bajó aun más en el volúmen de la radio aprehendiendo su soledad.

you treat me like a stray dog, be one with me  [FREDDYTABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora