Extra 2

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Detalles del capítulo nueve.

Abrió los ojos con pereza, parpadeando varias veces para acostumbrarse a la iluminación, se sentó en la cama y se restregó los ojos, para luego levantarse e ir al baño.

Luego de hacer sus necesidades y volver a la habitación, vio a Bin entrar con una bandeja.

—Ya despertaste —dijo mientras colocaba la bandeja en una mesita—. ¿Cómo te sientes?

—Un poco mejor, por ahora.

El omega volvió a sentarse en la cama, el alfa copió su acción para después darle una taza de té.

—Oh, tengo que avisarle a Sejeong que no pude ir —recordó el omega mientras buscaba su teléfono pero el alfa lo detuvo.

—Ya lo hice, llamó esta mañana porque no fuiste y le expliqué, no te preocupes por eso.

—¿Y tú no debes ir a trabajar?

—Puedo trabajar desde aquí, le pedí a Seungkwan trajera mis cosas, no podría dejarte sólo.

Esas palabras fueron suficientes para que Dongmin empezara a llorar, alarmando a Bin.

—N-Nadie me había dicho cosas tan lindas y se había preocupado por mi —explicó tomando un pañito para quitarse los mocos.

—Oh, pequeño —el alfa tomó el rostro del omega entre sus manos.

—Debo verme patético, ¿cierto?

—Claro que no, siempre estás lindo —le aseguró.

Estuvieron unos segundos mirándose sin decir nada, estaban sumergidos en su propia burbuja.

—Te preparé una sopa —recordó levantándose para buscar la bandeja, dejando un poco desilusionado al omega—. No sabía que más hacer para este caso, espero te guste.

Dongmin se sentó y colocó una almohada sobre sus piernas, Bin dejándole la bandeja encima de esta.

—¿Qué tal está? —le preguntó con intriga en sus ojos.

—Está deliciosa —le aseguró.

El alfa pudo respirar con tranquilidad, tenía miedo de que no le gustara.

—Debo seguir haciendo unas cosas, estaré en la sala —le avisó mientras se levantaba para salir—. Puedes llamarme si me necesitas.

El omega asintió y el alfa salió de la habitación, cuando volvió a la sala soltó el aire que había estado conteniendo.

El olor del omega estaba por toda la casa y más en la habitación donde estaba el omega, era como si Dongmin quisiese drogarlo.

Mantén la calma Bin. Se dijo así mismo.

Estúpido, es obvio que él también quiere, eres tú el que se hace de rogar. Habló su lobo.

Bin ignoró al animal y decidió seguir trabajando para distraerse.


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El sol ya estaba por meterse y ambos estaban acostados en el sillón mirando una serie.

O bueno, Bin lo estaba viendo, porque Dongmin no podía concentrarse con las manos del alfa en sus piernas, deseando que subieran un poco más arriba.

Decidió llegar a algo más, Dongmin tomó una de las manos del alfa y la subió hasta sus muslos, muy cerca de aquellas zonas.

Bin se tensó, apretando un poco su otra mano.

Nos está dando una señal, tenemos luz verde.

Ice Coffee | BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora