Capítulo 11: Batallas, Risas y un Gato Blanco

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

El grupo entero se reunió alrededor del improvisado campo de batalla. Hendrickson, King, Arthur, Howzer, Griamore, Gowther, Gilthunder, Hawk y Elizabeth observaban con atención, mientras que Merlin, aún atrapada en su orbe, proyectaba su holograma para no perderse el espectáculo.

Griamore, Gowther y Gilthunder estaban especialmente emocionados, animando a Meliodas con entusiasmo.

—¡Vamos, capitán! ¡Muéstrale quién es el más fuerte! —exclamó Gilthunder con una sonrisa confiada.

—Meliodas, acaba con ella rápido —añadió Gowther con su tono inexpresivo, aunque su intención era motivarlo.

Griamore cruzó los brazos y asintió.

—Esto será interesante.

Elizabeth, en cambio, los miró con el ceño fruncido.

—Señor Meliodas, no creo que esto sea una buena idea... —dijo con preocupación, sus ojos reflejaban nerviosismo.

Arthur, que estaba al lado de Melissa, también se mostró inquieto.

—¡Melissa, detente! No tienes que hacer esto —le gritó, con el miedo reflejado en su voz—. ¡No quiero que te lastimes!

Melissa volteó a ver a Arthur y le sonrió con ternura.

—Tranquilo, Arthur —dijo con voz suave—. No dejaré que mi hermano me gane tan fácilmente.

Meliodas la miró con una sonrisa confiada y cruzó los brazos.

—Vamos, hermanita, no me digas que te estás echando para atrás —dijo con tono burlón.

Melissa entrecerró los ojos y tomó posición de combate.

—Ni en sueños, Meliodas.

Hawk suspiró y sacudió la cabeza.

—Tch... Hermanos y sus ganas de pelear sin razón.

Merlin observó la escena con interés, su holograma brillaba con intensidad.

—Será una buena prueba para medir la fuerza de Melissa —comentó con diversión.

La tensión aumentó. Ambos hermanos estaban listos para la pelea, mientras el resto del grupo observaba con expectación.

El aire se volvió denso cuando Meliodas dejó de lado cualquier contención y desenvainó su tesoro sagrado, Lostvayne, con una sonrisa confiada.

—No me decepciones, hermanita —dijo, y sin dudarlo, se lanzó al ataque.

Melissa no retrocedió. Canalizó su energía oscura en su mano y materializó una espada de oscuridad, una hoja afilada de tonos morado y negro que vibraba con poder.

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