Primera vez

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—Agh, creo que comí mucho —se quejó Dongmin al salir de la casa de sus padres.

Se había hecho de noche, Bin había pasado con éxito la fase de preguntas por parte de su suegro y cuñado y con honores la parte de caerle bien a su suegra.

Bin junto a su suegra habían hecho un pastel (más que todo para demostrar los dotes de repostería del alfa) y bueno, habían hecho fiesta con ello.

—Solo quiero llegar a casa y dormir por tres mil años —dijo Dongmin mientras se recostaba en el hombro del alfa.

Siguieron hablando mientras llegaban a la casa del alfa cuando notó como de la frente de Bin corrían varias gotas de sudor y las feromonas de este se habían vuelto más intensas, además de notar como el alfa apretaba el volante.

—Binnie, ¿te sientes mal? —preguntó mientras ponía una mano en su frente—. Tu celo —intuyó.

—L-Lo olvidé por completo —dijo mientras intentaba no ceder a su lobo quien reclamaba por el omega—, te llevaré a tu casa.

—No —contestó con rapidez el rubio.

Bin estacionó el carro a un lado de la calle para mirar a Dongmin.

—No quiero que te sientes presionado, amor.

—Quiero ayudarte —puso una mano en la pierna del alfa—. Déjame ayudarte.

—Mi celo es diferente al tuyo, no sé si podré contenerme —advirtió tratando de evitar que la pequeña mano de su novio no subiera más de la cuenta.

—¿Yo en algún momento dije que te contuvieras?

Bin se mordió el labio inferior, el omega se mostraba muy decidido y eso no estaba ayudando para nada a su lado racional.

—Amor, en serio, yo...

—Moon Bin —lo llamó por su nombre completo haciendo que el alfa se callara en seco—. No me estás obligando a nada, he leído sobre el celo de los alfas, estoy seguro y consciente de lo que estoy haciendo, además, sé que no me vas lastimar.

—Dongmin, es probable de que no sea mi lado racional el que actúe, ¿qué tal si te lastimo? O si tal vez hago algo que no te guste, o también... —el omega tomó el rostro del alfa entre sus manos llamando su atención.

—¿Quieres que pase tu celo contigo?

—Sí —respondió con rapidez.

—Entonces, si ambos queremos, ¿qué te detiene?

El alfa desvió la mirada, inseguro.

—No quiero lastimarte —repitió.

—Y no lo harás —acarició con ternura las mejillas levemente sonrojadas—. Sé que jamás me dañarías.

El pelinegro volvió a dirigir la mirada a los ojos color miel del omega, notando seguridad y calidez en ellos.

—Te amo —dijo Bin en un susurro audible para el rubio por la cercanía, este le sonrió con cariño.

—Yo también te amo.

✧✦✧

Entraron a la casa entre besos, Dongmin recostándose en la mesa que había entrado tumbando algunas cosas sobre ella.

Era domingo, el día en el que los empleados de la casa no iban a trabajar, así que tenían la casa sola para ellos dos.

Los chasquidos resonaban por la silenciosa casa, Bin fue bajando sus besos por la mandíbula y cuello del omega sacándole pequeños gemidos.

—Agh —gimió cuando el alfa mordió ligeramente aquel lugar especial dónde esperaba que en un futuro no muy lejano, estuviera la marca de su alfa.

Bin colocó sus manos en las nalgas del menor para que este saltara y enrollara sus piernas alrededor de la cintura del alfa.

El trayecto de la entrada de la casa hasta el dormitorio del alfa fue más rápido desde la perspectiva del omega, en cuestión de unos segundos se encontraba en medio de la gran cama que habían estado compartiendo y que hoy, sería espectador de la primera vez de un gran amor.

Bin le quitó la camisa al omega observando el torso de este, dándose cuenta del gran tatuaje que decía «NEVERMIND» justo en sus costillas.

—Eres tan hermoso —susurró mientras se agachaba para besar cada parte del abdomen de su novio, admirándolo.

—Bin —lo llamó impaciente sacándole una risita al alfa quien se acercó para dejarle un beso.

—Ten paciencia, ¿si? Es nuestra primera vez, quiero que sea especial —dijo para bajar su rostro hasta quedar enfrente de los botoncitos rosados ya erectos.

Sin perder el tiempo se metió uno a la boca mordiéndolos a su gusto sacándole gemidos al omega quien tomaba sus cabellos entre sus manos para acercarlo más a él (como si fuera posible).

Estuvo haciendo eso durante otros segundos hasta que en un momento de desespero el omega lo separó de su pecho dejando atónito al alfa.

Antes de que pudiera responder los labios del omega atacaron los suyos empezando una guerra que el alfa estaba dispuesto a ganar, el rubio por su parte empezó a desabrochar los botones de la camisa del alfa con desesperación, deslizándola por sus brazos cuando desabrochó el último botón.

Había visto el torso de Bin varias veces cuando éste se iba dormir y el día que le mandó una foto, deseando poder tocarlo.

—Te veo desesperado, ¿estás seguro que el que está en celo soy yo?

—Cállate y no me hagas esperar —le exigió.

—Como mi príncipe diga.

Desabrochó los pantalones del omega y fue deslizándolos por sus piernas junto a sus boxers y calcetines, tirando la ropa a cualquier lado de la habitación y dejando a Dongmin completamente desnudo y a su merced.

Dongmin se sonrojó al mirar la intensa mirada que el alfa le proporcionaba, una mirada llena de deseo y amor.

—¿Todo esto es para mí? Me siento muy afortunado —halagó mientras pasaba sus manos por los rellenos muslos del omega, abriendo las piernas de este para dejar ver su erección y entrada ya mojada.

El menor volteó la mirada hacia otro lado, joder, no era la primera vez que hacía esto, pero no estaba acostumbrado a que le hicieran este tipo de comentarios en la cama ni que lo miraran de aquella forma, tal vez por eso sentía el momento como su primera vez.

—¡Mhg! —jadeó con sorpresa cuando fue levantado—. Binnie, esta posición es un poco... vergonzosa —confesó, sus gruesas piernas estaban sobre los hombros de Bin a cada lado de su cabeza, dejando a total vista su entrada al pelinegro.

El alfa ignoró la vergüenza de su pareja y se acercó a probar aquel viscoso líquido que brotaba de la entrada de su amado.

Era dulce, propio de su pequeño novio.

Mientras él se esmeraba en lamer todo el líquido posible Dongmin se encontraba hecho un mar de gemidos al sentir la lengua de su alfa estimular su entrada.

—¿Qué sucede? —le preguntó el alfa cuando la mano del omega lo hizo detener sus acciones—. ¿No te gusta?

—No es eso —aclaró sin poder mirar al alfa.


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Pequeña maratón porque me levanté temprano 🤭

Ice Coffee | BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora