Se llegó el fin de semana y con ello, la presentación de César y sus hermanos. Ya tenía arreglado lo de mi boleto de entrada, transporte de ida y de regreso, ahora faltaba una de las cosas más importantes y por lo que la mayoría de las mujeres sufrimos cuando vamos a salir "¿qué me pongo?"
Después de buscar, creo que encontré el outfit ideal que afortunadamente tenía en mi maleta. Sólo tuve que comprarme las botas vaqueras. Constaba de un suéter delgado color negro de manga larga, un short tipo piel negro, cinturón, botas vaqueras y medias negras.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ahora sólo faltaba alistarme por que el tiempo se va rapidísimo y no quería llegar tarde.
Me metí a bañar, a secarme el cabello, peinarme, maquillarme y por último, vestirme. Pedí mi transporte, preparé mi bolsa y una chamarra por si hacía frío más tarde. Me eché bastante perfume y lo guardé en mi bolsa, junto con mis llaves, dinero, celular.
Salí del departamento, lo cerré con llave, me dirigí a la salida pues mi transporte ya me estaba esperando.
No les voy a mentir. La verdad me sentía muy nerviosa por muchas situaciones. La primera, andar en un concierto en una ciudad completamente nueva para mí y lo peor de todo, sola. La segunda, mi regreso. Aunque, igual tengo resuelto el transporte, me da un poco de miedo viajar sola en un auto y de noche. Pero me tenía que arriesgar, ¿verdad? No lo nieguen, ustedes harían exactamente lo mismo que yo.
En el camino, venía retocándome por si algo falló en mi maquillaje, la verdad me gustó como me veía.
Después de media hora, llegué. Mis nervios otra vez se hicieron presentes. Me bajé del auto, me fui hacia la entrada principal del evento, no había tanta gente así que llegué con muy buen tiempo. Revisaba mi celular pues no tenía mucho que hacer, más que esperar a que dieran la indicación de que podíamos entrar.
Después de unos cuantos minutos, nos dieron entrada. Afortunadamente me tocó no tan lejos del escenario, aunque hubiera preferido estar hasta enfrente.
Primero tocó y cantó un grupo que la verdad no tenía ni la más mínima idea de quiénes eran. Sin ofender a nadie, pero yo sólo venía a escuchar a un grupo en específico, ¿ya saben cuál verdad? Mientras escuchaba música desconocida y mientras recordaba el encuentro que tuve con César en el aeropuerto, el mesero me sacó de mis pensamientos.
Mesero: Buenas noches. ¿Le ofrezco algo de tomar? -me dijo respetuoso-
Marlene: Muchas gracias, si por favor. ¿Qué bebidas tiene sin alcohol?
Mesero: Le puedo ofrecer: limonada, naranjada o piña colada sin alcohol. -me ofreció-
Marlene: Una piña colada está bien. Por favor. -pedí-
