Capítulo XII

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- Te ves feo cuando lloras, Dobe.

Él se rió en respuesta al comentario del azabache. Reconoció que fue un torpe intento de levantarle el ánimo. No podía imaginar cómo sería su vida sin la presencia de Sasuke. Sus bromas sarcásticas se habían convertido en una fuente de consuelo, un extraño tipo de tranquilidad en la que había llegado a confiar más de lo que quería admitir.

- Te acompañaré.

- ¿Qué?- lo dicho por el rubio tomó por sorpresa a Sasuke.

- Te acompañaré a buscar las reliquias.

- No tienes que hacerlo puedo buscarlas solo. Además recuerda que eres el príncipe de esta nación no puedes simplemente dejar tu puesto...

- ¡No puedo quedarme tranquilo viendo como arriesgas tu vida!- exclamó molesto ante la respuesta del azabache.

- No necesito que me protejas- dijo cortante.

- Se que no lo necesitas pero... No puedo simplemente quedarme quieto al ver cómo te sacrificas.

El silencio se hizo presente mientras el azabache se debatía en si dejar que el rubio lo acompañase.

- De acuerdo...- dijo al ver lo preocupado que estaba el rubio.

Cuando escuchó al azabache decir que estaba de acuerdo, una oleada de felicidad lo invadió. Su corazón se aceleró y una amplia sonrisa se dibujó en su rostro.

- Pero con una condición.

- ¿Qué condición?

- Busca la forma en la que nadie se de cuenta que no estás, no quiero que se formen más distracciones.

- ¡Si! Ya verás como nadie se dará cuenta.

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Eso fue lo que dijo, pero la verdad es que no tenía idea de cómo hacer que nadie se diera cuenta de que no estaba en el castillo y mucho menos en sólo seis horas. Sasuke le había insistido en que tenían que irse hoy, enfatizando el poco tiempo que les quedaba.

Todo sería más fácil si pudiera hacer mis clones de sombra...- pensó el rubio.

Pensando que si tuviera sus poderes sería más fácil, miró hacia abajo y notó que su collar brillaba con un tono rojizo. Mientras miraba, una extraña escarcha azul comenzó a emanar del colgante, enroscándose a su alrededor.

Sintió una repentina y débil oleada de energía. Era como si el collar estuviera despertando, respondiendo a su necesidad, y por primera vez en días, sintió un rayo de esperanza de que tal vez sus poderes estuvieran comenzando a regresar.

Al sentir la energía pensó que tal vez era chakra e intento utilizar el jutsu clones de sombra consiguiendo con algo de esfuerzo un único clon.

Es mejor que nada- pensó mientras veía al clon.

- Necesito que te quedes aquí mientras estoy afuera y asegúrate de no desaparecer- ordenó.

- Si, jefe.

Después de instruir meticulosamente al clon, detallando cada acción y matiz del plan, se puso una capucha sobre la cabeza, ocultando su identidad.
Las grandes puertas del castillo se alzaban delante y, con una mirada furtiva para asegurarse de que no lo estaban vigilando, se deslizó a través de ellas hacia la noche. Creía que llegar temprano era mucho mejor que correr el riesgo de llegar tarde, especialmente dada la importancia de su misión.

Decidió no llevarse su caballo, al darse cuenta de que despertaría sospechas, si "él" estuviera allí mientras su caballo estaba notoriamente ausente.
En cambio, optó por viajar a pie. De esta manera, su partida pasaría desapercibida.

 Susurros a través de ReinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora