en donde un chico es adicto a los chicles frutales y un chico que odia que estos se peguen en sus zapatos
🥀historia original: @fixariot
todos los créditos correspondientes
🥀se shippean cubitos no personas
Habían pasado unos cuantos días después de aquel encuentro, Philza volvía a encerrarse en su casa pero esta vez por un motivo diferente, una fuerte gripe se había apoderado de su organismo, dejándolo sin fuerzas si quiera para levantarse, recibía la ayuda de su madre con un claro "te lo dije", ya que este siempre salia lo más desabrigado posible.
Era un sábado aburrido por lo que Philza comenzó a revisar cada mueble que estaba a los alrededores de su habitación, encontrándose con la tan ansiada y divertida caja de chicles.
Una idea cruzó por su mente y al tener el número de Missa, inmediatamente le envió un mensaje invitándolo a su casa, como el no sabía dónde quedaba esta, le adjunto la dirección y a los pocos segundos contesto un emocionado "¡Claro!, nos vemos Phil ;)"
Alrededor de media hora, el chico se encontraba a los pies de su cama, contándole las anécdotas sobre un camping al cual había asistido con su familia, Philza, a pesar de tener dificultades para hablar, agregaba uno que otro dato haciéndolo reír, simplemente quería ver esa hermosa sonrisa.
Missa se acerco mas a el y comenzó a mirar su habitación, Philza involuntariamente acaricio su mejilla y sonrió, comenzó a acercarse pero el lo detuvo, señalandole su mesita de noche en la cual reposaba una fotografía de Ava, su ex novia.
Philza volteó la fotografía y continuo su camino hasta el, rozando sus labios y luego intercambiando el sabor a naranja que desprendía la sustancia que se encontraba casi en sus muelas.
Al separarse, le quito la tableta de chicles de naranja para introducirlos rápidamente en la caja, Missa sonrio y volvió a besarlo, disfrutando de la combinación que hacían el sabor de sus labios junto a la goma de mascar.
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