Capitulo X

25 3 0
                                    


A medida que las horas se convirtieron en días marcando el paso del tiempo desde la última vez que vio a Sasuke . A pesar de los fugaces momentos que se le escapaban de las manos, su mente seguía atrapada en un laberinto de incertidumbre sobre este extraño mundo.

Sin embargo, en medio de la bruma de la duda, una verdad brillaba con claridad: el tiempo no estaba de su lado. La urgencia de su búsqueda lo oprimía como un peso sobre el pecho. Sabía, en lo más profundo de sus huesos, que le quedaba poco tiempo antes de que el tejido de la realidad lo tragara por completo. La desesperación lo impulsaba hacia adelante en su búsqueda para buscar las reliquias antes de que fuera demasiado tarde.

Mientras vagaba por sus pensamientos, un sonido repentino atravesó el silencio, jalándolo con fuerza de regreso al momento presente. Sorprendido, giró hacia la fuente del disturbio y su mirada se fijó en la forma de un halcón posado en la ventana.

En ese fugaz instante, una oleada de intuición lo recorrió, susurrando que este visitante inesperado tenía un significado más allá de la mera casualidad. Con un gesto decisivo, abrió la ventana y extendió una invitación al mensajero alado.

En su búsqueda de alguna señal del azabache, se acercó al magnífico halcón con reverencia, sus dedos trazando delicadamente las plumas que adornaban su pata. Conteniendo el aliento, desató el pequeño pergamino atado a la pata del pájaro y lo desdobló con cuidado.

"Búscame en medio del bosque encantado, a las afueras de los dominios del reino. Espero tu presencia, Su Alteza."

Al digerir el contenido de la nota, una peculiar sensación de inquietud lo invadió. Le pareció extraño que el azabache se dirigiera a él con tanta formalidad, utilizando el título "Su Alteza". Sin embargo, rápidamente descartó sus dudas y atribuyó el tono formal a una medida prudente tomada en caso de que el mensaje cayera en manos equivocadas.

Sin embargo, una persistente sensación de curiosidad carcomía los bordes de su conciencia, lo que lo llevó a reflexionar sobre las implicaciones más profundas de la elección de llamarlo de ésa manera.

Quizás le esté pasando lo mismo que a mí- dijo refiriéndose al hecho de que se estara volviendo parte de este mundo.

Impulsado por una necesidad urgente de saber que envolvía el destino del azabache durante su tiempo separados, emprendió su búsqueda con el corazón cargado de determinación. Cada paso que daba hacia su reunión estaba cargado de una sensación de desesperación, un miedo corrosivo retorcido dentro de él como una bestia implacable.

Dejando al personal del castillo desconcertado especulando sobre la repentina partida del príncipe, siguió adelante, sin prestar atención a las persistentes dudas y susurros que seguían a su paso.

Tomando su caballo sintió que cada momento que pasaba, el peso de la incertidumbre presionaba sobre sus hombros como un manto asfixiante, impulsándolo a seguir adelante en su carrera contra el tiempo para descubrir la verdad.

Al llegar al lugar de encuentro designado, fue recibido por la visión del azabache, cuya mirada una vez firme ahora mostraba el cansancio de un viajero cansado perdido en las profundidades de la incertidumbre decía mucho de las cargas que llevaba era un testimonio de las pruebas soportadas en la búsqueda de respuestas.

Cuando sus miradas se encontraron, una oleada de aprensión lo invadió, mezclándose con la preocupación profundamente arraigada que arañaba su corazón. El manto de preocupación que flotaba en el aire arrojó una sombra sobre su reunión, recordándole la precariedad de su situación y los enormes desafíos que les esperaban.

- Sasuke..- dijo con una expresión que decía cuán preocupado estaba.

Acercándose a la figura cansada del azabache, que estaba sentado encorvado sobre una piedra erosionada, extendió las manos suavemente, con los dedos temblando de preocupación. Con un toque tierno, acarició las mejillas de Sasuke, con el corazón cargado de preocupación por el bienestar de su amigo.

Pero cuando la calidez de su toque envolvió la piel del azabache, un repentino retroceso lo sobresaltó. Como un animal herido que retrocede ante una mano extendida, lo empujó con una fuerza nacida de la desesperación y el miedo, su mirada atormentada fijada en el horizonte como si buscara consuelo en medio de las sombras de la incertidumbre.

- Estoy bien..- dijo respondiendo la duda no dicha del rubio.

- No, no lo estás. Dime que te sucedio- mencionó con una expresión sería.

- Eso no es importante- dijo evitando su mirada.

- Si lo es.

- No lo es.

- Para mí si.

- ¿Por qué estás tan preocupado por mí? ¡De todos modos, ni siquiera es necesario que esté bien para que puedas salir de este mundo!- exclamó con su voz teñida con un tono crudo y desesperado.

Los ojos del rubio se abrieron en sorpresa ante lo dicho por el azabache. Las palabras lo atravesaron como un cuchillo, dejándolo momentáneamente sin palabras. No había previsto que Sasuke estaría tan dispuesto a sacrificar su propio bienestar por escapar de este mundo.

- ¡Porque eres más importante para mí que escapar de este mundo. No puedo soportar la idea de perderte!- confesó, con la voz temblorosa por la intensidad de sus emociones.

La vulnerabilidad de sus palabras dejó al descubierto la profundidad de sus sentimientos, una declaración cruda y desprevenida del vínculo que unía sus destinos.

- Así que porfavor no hagas todo por ti mismo, no tienes porqué arriesgarte sólo- pidió.

El azabache exhaló un profundo suspiro, su respiración temblaba ligeramente. A pesar de sus mejores esfuerzos por mantener la compostura, un leve sonrojo subió por sus mejillas, traicionando su vergüenza ante la sincera confesión del rubio.

- Estuve muy ocupado últimamente... no fueron fáciles de conseguir pero pude encontrar dos reliquias más- dijo intentando desviar el tema.

Después de hacer su declaración, le mostró una deslumbrante tiara dorada adornada con vibrantes piedras preciosas verdes que brillaban bajo la luz. Junto a él, un brazalete de oro, de intrincado diseño y engastado con gemas de color púrpura intenso.

- ¿Los haz juntado?- preguntó preocupado por lo que había pasado la última vez.

- Intenté que estuvieran lo más separados posible.

El rubio no se dio cuenta de la peculiar visión: su collar, aparentemente desafiando la gravedad, flotaba en el aire. Aunque todavía estaba asegurada alrededor de su cuello, la cadena se tensaba hacia adelante, como si fuera irresistiblemente atraída hacia las otras reliquias.

El delicado colgante temblaba con un deseo casi palpable, ansioso por unirse a las otras reliquias en manos de Sasuke.


Cuenta regresiva: 12 días
Recuerdos de otro mundo: 22%


Contador de palabras: 1092

 Susurros a través de ReinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora