Philza se dirigía hacia la tienda de música, anhelaba comprar el disco de una de sus bandas favoritas por lo que decidió llegar temprano para alcanzar uno de los tantos que había en la tienda.
Al llegar al mostrador algo duro se poso bajo su zapato, quito el pie rápidamente debido a la incomodidad y noto una pequeña caja de chicles, seguidamente escucho como alguien hacia explotar bombas de esta viscosidad en su boca, Philza pensó en la mala suerte que tenía por haberse encontrado nuevamente con él.
Suspiro y se armo de valor para acercarse a una de las estanterías y sacar rápidamente el disco, largarse de allí era lo que más quería, no soportaba el olor a chicle.
Cuando volvió, el chico aún seguía allí masticando la goma de mascar de frutas que tanto le gustaban, al voltearse choco con el cuerpo de Philza, quien dio dos pasos más atrás con una expresión de miedo.
El chico soltó una risita traviesa y fijo su vista en la cerámica, diviso su caja de chicles y corrió a recogerla antes de que Philza se acercara al mostrador, tomo su mano y dejo la caja allí justo en su palma, como lo había hecho hace unos días.
—Dime...— Philza se detuvo cuando noto que no sabía el nombre de aquel chico, ya se lo había encontrado tres veces, era necesario saber el nombre del adicto a la goma de mascar ¿no?
—Missa— dijo el y sacó de su bolsillo un chicle que posteriormente metió a su boca.
—Missa, ¿porque tengo que ser víctima de tu adicción?— murmuró Philza.
—¿Mi adicción?— pregunto llevándose una de sus manos a su pecho.
—Los chicles— aclaro Philza y el asintió.
—Me gusta molestarte— se encogió de hombros y le dio una pequeña sonrisa.
Philza se encaminó nuevamente para pagar el disco, cuando estuvo listo, el chico se acercó a el y sacó otra caja de chicles de su bolsillo para depositar depositarla en su mano.
Philza lo miraba como si estuviera loco, a el no le agradaban para nada los chicles y ya tenía tres cajas obsequiadas por Missa.
—Para la colección— Dijo formando un globo con su chicle y marchándose de aquel lugar.
Philza se quedó inmóvil asimilando la situación,hasta que un carraspeo lo sacó de su trance, el vendedor lo miraba con una expresión de confusión, probablemente había visto todo.
—Raro, ¿no? — Philza no le respondió y salió rápidamente por la puerta.
Como Missa había dicho, planeaba hacer una colección con todas las cajas de goma de mascar, de seguro le iba a regalar más, aunque no le gustaran para nada.
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Bubble Gum || Deathduo
Fanfictionen donde un chico es adicto a los chicles frutales y un chico que odia que estos se peguen en sus zapatos 🥀historia original: @fixariot todos los créditos correspondientes 🥀se shippean cubitos no personas