capítulo 6

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Aquella noche me preparé para salir. Eran las 23:00 y yo estaba entusiasmado por todo lo que se presentaba. Me arreglé un poco el cabello en el baño compartido, uno por cada habitación, tenía mechones rebeldes que eran un coñazo de acomodar. Antes, sin que lo esperase escuché como la puerta de mi cuarto se abría y pude ver como Isaac entraba, parecía algo cansado y tuve la casi necesidad de preguntar que qué había estado haciendo para llevar tan tarde, casi al borde de violar el toque de queda. Él me dio las buenas noches y se metió en la cama, ahí fue cuando aproveché y comencé mi plan de escapada, como se imaginan es mucho más complicado cuando compartes habitación con otro alumno. Podrían pensar que hay una especie de regla no escrita de no chivatazos entre nosotros, pero créanme si algo abunda en Graceland son los sapos.

- Vais a iros de fiesta, ¿verdad? - preguntó Isaac asustándome mientras encendía la pequeña
lámpara al lado de su cama. ¡Maldito cabrón!

-Creí que estabas dormido – le respondí sin más

-No puedo dormir – respondió incorporándose un poco, apoyando su codo en la colcha para poder hacer un mejor contacto visual conmigo- ¿Os vais entonces? Si te gusta romper reglas. Me quedé callado. Me molestaba que udesconocido fuese tan metido en mis cosas. Primero
lo del reloj y luego esto. Quería decirle una excusa tonta cómo que iba al baño y ahora me acostaría o algo por el estilo, típico seguramente. Pero no colaba, tenía ropa de calle, si al menos hubiese tenido el maldito uniforme... O mi pijama.

-Tranquilo, Aidan - me sorprendió de nuevo que se acordase de mi nombre, sacándome de mis
pensamientos - No diré nada, te doy mi palabra, al fin y al cabo, me libraste de una paliza antes - dicho esto se dio la vuelta en la cama, dándome la espalda y apagó la luz de la lamparita. Yo salí de ahí aliviado de que Isaac no fuese un sapo. Cerré con cuidado la puerta de mi
habitación y me escabullí por las escaleras. La pequeña linterna que llevaba conmigo me permitía ver más o menos en esa absoluta oscuridad. Josh y Saul me esperaban en la parte baja para escaparnos por el sótano. Llegué el último y cuando los encontré vi que estaban acompañados de otros dos estudiantes más: William "Liam" Dugan y John "Johnny" Sullivan, ambos eran chicos de nuestra clase que alguna vez se habían unido en alguna escapada, no les gustaba arriesgarse mucho dado que eran de los mejores de clase, pero créanme es muy entendible que algunos quieran un descanso de la disciplina de Graceland aunque sea por unas
horas.

-Hola, Aidan - me saludaron los dos al unísono sin alzar a penas la voz.

-Hola, chicos - sonreí encantado de tener más integrantes para salir de fiesta aquella noche.
Saludos hechos, era hora de irnos. Los 5 fuimos hacia el sótano, con cuidado como siempre de no chocar con algo. La puerta estaba abierta y corrimos campo a través sin ser vistos. Eran las 23:10 teníamos que darnos prisa si queríamos tomar el tren.

- ¡Por amor de Dios, Johnny! – grité mientras me reía a la vez. Si viesen como corre me entenderían - ¡Corre más rápido! -Logramos alcanzarlo por los pelos, el tren nos llevaba hasta el centro de Dublin. Caminamos hasta el centro comercial y Saul propuso entra en la sesión nocturna de cine. Pero Johnny, Josh y Liam ya habían visto aquella película por lo que decidimos ir a comer unos hot dogs y luego dirigirnos a alguna discoteca de allí. No me importó en absoluto no ir al cine, la película no me llamaba la atención. Además, no me gustaba ir al cine si estaba Saul, él siempre comentaba absolutamente todo hasta el punto de que una vez casi nos echaron de la sala. Queríamos ir a Opium Live, fuimos el año pasado y nos agradó. Pequeño pero ideal para pasar la noche del
viernes. La atmósfera era juvenil, con un ambiente que rebosaba de humedad y calor, era prácticamente imposible bailar agusto puesto que estamos enjaulados por una marea de jóvenes, algunos ya borrachos otros bailando mientras daban golpes al resto. Nos costó un rato llegar hasta la barra para consumir. La música se metió en nuestros cerebros
destruyéndonos las neuronas como una potente droga que arrasaba todo a su paso.

Al final llegamos hasta la chica que servía las bebidas y pedimos cervezas y vodka mezclada con zumo de limón.El primer trago atravesó mi garganta dejándome la sensación amarga del alcohol, sentí el hielo chocar con mis labios en ese segundo trago y sólo ahí fui consciente de lo rápido que había bebido. Seguí con un chupito de tequila que Saul había pedido para los cinco. Teníamos bastante dinero para gastar ahí. El segundo chupito, de Jagger, me gustó mucho más y me subió rápidamente.Miramos el ambiente, buscando a algún grupo de chicas con las que podríamos bailar y ligar. Había cuatro de ellas cerca de nosotros en la barra, no parecían haber venido con sus novios. Liam, el más introvertido de nosotros, se negó a acercarse a ellas. Supongo que lo veía una misión suicida pero el resto estábamos dispuestos a sacar algo aquella noche.Josh y Saul hablaban de la chica de la derecha. Era bastante mona. Llevaba el pelo rubio de bote, uñas postizas y sus ojos eran verdes. Traía puesto un vestido blanco bastante bonito que le sentaba bien con su piel morena.Yo me fijé más en la chica que servía las copas. Su look rockero me atrajo desde el principio, y sus labios, carnosos y adornados con gloss, me hipnotizaron. Era muy guapa, así que empecé a echarle unas cuentas miradas insinuantes; pero en ese momento llegó otro de los camareros preguntándome que quería tomar. Le pedí un chupito Fireball y rápidamente me moví hacia una zona más cercana a ella. Volví a mirar a la chica, la verdad es que lo hice muy bien. Puse una mirada calmada como haciéndome el interesante. En cuanto lo notó comenzó a reírse. Quizás me consideraba demasiado joven para ligar con ella. Debería haberle hecho la peineta, pero me retuvo su belleza. Hay veces que no puedo resistir la tentación y esta era una de ellas. Me acerqué un poco más y comencé a hablarle.

- ¿Me pones un chupito de vodka caramelo cuando puedas, por favor? - lo dije de muy buenos modos. Sonriendo y relajado. Ella me lo sirvió de inmediato - ¿Te tomas uno conmigo? No tuvo un buen efecto pues ella comenzó a reírse de nuevo.

-Venga - le dije amablemente - Sólo uno ¿De acuerdo?

-No puedo beber en el trabajo - me respondió declinando mi oferta - Me puedo buscar un lío.

- ¿Por un chupito? - respondió sonriendo - Anda, disfrutarás con un poco de felicidad.

-No puedo, de verdad - contestó riendo. ¿Qué le hacía tanta gracia?Me moría de ganas por convencerla. Mis amigos estaban intentando ligar con el otro grupito de chicas. Josh y Saul ya tenían la atención de la chica que les gustaba a ambos. Johnny con las otras dos, seguramente aún no se decidía. Intenté cambiar de estrategia.

- ¿Sabes quiénes son Rammstein? - le pregunté a la chica

- ¿Qué? - ni siquiera me escuchaba. Estaba atendiendo a otros chicos que le pidieron chupitos
de no sé qué. No me acuerdo.

-Rammstein - contesté

-No sé no. Creo que no me suenan de nada

La solitaria tumba de Graceland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora