no los abandones, como lo hicieron contigo

128 15 0
                                    

Había estado evitando a Freddy a toda costa, volvió a trabajar presencial en las calles y ahora era lo único que hacía, repartió su horario de medio tiempo a tiempo completo con servicio de día y noche con descansos remunerados, sus días de papeleo fueron trasladados directamente hacía al conjunto de inspectores y a Noah; Escapaba de todo problema haciendo su trabajo, le traía un tipo de libertad que no sabía que tenía hasta que pudo aprovecharla, pasó su tiempo con Isidoro y a pesar del elefante en la sala en ningún momento hablaron de Freddy después de su charla extrañamente íntima sobre la noche en que lo encontraron casi inerte por completo.

Por otro lado Freddy no pudo dejar el tema atrás, junto a Gonzalo planearon una manera de seguir investigando a Gustabo de manera que él no se enterara y además que la información valiera la pena, empezaron con regresar a su pasado, un chico problema que pasó por más de cuatro orfanatos, pasó mucho tiempo en las calles, fue ingresado a dos institutos penitenciarios y una institución psiquiátrica, trastorno de identidad disociativo y ansiedad, cargos por homicidio, corrupción y alta traición, entre otros crímenes menores. Un ser complicado de analizar e investigar a pesar de ser una de las personas más temidas por el cuerpo de policía del momento y el arma bajo más respeto de la CIA, aún así vivía con una simpleza impresionante, dedicaba su vida entera a poder sentirse normal, aunque su alter sacará lo peor de sí, él como Gustabo también era una joya de personalidad, no importaba cuál tuviese el control ambos causaban casi la misma cantidad de daños. 

Ahora le resultaba extraño no tenerlo cerca constantemente, no poder verlo a los ojos, no poder disfrutar de su sonrisa y los chistes internos, no poder acercarse a él ni siquiera en las reuniones de los altos cargos, estaba saliendo de sus casillas, el alcohol empezó a saberle mal, se quedaba dormido en su despacho unas cuantas horas consecuencia de la falta de sueño nocturno, bajo en rendimiento en su trabajo y su mal humor aumentó en contra de los agentes; Para este punto solo pensaba en ir directamente con el rubio, mirarle a sus ojos azules, embriagar su corazón y darle una cachetada en modo de protesta. Al final lo único que logró fue recaer en un espiral de dolor y resentimiento vicioso.

[...]

Aquella noche, como muchas más, se quedaba sólo en su despacho haciendo acompañamiento general para los policías del turno nocturno, esa hora solía ser más ligera dependiendo de la temporada, de momento solo habían cinco funcionarios activos patrullando en las calles, aprovechó el tiempo muerto para organizar un informe de la DOA que tenía que presentar a Conway el día siguiente. Escuchó como poco a poco se acercaban unos pasos por el pasillo, esperó expectante sin tener mucha respuesta, ignorándolo siguió con lo suyo pero ya tenía la cabeza en ese sonido, se extrañó pues lo único que seguía en el pasillo después de su oficina era la de Conway y él no estaba presente por lo que esa parte estaría cerrada al igual que la sala de archivos y la sala de reuniones del otro lado, intentó agudizar su oído y durante unos segundos no escuchó ni a un insecto, hasta que los mismos pasos empezaron a alejarse muy lentamente siendo acompañados por el sonido de una puerta abriendo y cerrando más allá de la mitad de la caminata; Se levantó rápidamente alcanzando el pomo de la puerta y saliendo del lugar buscando cualquier rastro de presencia cerca suyo, se movió lentamente a lo largo del pasillo llegando hasta el area de comidas, pudo dar una vuelta sin que nada pasara, salió un poco decepcionado y volvió encima de sus propios pasos, de pronto vio la puerta del despacho de Noah entre abierta, entró y por un momento su cerebro estaba a punto de derretirse, su corazón empezó a acelerarse y sus ojos se resecaron, cerró la puerta detrás de él con precaución y al ajustar la cerradura pudo notar el susto que se llevó su nueva compañía.

En el ambiente entendieron la reunión tan inesperada que estaban experimentando, sus miradas tan contrariadas se encontraron, el azul del cielo claro pero tormentoso y el negro puro de la infinita incertidumbre, ninguno pronunció palabra, el rubio apartó la mirada hacía el escritorio y saco de su bolsillo una cajetilla de cigarrillos nueva, se sentó en uno de los muebles que se apoyaban contra la pared, espero a que el otro reaccionara para poder abrir la caja, coger el primer cigarrillo y dejarlo sobre en el cenicero junto al mechero, saco otro para sí mismo y lo encendió.

you treat me like a stray dog, be one with me  [FREDDYTABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora